“El grupo representa la historia de la mayoría de los grupos. No es una historia de éxito, triunfo y fama. Eran cabros de 20 años tratando de romperla en una época en que Chile y el mundo estaba lleno de grupos así. En un momento la rompen, pero después ya no la rompen más”, explica Eileen Karmy, uno de los directores del documental «Canción Norteña», estrenado en 2017.
El trabajo audiovisual, dirigido por Karmy y Martín Farías, pone en valor el legado histórico de la agrupación Los Cumaná, responsables y pioneros del sonido tan característico de la cumbia coquimbana, aquella en que la guitarra y el vistoso contrabajo eléctrico tomaba el protagonismo al son de ritmos tropicales.

Influenciados por Los Wawancó y Los 5 del Ritmo, este grupo de jóvenes fue descubierto en 1970 por el productor escocés Roberto Inglez, director artístico de RCA Victor que por esos años, era el sello discográfico más prestigioso del país y con gran oído para «cazar talentos» a nivel nacional. Ese mismo año grabaron su primer long play «Ritmo Caliente», que contiene composiciones del fallecido Hernán Gallardo Pavez, autor del emblemático himno fiestero «Un Año Más».
Posteriormente, se da una de las versiones más interesantes de la música chilena y que tiene como protagonista al cantautor brasileño Caetano Veloso. Resulta que, al año siguiente de su debut discográfico, el mismo Roberto Inglez se contacta con Luis Tirado, director de Los Cumaná, y le propone realizar una versión en su estilo de «Marinheiro Só». Ellos desconociendo totalmente de quién era Veloso, aceptaron la propuesta y la adaptaron al español.
Con Luis Tirado Picarte en piano y coros, Héctor “Tito” Rojas en la voz principal y tumbadora, Eduardo “Mico” Poblete en bajo y coros y Juan García en timbaletas y coros, dieron vida a «Marinero, Marinero», que posteriormente se incluyó en el LP «Y… sigue el ritmo caliente» (1971). Si bien ambas versiones tienen un espíritu de celebración en cuanto a su sonido, los coquimbanos lo adaptaron fielmente a su estilo que jamás se pensaría que proviene de Brasil.
Incluso, el mismo Roberto Inglez estaba tan entusiasmado con que la canción sería un éxito, que quiso tocar el piano en la grabación, ante la atenta mirada de Tirado. Lo curioso, es que estas notas de piano fueron inspiradas en el tema principal de «Popeye, el marino», que se puede oír si prestas atención a la melodía de este instrumento.
Dicho y hecho. La versión de Los Cumaná se convirtió en todo un éxito para la época, vendiendo 36 mil copias y tuvieron que volver a Santiago para recoger el Disco de Plata que Hilda Parra, la hermana de Violeta, les entregó en un evento que se hizo en el antiguo Estadio Chile.
Actualmente, la banda coquimbana se encuentra alejada de los escenarios y vuelven a reunirse solo para ocasiones especiales, como el lanzamiento de este documental en el Centro Cultural Palace de Coquimbo o en la reciente versión del Festival ARC.