En un año tan ajetreado para las artes, volver a hacer reseñas con tantas cosas pasando por nuestra mente se ha tornada difícil, angustiante y por qué no decirlo: estresante. Sin embargo -como todos los años- quisimos dejar un registro de lo más destacado de este 2019, como un acto de dejar memoria de lo que se está haciendo en la música chilena en medio de esta crisis social que nos tiene a todos (o a la gran mayoría) preocupados y esperanzados por cambios urgentes.
Partiendo por los discos de larga duración que, a diferencia de recuentos anteriores, fue complejo resaltar uno por sobre otro. Actualmente Chile goza de una riqueza y una variedad musical que a principios de la década -que ya se va- no existía. Si hace 10 años podíamos destacar discos en el pop y el rock, hoy se puede apostar por buenos trabajos en esos géneros y también en otros como el rap, urbano, jazz e incluso electrónica.
El equipo de Solo Artistas Chilenos eligió sus discos favoritos del 2019:
Jonas Sanche – 27
Desde que Jona Sanche conquistó la escena under del rap chileno en 2012 con su primer disco “Verdades, la voz de la avenida”, han pasado varios años, experiencias y escenarios. “27”, su nueva placa, viene a consolidar todas esas vivencias y la madurez musical del rapero nacional a través de 17 canciones, con una versatilidad lírica que aborda temáticas introspectivas, desde el amor y desamor, hasta la rabia colectiva y la crítica dura a las altas esferas de poder.
El disco se compone desde la identidad propia de cada canción, con puntos álgidos como la intimidad de Te busqué, junto a Ana Tijoux, una canción con reminiscencias a los beats más profundos de Kendrick Lamar, que se contrasta con Juegos de Ambición, track pesado y directo al descontento social y las mentiras de la élite. Dos grandes lados de Jonas Sanche que coexisten perfectamente en “27”. Por Sebastián Paredes
Fonosida – «Dorama»
Sin siquiera haber estrenado un EP, Fonosida se convirtió en una de las bandas más interesantes y que más emoción causaban de la escena independiente. Su canción Tiremos era coreada por decenas de adolescentes que se la habían aprendido a pura práctica, yendo frecuentemente a sus tocatas. Fue con ese historial que el grupo lanzó el 2019, «Dorama», su primera placa de estudio.
El conjunto nos pone a viajar en torno a ritmos electro-pop, todo bajo una mirada lo-fi y siempre con un tema central, la adolescencia. Es ahí donde Dorama toma fuerza y emociona, en la vulnerabilidad y sinceridad de sus letras. Ser joven no siempre es pasarlo bien; la depresión, el desamor y las drogas atacan fuerte y Fonosida canaliza sus vivencias en canciones, que más que simples composiciones parecen diarios de vida, consejos y experiencias musicalizadas para una generación que comienza a vivir. Y que no queremos que muera. Por Francisco Trejo
Diego Lorenzini – «De algo hay que morir»
Cada tres años, el músico talquino nos sorprende con un trabajo en solitario. Así fue con Trenzas ad honorem (2013), Pino (2016) y ahora con De algo hay que morir. Un título sugerente, que te llama a escucharlo y si de algo hay que morir, que sea escuchando este disco. Fue un año movido para Lorenzini -entre el segundo disco de Tus Amigos Nuevos y su primera gira a México- y se concreta con este álbum, donde prima el sonido acústico con la armonía que entregan las voces invitadas: Chini.png, Rosario Alfonso, Niña Tormenta, Javier Robert y el mismísimo Erlend Øye).
Jugársela con un disco de 17 canciones en tiempos del streaming puede parecer una locura, pero Lorenzini logra captar la atención en cada track; y relatarnos aventuras cotidianas, viajes a Valparaíso o la fragilidad de la muerte representada en un personaje querido por todos (o la mayoría) como lo es Felipe Camiroaga. Un álbum de rica curatoría, que nos invita a imaginar paisajes, tomar un café caliente por la mañana o simplemente acompañar momentos de lectura. “De algo hay que morir” es el resultado de un trabajo colectivo, talentoso y creativo. Por Cristóbal Galleguillos
Melissa Aldana – «Visions»
Probablemente usted nunca ha escuchado acerca de Melissa Aldana, pero es una de las artistas más destacadas de nuestro país. ¿Cree que exagero? Estamos hablando de una fantástica saxofonista establecida en Nueva York , quien se ha dedicado a mantener un nombre en la escena jazz y que este 2019 ha sido nominada a los premios Grammy. Es la única chilena que nos representará en esa instancia.
