Durante la década del 70′ existió lo que algunos críticos y músicos llaman el trío vocal femenino más importante de Chile. Con una vitrina estable en televisión e impulsoras de la onda disco en Latinoamérica, Frecuencia Mod se anotó con notables títulos en el cancionero popular y gozó del éxito en Alemania, donde pasaron sus últimos años como conjunto estable.
Antes que Supernova irrumpiera a comienzos del presente siglo con su pop altamente radial, las hermanas García hicieron lo propio en la década 70′. Iniciadas como un cuarteto de hermanas y apoyadas por su padre (quien asumió como manager del grupo); Dolores (14), Soledad (11), Patricia (15) y Macarena (13) fueron Las Incógnitas antes de saltar a la fama como Frecuencia Mod, donde mezclaban la cultura chilena y española en su vestuario y se caracterizaban por el uso de antifaces.
Pero fue un comentario de Mario Kreutzberger el que hizo cambiar este proyecto radicalmente: «Don Francisco en Sábados Gigantes nos dijo en vivo y en directo: ‘estas chiquillas deben ser muy re feas’ y a mi papá le tocaron la fibra, entonces decidió sacarnos los antifaces» recuerda Patricia, quien actualmente está radicada en Oberndorf, localidad perteneciente al estado de Niedersachsen en Alemania.

A más de 12 mil kilómetros de Chile, Patricia, la mayor de las hermanas García, recuerda los tiempos mozos de Frecuencia Mod y sus inicios en la música. «Se podría decir que el grupo se formó automáticamente, porque cantábamos desde pequeñitas, era algo innato; algunos dicen que se nace cantando, a nosotras nadie nos enseñó a cantar. Primero nos formamos con un montón de hermanas (porque somos muchas), luego quedamos cuatro chicas. En el año 1970 fue cuando comenzamos profesionalmente, nos presentamos en un festival organizado por Canal 13 y Diario La Tercera, quienes armaron una convocatoria para grupos locales. Entonces, desde ahí empezamos de lleno en la música, no hacíamos nada más que música, así empezó todo» comenta.
La banda debutó como cuarteto con los singles «No te fíes de la rosa» (Carlos Alegría y Juan Carlos Gil) y «La lluvia, tú y yo» (Luis Poncho Venegas), y mientras se respiraba aires de tensión política en el país lanzaron su primer LP «Show Rock» (1973), editado por RCA Victor. El disco contenía versiones propias de «Don’t you just know it» de Huey Smith, «Twilight Time» de The Platters, la mítica «Lolly Pop» de Chordettes y «Will You Love Me Tomorrow» de The Shirelles, entre otras, pero lo cierto es que su éxito se comenzó a ver una vez que publican su álbum homónimo de 1978.

Suspiros y gemidos: el nacimiento de un disco histórico
Conciertos por Chile y Sudamérica e invitadas a cuanto programa de televisión de la época, era parte de la ajetreada agenda de Frecuencia Mod. Luego de una trayectoria importante en el país, RCA les propone realizar un disco con «cosas totalmente nuevas». Fue así como nace «Frecuencia Mod (el disco)», compuesto por las letras escritas de la chilena Scottie Scott y arreglos musicales de Guillermo Rifo. «Ella (Scottie Scott) componía la letra y nosotras la hacíamos nuestra con la música. De ese trabajo nació, para mí, uno de los discos más lindos de nuestra carrera» dice Patricia.
La cantante recuerda el ambiente de alegría que se vivía en el estudio de grabación. «Guillermo (Rifo) no es solamente una maravilla como músico sino que también como persona. Nos sorprendimos de su carisma, había cariño, respeto y creatividad. Nos caímos todos muy bien, se trabajó en un ambiente de agrado y alegría, había mucha creatividad en el estudio, todos proponían cosas y creo que eso fue lo que provocó el éxito del grupo» señala.
