Las cintas fueron seleccionadas para la competencia oficial de largometraje del certamen sureño, entre ellas se encuentran los nuevos filmes de Claudia Huaiquimilla y Nicolás Videla, además de un documental sobre el fatídico incendio en la cárcel de San Miguel.
La 28º edición del Festival Internacional de Cine de Valdivia se llevará a cabo en formato online entre el 11 y el 17 de octubre y contará con 15 obras seleccionadas en su Competencia de Largometraje.
Dentro de esta categoría se encuentran cinco películas chilenas que ya están dando que hablar en festivales internacional y que llegarán por primera vez a un certamen nacional. Conoce cada una de las cintas acá:
“El cielo está rojo”, documental de Francina Carbonell, reconstruye los detalles del fatídico incendio en la cárcel de San Miguel, en diciembre de 2010, en el que murieron 81 reclusos. La cinta rastrea a través de las pruebas registradas durante el proceso judicial, que finalmente quedó sin culpables, las lógicas y deficiencias de la justicia penal y del sistema carcelario chileno.

La nueva cinta de ficción de Claudia Huaiquimilla, “Mis hermanos sueñan despiertos”, también se adentra en el sistema penitenciario, pero su observación se detiene en la situación del Sename. La cinta se centra en dos hermanos quienes, después de un año de encierro en uno de los centros de detención, comienzan a urdir un plan para efectuar un motín y aprovechar esa coyuntura para fugarse.
La autora, que participó por primera vez en FICValdivia con el cortometraje ‘San Juan’, ganó como Mejor Película Chilena en 2016 con ‘Mala Junta’ y triunfó el año pasado, en la categoría Finaliza Post-producción de Cine Chileno del Futuro de Encuentros Australes, con su nuevo filme.

El tercer largometraje que formará parte de la competencia es Travesía travesti, de Nicolás Videla, realizador que ya había estado en FICValdivia con sus largometrajes ‘Naomi Campbel’ -codirigido con Camila José Donoso- y ‘El diablo es magnífico’.
Su tercera película profundiza su registro en el marco de la disidencia sexual que es el centro de sus dos obras anteriores, y se enfoca en el espectáculo de variedades que dos artistas (Maraca Barata y Anastasia María Benavente) han sacado adelante y de cómo su enemistad y su precarizada existencia ponen en juego su continuidad en medio del Chile post estallido.

En registros distintos, los dos últimos largometrajes seleccionados se entroncan con la observación de un Chile alejado más precario y desamparado. ‘Cada uno tiene su cada uno’, primer largo de Alexis Donoso, describe los esfuerzos con que una madre y su hijo intentan cuidar a su abuelo en Rancagua después de que este sufre una crisis cardiaca. Sin embargo, la dificultad del anciano de ajustarse a la vida en la ciudad y su afición al alcohol harán más difícil ese propósito.
Por su parte, ‘Al amparo del cielo’, de Diego Acosta, se sitúa en la figura de un arriero trashumante que una vez al año sube a más de mil ovejas hacia el corazón de la Cordillera de los Andes. Acompañado por seis hombres y diez perros, atraviesa bosques, riscos y ríos buscando alimento para su ganado, sin importar el riesgo para su vida que ese esfuerzo implica.
