Fotos por Andie Borie
Su single “Más de la mitad” está en el Top Ten de canciones chilenas escuchadas en Spotify, y sin embargo para la versión 2017 de la Teletón el foco de atención estuvo en su atuendo en vez de su trabajo. Participó del acto de inicio de Viña 2017 en un homenaje a Violeta Parra, y aún así, recientemente llegaron a los titulares las especulaciones y críticas hacia su peso. Fue destacada como una estrella en ascenso por Billboard, pero también fue la única artista mujer que se presentó en los escenarios del Festival del Huaso de Olmué. Pareciera inexplicable que una artista tan esforzada y talentosa, consciente de sus victorias y capaz de filtrar la crítica tóxica, pueda recibir tanta negatividad cuando todo lo que hace es entregarse con el alma a su carrera. Y aún así dar cara.
Antes de subirse al escenario, posterior al show de Princesa Alba y antes de Jani Dueñas, Camila Gallardo se hizo presente en el primer panel que se realizó en Ruidosa, “Desde la música”, donde narró parte de su experiencia e impresiones de la industria. “Creo que nunca he tenido una instancia para hablar de esto. Son pocas las instancias que tenemos para ser honestas”, cuenta en su primera intervención, antes de explicar cómo le ha afectado estar expuesta a tanta opinión en las redes sociales y las lecciones que ha aprendido. “Siempre hay alguien que está intentando derribarnos”, señala, a propósito de entrevistas con preguntas malintencionadas y críticas que aún no comprende, habla frente al público cual amiga íntima. Y nos aconseja: debemos escuchar, pero también pensar y sentir mucho, y estar atentas a nuestra intuición, lo que llama “el dolor de guata”.
Ella sabe que trascenderá y por eso sube al escenario con una energía impresionante. Orgullosa de sus decenas de fans que han ido a verla, agradecida de ser parte de Ruidosa, Camila Gallardo canta con toda su voz y es posible sentir el coreo del público. Su capacidad vocal, no sólo con su virtud sino con todo el perfeccionismo que hay detrás, es probablemente la mayor del país. De alto nivel, la unión de melodías de moda y un registro exuberante es una gracia que remite a las grandes estrellas del pop anglosajón, a riesgo de parecer disonante a la escena local. Pero no se trata de imitar un modelo gringo, porque es necesario poder diferenciar a The Voice Chile como su catapulta inicial, a la carrera que ha construido desde ahí en adelante; se trata de explorar su vocación.
En el show, con esa suavidad característica de los cantantes, grita: “Hoy día le canto a todas las ruidosas”, antes de cantar “Ven”, tema compuesto con la colaboración de Francisca Valenzuela, quien se sumó al escenario. Camila Gallardo interpreta sus éxitos -todos sencillos, puesto que aún no lanza su disco- y las lluvias de aplausos se suceden. Puntos altos son “Abrázame y “Un poquito más de frío”, a los cuales sólo les hacen competencia los covers que interpreta: “Run Run se fue pal norte” de Violeta Parra y “Los momentos” de Eduardo Gatti, tocan a todo el público. Son versiones muy respetuosas hacia la esencia original de las canciones originales, sin embargo son revitalizadas con una fuerza nueva que les otorga una frescura impresionante. Camila Gallardo tiene agallas y se excede, todas las objeciones sinsentido que ha recibido se vuelven aún más incoherentes cuando canta.
En aproximadamente 40 minutos, la intérprete demostró todo lo que es capaz de hacer e incluso adelantó lo nuevo que está preparando. Al cantar su nueva canción “Rosa” también recordó lo pronto que será estrenado su disco debut, titulado del mismo modo: faltan algunas semanas, pero está todo pulido bajo Universal Music Chile. Con estas expectativas, Camila Gallardo juega estratégicamente con todas las herramientas posibles: reafirma su magia, llega a nuevos fans y lanza un anzuelo que -como si fuera poco- logra elevar la curiosidad. Ella lo tiene todo, salvo, aún, un país que sepa respetarla como merece. Superemos eso. Podemos partir por escucharla.