Entre los músicos sesionistas que participaron en aquel disco estuvo Carlos Corales, guitarrista histórico de Aguaturbia, quien las recuerda con cariño: “en esa época se grababa harto, pero con las Frecuencia Mod era muy fácil; interpretaban bien, las voces perfectas, afinaditas y lo principal es el timbre que tenían. Me atrevería a decir que es el mejor grupo vocal femenino que ha existido hasta ahora en Chile y no creo que salga alguien más como ellas” comenta Corales.
A esta conversación se suma Denise (Aguaturbia), quien refuerza la idea de que «son una de las voces especiales de Chile, junto a otras como Paz Undurraga (Los Bric a Brac, Las Cuatro Brujas), Sonia y Myriam, Rayen Quitral, Isabel Parra y Tita Parra (…) Es importante que la o el cantante tenga un lindo timbre con su voz natural y entera, como algo más técnico, y las Frecuencia Mod tenían todo eso».
La periodista e investigadora de música popular, Marisol García, valora al trío y sus grabaciones «como uno de los escasos ejemplos de música bailable de calidad hecha en Chile desde un prisma cosmopolita, por fuera de los ritmos caribeños y de orquestas. Había una orientación hacia el pop europeo y la música disco, incluso, que casi nadie trabajaba entonces acá», Además, agrega que «lo hicieron tan bien, que sigue resultando atractivo de escuchar hasta ahora. Hay mérito ahí de su versatilidad vocal, de su disposición a estar al día con tendencias foráneas y de decisiones muy interesantes del equipo en estudio, como el insólito agregado de charango con que se inicia «Cállate, ya no me mientas».

La mencionada «Cállate, ya no me mientas», «Gigoló», «Yo soy una dama» y «¡Oh! que pena» son algunos de los hits radiales que tuvo el long play, sin embargo hubo una canción que marcó a la banda y que los mismos Ases Falsos realizaron una versión hace un par de años. Hablamos de «Duele, Duele», el cual repitió el hito de Donna Summer en 1975 con la canción «Love to love you baby», incluyendo gemidos que se volvían incómodos para la población conservadora pero que se anotó como una de las grandes canciones del conjunto.
Soledad, quien era la menor del trío, fue la encargada de realizar esos suspiros tan icónicos. «Nosotras estábamos en el estudio y nadie se atrevía a hacer el “Duele Duele”, porque teníamos que hacer esos suspiros al final. Entonces, el director artístico nos dice, ‘ya, vamos a tirar una moneda a ver cuál de las tres le toca’ y le tocó a la menor, a Sole, que esa si que no tenía nada de experiencia, a lo más un besito con alguien» recuerda Patricia entre risas.
¿Tuvieron problemas al respecto o algún tipo de censura, dado el contexto político de la época?
«Nunca tuvimos problemas. Nosotras nos declarábamos apolíticas, aunque mucha gente no lo cree. Si uno se mete en política, van a pensar en ti ¿quiénes? los partidos, porque van a pensar en ti como en una figura para ayudar en su campaña. Un artista no debe inmiscuirse en política ni en religión ni en nada, hay que ser simplemente abierto a todo el mundo, te guste o no. Nosotras estuvimos en las dos épocas: en la de Allende y de Pinochet, y jamás hablamos de política. Incluso, nos preguntaron al llegar a Alemania si veníamos por exilio y nada que ver».

Estrellas chilenas en Alemania
Tras una presentación promocional en un programa de televisión en Brasil, el trío es abordado por el representante del sello RCA del país europeo, quien les ofrece un contrato por cinco años. El viaje definitivo se concretó en 1979, sabiendo absolutamente nada de alemán.
¿Cómo fueron esos primeros años?
Fue una época muy difícil porque vivíamos en un hotel en un piso 21, solas. Lo único que hacíamos era: nos venía a buscar un taxi, luego íbamos a Malchin que quedaba a 30 minutos de Hamburgo, después nos íbamos al estudio y grabamos las canciones con Rolf Soja, que era el mismo productor de las Baccara.
