Ad portas de la 96ª edición de los Premios Oscar, conversamos con dos voces expertas para analizar las fortalezas y las dificultades de los filmes nominados al máximo galardón del cine.
Este domingo 10 de marzo se realizará la 96ª edición de los Premios Oscar, ceremonia en donde los integrantes de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas premiarán a las mejores películas estrenadas a lo largo del 2023. Si bien este año la conversación en torno a las nominadas ha recaído en películas como “Killers of the Flower Moon” (Martin Scorsese, 2023), “Poor Things” (Yorgos Lanthimos, 2023) o el fenómeno ‘Barbenheimer’, los estrenos internacionales pasaron a segundo plano en nuestro país ante la sorpresiva presencia de dos películas chilenas entre las nominadas: “El conde” (Pablo Larraín, 2023) en Mejor dirección de fotografía y “La memoria infinita” (Maite Alberdi, 2023) en Mejor documental.
Siendo ambas películas ampliamente comentadas en redes sociales —con el respectivo orgullo territorial que puede aflorar ante sus nominaciones—, son muchas las preguntas que pueden surgir ante la presencia chilena en los Oscar. ¿Cuántas posibilidades tiene “El conde” en su categoría? ¿Ganará Maite Alberdi tras perder en 2020? ¿Qué tan premiado es el cine chileno en el extranjero? ¿Qué tan comentado es en nuestro país? Para responder estas interrogantes, Solo Artistas Chilenos conversó con dos personas expertas en la materia: Cristian Briones, de la tienda Fílmico; y Marisol Águila, mediadora en Centro Arte Alameda.
El retrato de un chupasangre
Tras estar nominado en la 93ª edición de los Premios Oscar con “No” (2012) en la categoría de Mejor película internacional, Pablo Larraín vuelve a ser nominado por la Academia gracias a “El conde” (2023), una sátira política que retrata los últimos días de un Augusto Pinochet vampiro (interpretado por Jaime Vadell). Sin embargo, el cineasta chileno no es el protagonista de la nominación, sino el estadounidense Edward Lachman, quien por medio de una delicada propuesta en blanco y negro obtuvo la nominación a Mejor dirección de fotografía.
“El conde” fue nominada junto a las ya mencionadas “Killers of the Flower Moon”, “Poor Things”, “Maestro” (Bradley Cooper, 2023) y “Oppenheimer” (Christopher Nolan, 2023), películas caracterizadas por presentar historias bajo ópticas tan innovadoras y vanguardistas, como reminiscentes del cine del siglo pasado.
En una columna para The Clinic, Cristian Briones afirma que negar las cualidades estéticas de Larraín es un despropósito. “Cuando una película en blanco y negro evoca más a Dreyer que a un comercial de perfumes, es que algo innegablemente bueno está pasando en la pantalla”, recalcando en la “apuesta fuerte” del retrato de un dictador chupasangre bajo la mirada de Lachman. Sin embargo, nos confesó que ve muy difícil un triunfo chileno en esta categoría. “Ese premio tiene a ‘Oppenheimer’ y ‘Killers of the Flower Moon’ en una férrea disputa por el primer lugar”, asegura.
Marisol Águila, por su parte, opina que este premio ya tiene ganador: Hoyte van Hoytema, el director de fotografía de “Oppenheimer”. “Arrasó tanto en los Premios de Cine de la Academia Británica —un importante antecedente para los Oscar—, como en los Premios del Círculo de Críticos de Cine de Nueva York, los Premios de la Asociación de Críticos de Cine de Chicago, los Critic Choice Awards, entre otros”, detalla.
La memoria de un hombre y un país
Tras estar presente en la 93ª edición de los Premios Óscar con “El agente topo” (2020), la cineasta Maite Alberdi vuelve a realizar una obra nominada a la categoría Mejor Documental: “La memoria infinita” (2023), un íntimo retrato al amor entre la actriz Paulina Urrutia y el periodista Augusto Góngora, y los cruces entre su historia personal y la memoria colectiva de nuestro país.
