El también músico de Lanza Internacional presentó este viernes “Lunar”, su debut solista grabado en plena pandemia en su casa en México. “En este disco me di la oportunidad de poder explorar”, dijo en entrevista con SACH.
Francis Durán es, probablemente, uno de los compositores más importantes de las últimas dos décadas en Chile. Al alero de las bandas Los Bunkers, Lanza Internacional y Pillanes, el músico de 40 años ha creado junto a su hermano Mauricio grandes obras del cancionero popular del siglo XXI.
Hace más de 10 años vive en México, donde ha explotado su faceta de productor trabajando con artistas como Pepe Aguilar, Los Ángeles Negros y Francisca Valenzuela, pero también se ha dado el tiempo para encontrarse con él mismo. De esta manera nace Lunar, su primer disco solista que trabajó durante tres años de manera parcelada debido a la pandemia y otros factores.
«No fue tan planeado, siempre tenía alguna idea en el tintero o alguna canción que, ya sea por una cosa de formato, de espíritu o cómo nació, no la veía dentro del universo de las bandas, en este caso en el último ni con Pillanes ni con Lanza Internacional. Eran ideas que iban quedando ahí y decía ‘ok, a lo mejor algún tendrán un destino’«, cuenta Francis desde el otro lado de pantalla.
En compañía del ingeniero y productor chileno Hernán Godas, el artista fue dando vida a este trabajo que fue desarrollado mayoritariamente en época COVID y dentro de su misma casa, ubicada en un rincón de la tranquila colonia Anzures en Ciudad de México. «Antes que Hernán se instalara en México, se vino a mi casa y aprovechamos el tiempo para grabar algunas de esas ideas que estaban ahí y que nunca había encontrado un destino claro para ellas, y también con la idea de experimentar y ver qué sale de empezar a grabar acá», señala.
«Creo que hay ciertas partes del disco que están inspiradas en el hecho de componer a medida que se va grabando. No partir una idea desde la guitarra acústica necesariamente, y que sea una melodía y una letra que se sostenga, sino que empezar una grabación, darle una onda, ver qué te sugiere y eso mismo te va a ayudando a ver cuál es la actitud de la canción, cómo se va cantar o cuál es su armonía. Eso fue muy importante para mí: abrir esa puerta y creo que es lo que lo diferencia de otros trabajos que he hecho. Los formatos de banda siempre son otro tipo de lógicas y de universo, y en este disco me di la oportunidad de poder explorar esa otra forma de crear».
— ¿Desde el tiempo de Los Bunkers se comentaba la idea de tu proyecto solista?
«A veces me decían, incluso dentro de la misma banda: si alguien saca algo solo en algún momento ese es Francis, sólo que hasta ahora no había nacido la necesidad porque siempre estuve ocupado con una banda o con otra. Pero siempre en el contexto de la bandas se da espacio para que hayan expresiones personales. Por ejemplo, hay un tema del último disco de Los Bunkers, que se llama La Estación Final, que yo lo emparento un poco con este disco solista. Siento que ahí hay un brazo que salió y este disco ya se ve más desarrollado. Me refiero a la idea de que nació desde un lugar súper íntimo y por cómo fue producida».

Además de ser grabado en su propia casa, otra de las particularidades que caracterizan al disco es que Durán tocó todos los instrumentos que suenan en el disco. Al respecto, indicó que «fue un proceso más lento, pero bacán porque uno llega a lo que exactamente a lo que tiene en la cabeza. En ese sentido, uno no tiene una pérdida entre la idea inicial y al puerto al que se llega. También da espacio para la experimentación».
Aunque, aclara: «hay temas de Los Bunkers y de Lanza Internacional en que se sorprenderían al saber todos los instrumentos que tocó uno. A veces con Mauri (Durán) hemos compuesto discos completos y lo único que hemos necesitado es sólo batero, pero todo lo que es cuerdas lo hacemos nosotros».