Cuatro meses después de su viaje, vuelven a Chile como unas grandes celebridades para presentarse en el programa «Lunes Gala» de Canal 13, bajo el nombre de SUPER. «Qué bonito resulta poder presentar a artistas chilenos traídos desde el exterior como grandes figuras, como lo son actualmente en Europa» dice César Antonio Santis al introducir al grupo chileno del momento y que solo estaría por unas horas en el país. En esa instancia, pudieron presentar «Duele, Duele» en vivo por primera vez, además de un repertorio que incluyó una versión de «Chiquitita» de ABBA.
«Recuerdo que Sole se lució y comenzó a hacer los suspiros en vivo como si estuviera jugando. Por un momento pensé que el público nos estaba tirando tomates y no, eran flores» comenta Patricia.
«Con nosotras probaron rock, disco, pop, estilo Abba y canciones tradicionales. Era muy difícil captar el mercado. Cantábamos en inglés y la gente, que sabía que éramos chilenas, nos pedía “La Bamba”, porque decía que veníamos de un país con sol y palmeras» recoge Músicapopular sobre una entrevista realizada a Dolores García. La falta de compromiso del sello y las constantes decisiones erróneas respecto a lo que ellas querían, terminó por acabar con el contrato con el sello alemán e inician un camino incierto para el futuro musical del trío.
¿Qué sucedió realmente?
«Llegó un momento, como pasa en la vida, en que quieres hacer tus cosas. Nosotras estuvimos cantando toda la vida juntas y llegó un momento en que cada una tenía su novio; entonces, al tener novios las cosas cambiaron, cada una tenía otras ideas y ya no era lo mismo de antes. Entonces dije: yo no puedo seguir así; si seguimos como siempre seguiremos, pero sino mejor que cada una siga su propio camino por más que nos duela el corazón»
Fue así como Patricia dejó el grupo para dedicarse a su carrera en solitario y sus hermanas también realizaron proyectos paralelos a Frecuencia Mod. Soledad tuvo un paso fugaz por el exitoso dúo español Baccara junto a Mayte Mateos, mientras que Lola forjaba amistades musicales que prontamente se unirían al renovado Frecuencia Mod, pero esta vez con una propuesta más rockera alejadas del pop radial de los 70′.
En 1994, Lola y Sole viajan hasta Cuba para editar el disco «Sentidos Próximos» bajo el nombre Frecuencia Mod (autorizado por Patricia) y que contó con la participación de los músicos cubanos Ricardo Álvarez y Manuel Camejo. Aunque era un material atractivo musicalmente, no tuvo el arrastre de décadas anteriores y así se marca el fin del grupo.
A pesar de los años y su disolución, varias canciones de ustedes siguen en el inconsciente colectivo de Chile, ¿a qué cree que se deba?
Si tu piensas desde el año 78’, que fue el éxito de nuestro disco, han pasado casi 40 años años y es una cosa increíble que no encuentro la razón. A veces uno piensa que fue porque nos fuimos (a Alemania) justo en el momento en que estábamos arriba de nuestra carrera. Si tú no sales de Chile no aprendes, te quedas ahí estancado; en cambio si sales, tú abres los ojos. Es como cuando naces en un pueblo; naces, creces y haces toda tu vida en ese mismo pueblo, pero ¿qué vas a aprender si no sales de ese nido? hay todo un mundo por conocer, el mundo no es Chile.
Aunque esté tan alejada físicamente de su país natal, Patricia se mantiene informada sobre el panorama musical en Chile a través de redes sociales. «He visto algunos videos de Mon Laferte, me parece que está haciendo un lindo trabajo. Menos mal hay muchos artistas chilenos que están saliendo para engrandecerse y aprender. Nosotras los primeros años en Europa lo pasamos pésimo, llorábamos a mares porque extrañamos demasiado, pero tuvimos que salir adelante porque no nos quedaba de otra».
De esta forma, reivindicamos el legado de un grupo que marcó precedentes en la historia musical chilena y que hoy, si bien están alejadas de las luces del espectáculo, se les reconoce como pioneras de proyectos encabezados por mujeres y con unas voces tan bellas y sincronizadas. Gracias, Frecuencia Mod.
Fotos de archivo cedidas por Patricia García Salas