“La memoria infinita” fue nominada como Mejor Documental junto a “Bobi Wine: The People’s President” (Moses Bwayo y Christopher Sharp, 2023), “Four Daughters” (Kaouther Ben Hania, 2023), “To Kill a Tiger” (Nisha Pahuja, 2023) y “20 Days in Mariupol” (Mstyslav Chernov, 2023), siendo esta última película la principal rival del largometraje de Maite Alberdi.
“A dos años de la invasión rusa a Ucrania, con Europa entibiando los pies para ir a la guerra, y con la necesidad de desviar la atención a otro conflicto que no esté en Medio Oriente, que ’20 Days in Mariupol’ no se lleve el Oscar es casi imposible”, afirma Cristian Briones. Sin embargo, no todo estaría perdido para la representante nacional. “La campaña de Alberdi con MTV —quienes distribuyen la película en Estados Unidos— ha sido impecable, así que no lo descarto. Lo espero, pero con el corazón firme y no frágil”.
Marisol Águila apuesta por el “sello autoral” de la cineasta. “Su dirección enfatiza el armado de los personajes y el guión de la historia narrada; el retrato íntimo de personajes entrañables que logran la empatía del público. Además, tras haberse llevado el Goya a la Mejor Película Iberoamericana y ser reconocida con el Vanguard Award en el Festival de Sundance, sus posibilidades se multiplican”, sentencia.
Cabe destacar que el 2023 no tan solo fue un gran año para la cinta de Maite Alberdi, si no un excelente año para el cine chileno. A lo largo de diversos encuentros internacionales realizados en países como Estados Unidos y Asia, Chile recibió 309 premios internacionales, en donde destacan dos hitos protagonizados por “El conde” y “La memoria infinita”: el galardón a Mejor guión en el 80º Festival Internacional de Cine de Venecia y el Gran Premio del Jurado en el Festival de Sundance 2023, respectivamente.
De acuerdo a Marisol, “el cine chileno pasa por un muy buen momento, reconocido internacionalmente por su nivel técnico y alta calidad, capacidad de establecer alianzas de co-producción en los más importantes mercados, nuevos lenguajes, experimentación y desarrollo de distintas temáticas”. Lamentablemente, todo parece indicar que el reconocimiento internacional no estaría incidiendo en el ímpetu de los espectadores chilenos para conversar sobre cine chileno.
¿Qué hablamos cuando hablamos de cine chileno?
En una columna de Ciper sobre la presencia chilena en los Oscar, Gonzalo Maza, guionista de “Una mujer fantástica” (2017), hace hincapié en que “el cine chileno hoy no cuenta con ningún espacio —y lo repito ahora en mayúsculas: NINGUNO— en la televisión local para difundirse”, recalcando el nulo interés que tienen las cadenas en difundir producciones nacionales en horarios prudentes. En el caso del cine en físico, el caso no es muy distinto.
Por casi 20 años, Cristian Briones se ha dedicado a vender películas en Fílmico, cuyo catálogo posee producciones nacionales ampliamente premiadas en el extranjero como “La batalla de Chile” (Patricio Guzmán, 1975-1979), “La luna en el espejo” (Silvio Caiozzi, 1990) y “Gloria” (Sebastián Lelio, 2013). Sin embargo, cada año son menos los largometrajes nacionales que son editados en formato físico y las personas interesadas en adquirirlos.
“Adquirir va más a un nicho, y quienes tienen interés por el cine chileno son un segmento mucho más pequeño de ese nicho. Y que, para peor, fue achicándose por el poco interés y logística de las productoras en crear versiones en formato físico”, afirma Cristian. “‘Una mujer fantástica’ salió en Blu-ray en México; no en Chile, donde sólo salió en DVD. ‘Chicago Boys’ no tuvo reedición, y fue uno de esos títulos que se agotó en todo”, ejemplifica. “A las grandes audiencias el único premio que en realidad les resuena es el más popular: el Oscar. Y aún así, lo que esperan es que estén en streamings”, sentencia.
A pesar de que el streaming pueda amenazar la demanda de cine chileno —tanto en formato físico como en salas de cine—, espacios independientes como el Centro Arte Alameda apuestan por complementar su cartelera de estrenos con funciones temáticas, retrospectivas, y conversatorios sobre producciones nacionales moderados por la crítica de cine Marisol Águila.
