“Muchas gracias por la oportunidad, tenemos que aprovechar porque no hay tantas instancias. Son mi only one”, son las palabras con las que Princesa Alba cierra su show en Ruidosa, antes de cantar la canción del mismo nombre. Subió a cantar minutos después de la Red Bull Batalla de Los Gallos Showcase, una batalla de rap entre artistas que fue liderada por la renombrada MC Zitazoe, y los numerosos aplausos la emocionaron al instante. Cantando cautelosamente, en la primera canción enfrentó un desperfecto técnico que no pudo alterar su temple, así que con total sencillez pidió disculpas y reinició. De ahí en adelante, puro éxito.
Trinidad Riveros, bajo el nombre de Princesa Alba, ha sido la controvertida revelación del trap, lamentablemente no por su trabajo como artista musical, sino por las críticas innecesarias hacia su aspecto y su propuesta. El videclip de “Mi only one” generó una ola de comentario tóxicos asociados a su cuerpo, lo que, para bien o para mal, resultó ser una catapulta publicitaria. “Si yo quiero estar semidesnuda en un video, cosas que hago, es porque yo decido hacerlo (…) Me muestro semidesnuda como símbolo de que puedo hacer la hue… que quiero”, señaló a Sábado. A su puerta llegaron entrevistas y sesiones de fotos, mayor repercusión en redes sociales, y casi en paralelo el trap terminó de asentarse en el país.
La explanada de Matucana 100 se encuentra absolutamente llena y el ánimo del público está alto, en parte por la expectativa hacia su show, en parte porque el mismo festival tiene una alta energía. Princesa Alba, desde el escenario, pregunta a su público si se ve bien el video que ha desplegado en la pantalla led y si se entiende. “Son los comentarios machistas que me pusieron en Youtube”, comenta con una risa cómplice. En un fondo rosado, de acuerdo a la estética de moda de Instagram, van apareciendo los comentarios violentos, lo que alterna entre mensajes de destruir al patriarcado. Sus fans están embelesadas y bailan lento al dopado ritmo de sus canciones.
El trap no es un género caracterizado por mover al público del mismo modo en que podría hacerlo la cumbia o el pop, y sería un error pretenderlo. El mejor feedback que la Princesa podría recibir es que contempla: fans bailando lento y cantando, subiendo historias a Instagram mientras fuman con su música de fondo, aplaudiendo con todas sus fuerzas al los temas. Hay un punto alto de gritos y aplausos con “Digital Angel”, ella y su público están en completa sintonía, hay guiños coquetos y es innegable que progresivamente aumenta el nivel de disfrute. En lo que debe haber sido media hora, Princesa Alba logra llegar no sólo a los corazones de sus fans, sino que hay una recepción positiva de nuevos adeptos.
Podrá gustar o no, pero el trap pega y gusta, convoca cada vez más masas, y es que Princesa Alba es la exponente nacional del momento. Han sido injustos por juzgarla con varas que no habrían aplicado con otros artistas y por distintos motivos; desde lo que encarna el trap hasta la misma ideología que ella porta. “Mi cuerpo no quiere tu opinión, tus imposiciones machistas, tus piropos, tu opresión”, reza también la pantalla, en armonía al canto de cadencia lánguida. En lo que podría parecer la fatiga del género musical, hay una vitalidad desde la disidencia a lo que se ha normalizado, es el poder de una marginalidad que existe y que puede ser abordada desde mil aristas. La suya, su marginalidad, es la de ser una mujer que hace ruido.
Puedes escuchar su debut discográfico «Del Cielo Mixtape», lanzado previo a su presentación en Ruidosa, que cuenta con la producción de mlshbts, Gianluca, OSSA, Rehm y cuenta con la colaboración de la rapera parisina Lean Chihiro.