— ¿Y esta decisión fue por un tema de recursos humanos debido al contexto sanitario o siempre lo quisiste grabar de esta manera?
«Es un todo, como que las circunstancias se adecuaron para hacer algo de estas características. Y por otro lado, siempre había tenido la inquietud de decir que grabé todo solo sin la necesidad de ensayarlo con una banda, es otro espíritu. Siempre me había llamado la atención de cómo podía ser trabajar de esa manera y me gustó mucho. Creo que me abre una puerta a nivel creativo y es algo que me gustaría seguir explorando«.
— El hecho de grabar el disco dentro de tu misma casa, ¿le da un toque especial o no?
«Fue distinto y bacán en el sentido de que en algún momento se comienzan a fusionar todo lo que tiene que ver con la vida cotidiana; el hacer almuerzo, de repente limpiábamos la mesa para tomar once y después seguimos grabando, o grabar algunas secciones del disco en pijama. Todo eso fue interesante de vivir, pero después de un tiempo ya daban ganas de salir de la casa».
En este proceso de creación, Francis se compró una caja de ritmos que reemplazó en parte los sonidos propios de la batería e instrumentos de percusión. «Es algo muy distinto a cuando uno está acostumbrado a tocar con un baterista durante tantos años. Resultó ser una revelación, porque es como tener a un compañero que está tocando por horas y no se va a cansar, eso es muy estimulante al momento de crear», dice.
Parte de esta experimentación se ve en canciones como Lo poco que queda para ti, donde según explica el artista, «salió dentro de este espíritu más lúdico, de tirar un ritmo, crear una estructura que tuviera onda y sobre eso construir una canción». Además, agrega que fue un canción que «costó mucho terminarla, que muchas veces pasa cuando uno toma ese camino riesgoso de empezar algo. La estaba haciendo pensando en que fuera el tema que abriera el disco, pero finalmente dije que no, porque no terminó en el lugar que pensé que iba a terminar y me parece un buen lado B, pero tiene buena letra y energía».
— Siempre has trabajado muy de la mano con tu hermano Mauricio (Durán), ¿qué opinó él sobre el disco? ¿Participó en el proceso?
Bueno, como nos conocemos desde siempre y hemos trabajado siempre juntos, imagínate la intensidad de la relación y cómo nos decimos las cosas. Creo que parte de este proceso también era un poco salir de eso, decir ‘ok, voy a tener este espacio’. Porque estaba acostumbrado que en todo proceso creativo tenía que discutirlo con mi hermano y tratar de zanjar cada cosa. Entonces en este caso le mostré el disco cuando estaba prácticamente listo, ya mezclándose. Me dio sus impresiones, me aconsejó cambiar el título de una canción y lo adapté porque estaba mejor el título que proponía.
Chile desde afuera
Si bien Francisco Durán se encuentra a kilómetros de distancia de su natal Concepción, se mantiene bastante pendiente de los procesos históricos que vive Chile. Incluso, ha sido vocal de mesa en el único local de votación habilitado para chilenos en México, y también participará en la votación del plebiscito de salida de la Constitución redactada por la Convención Constitucional.
“Antes cuando me decían ‘vas a ser vocal de mesa’, decía ‘oh, qué lata’, pero hacerlo acá en México no es tanta pega porque el padrón electoral es súper pequeño, también es cansador pero a las 6 o 7 de la tarde ya estás listo. Me gustó, también dentro de todo lo histórico que es este proceso, como aportar desde ese deber ciudadano”, señala el artista.
En su álbum debut se incluyen críticas sociales que hacen al estallido social de octubre de 2019. En ese sentido, enfatiza que “más que responsabilidad como artista es como ciudadano. Al tener una amplificación y al trabajar con algo que también es emocional y que cala hondo en la vida de las personas, es importante que los artistas planteen un punto de vista”.