“El público fiel, joven y entusiasta del Centro Arte Alameda ha reaccionado extraordinariamente a estrenos chilenos precedidos de un importante recorrido internacional, como recientemente fue el caso de ‘Los colonos’ (2023) de Felipe Gálvez, en que llenaron la sala y participaron activamente en el cine-foro posterior con su director, aportando interesantes reflexiones y miradas”, afirma de manera entusiasta la moderadora.
De acuerdo a Marisol, las nuevas generaciones de cineastas nacionales han instalado miradas críticas a la historia de nuestro país, temáticas en torno a la diversidad sexual, y constantes representaciones a voces históricas no representadas, lo que ha generado que las audiencias que frecuentan salas independientes sean más proclives a debatir el nuevo cine chileno. “Logran generar un diálogo social e intergeneracional y, en muchos casos, también permiten instalar debates en los contextos educativos en que el cine se alía con la educación”, destaca.
En paralelo a su trabajo en la tienda Fílmico, Cristian Briones escribe sobre cine en The Clinic y participa como panelista en espacios de conversación como El Flimcast, MouseLT y Cuarentena Sessions, manteniendo una presencia digital que lo lleva a encontrarse con un sin número de debates cinematográficos online, los cuales no suelen ser tan amenos como uno podría esperar.
“Esta parte es triste”, advierte. “La conversación sobre las obras audiovisuales nacionales está tomada por un grupo de gente que lo que busca es basurear por clicks en vez de realmente hacer un trabajo de apreciación. Es la desgarradora verdad, pero todos aquellos espacios que están esperando que se hable de una obra nacional, es para destrozarla y poder alimentar las cuñas envenenadas en redes sociales. Se habla más de audiovisual chileno, pero nos falta mucho para que esa conversación tenga otro cariz más enfocado en su calidad y necesarias mejorías”.
En el caso de “El Conde”, Cristian afirma que su conversación se vio contaminada por “lecturas post-textuales de una parte del espectro que no puede lidiar con la aproximación de Pablo Larraín y la ola reaccionaria que insiste en establecer —más allá de cualquier dato empírico— que la temática está tomada por la Dictadura. Así que no, no diría que esa conversación haya existido siquiera».
Por otro lado, el dueño de Fílmico destaca la manera en que “La memoria infinita” retrata a “un país que enfermó de olvido”, sin antes lamentar la manera en que ese tema ha quedado a la saga de los debates a su alrededor. “Van primero la idea de la enfermedad, la de la historia de amor, la de los cuidadores, y más atrás el hecho de que la vida del protagonista bien puede retratar a nuestro país”, opina.
Para Marisol Águila resulta clave analizar ambas obras bajo la óptica de su estreno a 50 años del golpe cívico-militar. “Dado que la sátira política no es un lenguaje al que el público chileno esté especialmente habituado, ‘El conde’ tuvo una recepción más controversial, especialmente porque se estrenó cerca del 11 de septiembre y, para muchos, resultaba intolerable revivir la figura de Pinochet como un personaje eterno que resultó impune”, asegura la periodista.
Y en el caso de “La memoria infinita”, Marisol destaca en El Mostrador la manera en que el documental homenajea la figura de Augusto Góngora. “Su muerte ha reabierto la posibilidad de que Chile se mire a sí mismo en la historia larga y no se deje confundir por voladeros de luces de la historia corta que olvidan su propia identidad”, reflexiona.
La dualidad entre el récord de premios que recibió Chile durante 2023 y la compleja relación de los espectadores con el debate en torno al cine chileno, dificultan los dictámenes previos a los resultados de los Oscar. Sin embargo, algo resulta ineludible: la relación de ambas películas con la memoria histórica de nuestro país y la manera en que nos hace reflexionar sobre nuestra propia relación con ella.
A la espera de los resultados de los Oscar, solo nos queda replicar e internalizar las palabras de Maite Alberdi tras ganar el Goya a Mejor Película Iberoamericana: “la memoria histórica se construye narrando y compartiendo el dolor”.