A fines de los 70, el humorista Carlos Helo le dijo a Héctor Briceño: “¡Chii! Qué te interesa a vos, si venís llegando atrasado otra vez, hueón. Parecís Parquímetro de tanta plata que ganai en todos lados”, desde ese entonces el trombón más importante de Chile pasó a tener un apodo que lo llevó hasta su lecho de muerte: el Parquímetro.
Columna por Nicolás Navarrate
La mañana de este martes fue sin duda una jornada triste. A los 65 años falleció Héctor Briceño, el “Parquímetro”. Destacada figura del arte y la música nacional, quién por años fuera el primer trombón en la orquesta del Festival de la Canción de Viña del Mar. También participó de programas televisivos como el Festival de la Una, Cuánto Vale el Show, Japenning con Ja y Sábado Gigante.
Desarrolló una amplia carrera en diversos estilos musicales, desde el jazz hasta la bachata, pasando por el rock and roll, la salsa, la música clásica, el blues y la cumbia. Colaboró con un sin número de artistas nacionales: Chancho en Piedra, Ángel Parra y Chico Trujillo solo por nombrar algunos.
Y es que la figura de “parquímetro” será imposible de igualar y su nombre quedará en la memoria de todos quienes lo conocimos y disfrutamos alguna vez de sus bromas.
Pero ¿Qué representa la imagen de este abuelito gordito y de buen trato? Más allá de su incansable buen humor, su viveza y siempre atenta preocupación por saber si quienes se encontraban a su lado estaban bien o no. Briceño fue el ancla de decenas de generaciones de músicos jóvenes y no tan jóvenes en el inicio de una carrera que (en Chile) parecía cuesta arriba. Transversal en el amplio sentido de la palabra. Parquímetro significó un ejemplo a seguir, un héroe de camisa negra y corbatas chillonas.
Pero es fácil el olvido. Más fácil la indiferencia. La efervescencia de los tiempos en los que vivimos incita a los más jóvenes a ignorar las figuras trascendentales de nuestra música. Pero claro, es más fácil saber quienes suenan fuerte en la actualidad, y ningunear cualquier figura que no este ad hoc a sus gustos y creencias. Pero les tenemos una noticia, digna de refriego para sus rostros y cabelleras de colores, y es que fue gracias a figuras como Héctor Briceño que hoy es posible la difusión de toda la música que está saliendo. Su trabajo, su lucha, su generosidad, junto a decena de otros claro, unos ya se fueron y otros aún mascan el amargo sabor del olvido en vida, fue la que hizo posible este auge diverso y a veces grotesco.
Presten atención, que no todo sucede en nuestro tiempo. Presten atención y respeten las canas. Por que ya nadie construye puentes para el resto, sino que cada uno se salva como puede. Menos mal que te fuiste Parqui, para que no tuvieras que ver en lo que nos vamos convirtiendo. Sin embargo, muchos te recordaremos con cariño y con muchas risas.
Por que mientras Chile exista, la música del Santiago All Star seguirá sonando, en fiestas donde quizás ningún pendejo sepa que es tu trombón el que suena, pero tú seguirás aquí, victorioso como siempre, mientras que algunos perecerán.
Buen viaje amigo Héctor “Parquímetro” Briceño, y salúdanos a todos los que partieron antes.