“Nosotros siempre hemos tenido presente eso desde que comenzamos, incluso antes de comenzar a tocar. Cuando chico tocábamos la guitarra en la casa y veíamos el cancionero de La Bicicleta y aprendíamos temas de Silvio Rodríguez, Violeta Parra o de Víctor Jara, para mí eso es un artista. Tampoco me gusta manosear mucho la palabra artista, pero creo que hay ciertos colegas que no van a entrar en esa categoría porque justamente no tienen una dimensión amplia de lo que ocurre a su alrededor, ni una voz para expresar eso o reflejarlo, aunque sea tirar algo sobre la mesa. Creo que siempre hemos sentido esa responsabilidad y en este disco, con todo lo que está pasando en el mundo y en particular en Chile, era imposible no deslizar algo”.
– ¿Cómo ves desde México el futuro de las artes con este nuevo gobierno y el trabajo de la Convención?
“La primera lectura daría para pensar que uno estaría esperanzado y que va a ser un tiempo de mucha inspiración y creación, como cuando uno ve todo lo que se hizo durante la Unidad Popular y todos los discos que salieron y las gráficas, había mucha expresión. Era otra época, había otro tipo de esperanza, pero hoy día también podría existir la esperanza de decir que se viene momento de cosecha a nivel creativo y artístico. Hay que ver lo que va a pasar, hace pocos días en la Convención se estaba discutiendo el tema de los derechos de autor, que ahí tienen mezclado ciertas posturas en la Convención con respecto a la propiedad intelectual y a todo lo que eso conlleva, eso paró la oreja de muchos artistas y sobre todo músicos y actores que dicen ‘a ver, esto está rarísimo’”.
“Hay que ver qué va a salir de eso, uno no puede pronunciarse sobre algo que todavía no está terminado. El otro día me llegó un mensaje criticando a los que iban a votar Rechazo, que decían como ‘cómo van a rechazar algo que no está listo’, y ahí uno se pregunta también ‘cómo vas a aprobar algo que no está listo’. Todos aprobamos en primera instancia y ese 80 y tanto por ciento que votó por darnos la oportunidad de cambiar esto. Ahora, lo que va a resultar de eso, yo creo que después hay que votar en concordancia a eso también. No puede uno tener una postura a priori en base a nada”, apunta.

Fotografía de Andie Borie
¿Regresan Los Bunkers?
En septiembre de 2021, La Tercera publicó un artículo titulado “Los Bunkers: El plan retorno del último clásico de la música chilena”, donde se informaba sobre un movimiento al interior del equipo de la banda penquista, que en marzo de 2014 anunciaron su “receso indefinido” y sólo volvieron para el estallido social con una histórica presentación en Plaza Dignidad.
En dicha nota también se esbozó un posible regreso a los escenarios, que incluiría fechas en Chile y México. Sin embargo, horas después de la publicación, miembros del grupo salieron a desmentir esta información.
En entrevista con SACH, Francis Durán explica qué pasó realmente con ese artículo: “Hay varias cosas que están pasando con Los Bunkers, pero ninguna de esas tiene que ver con volver a tocar en vivo… al menos por ahora. Uno es que cambiamos de oficina, de mánager y toda la nota tenía más que ver con eso, que estábamos cambiando nuestra parte organizativa porque igual nosotros, si bien no estamos tocando en vivo, seguimos en contacto y activos sobre alguna reedición”.
Asimismo, indica que no todo está perdido con Los Bunkers, ya que se viene la remasterización y reedición en vinilo de su sexto álbum, Barrio Estación (2008). “Suena muy bien, mejor que nunca. Creo que con esto se hizo justicia a todo el trabajo que hubo detrás del disco, porque es un álbum con muchos matices y ahora se logra apreciar muy bien”, adelanta.
Por otra parte, están trabajando en la recopilación de material inédito, como su concierto de 2011 en el legendario teatro The Roxy, en Los Angeles, Estados Unidos. “Vamos a ir sacando cosas más que nada para darle un valor histórico a la banda. No es como que se apagó la luz y cerramos el candado por afuera, seguimos teniendo buena relación y sobre todo desde que tocamos para el estallido”, sostiene.