En este trabajo, inspirado en el arte de Frida Kahlo, contiene todo lo que esperarías en un disco de este tipo, excelentes espacios de improvisación, el sonido completamente en vivo y con diferentes melodías nocturnas. No todo en la vida es pop, por lo que les invitamos a abrir su paleta musical con este disco. Por Profesor Rayado
Simón Campusano – «Brillo»
Hay que manejar una delicadeza y una paciencia especiales para poder encontrar una fuerza tremenda en cada pequeño detalle, y esa es la clave para armar una torre de copas de champaña. Una vez que la estructura se ha elaborado con toda la motricidad fina posible, el líquido puede escurrir como un torrente infinito. Destacar es fácil cuando no hay una rutina, sino una técnica perfeccionada, como en el caso de cada track en “Brillo”.
Este disco resume la nostalgia y ansiedad de lo que fue el 2019, las arritmias de nuestros corazones y la inefable sensación de querer perdernos en una superficie infinita. Además de todo esto, nos deja una moraleja tangible: si sientes tanta vergüenza que dudas intentarlo otra vez, entonces inténtalo. Existe mucho valentía en saber exponerse vulnerable, reverberante, incómodo, y hermoso. Por Constanza Zúñiga
Slowkiss – «Patio 29»
Este es un largaduración muy esperado ya que desde hace varios años la banda Slowkiss ha estado dando vueltas con buenos epés. Este trabajo, el cual contiene letras en inglés principalmente, muestra un sonido sólido como se espera en un trabajo punk rock. En este caso, canciones como Control o Enough, van directo al hueso y que en menos dos minutos te deja con peinadito para atrás. Como también tienen una gran influencia del grunge y rock alternativo noventero en canciones como Vampire o también Ballerina.
Aquí tienen la prueba fehaciente de que el rocanrol chileno tiene mucho que decir en artefactos como este, donde tanto las melodías como las guitarras distorsionadas tienen su espacio en un potente combo rítmico. Por Profesor Rayado
Fernando Milagros – «Serpiente»
Mucho de volver a las raíces, reconocer sonidos de sus inicios pero siempre serpenteando entre distintos estilos sin estancarse en uno solo. Fernando Milagros supo encontrarse a sí mismo de la manera perfecta para no sonar igual que siempre pero sin perder su esencia. Mezclas de sonidos psicodélicos, pasando por el rock y el pop, aunque también recursos folclóricos en Ay de mi. Quizás lo que más sorprende en este disco es que también se incluye un poco de rap en su colaboración con Catana en Antirevolución.
Todo esto en un mismo disco, que a pesar de sus diferentes sonidos encuentra un enlace preciso siendo fácil de digerir y escuchar sin cuestionamientos a los recursos ocupados. Por Hirenna Iribarren
Sistema Beat Andino – Chasqui Musujg
Chasqui Musujg, que significa “Mensajero Nuevo”, es el nombre que le da a su segundo LP, desde Quillota, Sebastián Abarza (29) más conocido como Sistema Beat Andino, quien funciona como músico, Dj y productor musical. Disco que mezcla sonidos latinos, muy autóctonos, tropicales, y como lo dice su aka: andinos, inspirado en la cosmovisión Incaica, dividido en tres mundos: Hanan Pacha, Kay Pacha y Uku Pacha.
Es un disco que se conecta mucho con la naturaleza, un disco sabroso, en el que te pueden dar ganas de estar bailando a pata pelá o saltando en el pasto o simplemente echarse en él. Este disco consta de 7 canciones, fue lanzado el 27 de agosto del 2019 por Sello Regional, sello de música electrónica autóctona latinoamericana. Fue producido por Sebastián Abarza. El diseño sonoro por Juan Cruz. Masterizado por Tribilin Sound (Perú). Ilustración de Magapintora. Por Pinkhead
Los animales también se suicidan – «Balneario»
Cuando hace un par de años atrás Los animales también se suicidan grababan sus primeros pasos sonoros, registrados en 2 EPs, eran lo que la escena independiente estaba pidiendo a gritos, una renovación. Sin embargo el cambio de aires vino a dar el paso definitivo con “Balneario”, el primer larga duración del grupo.
En este trabajo lleno de guitarras, pedales y sobre todo pop, la banda hace una retrospectiva sobre la vida lejos de las raíces, el amor y la nostalgia. Las pegajosas melodías que se desprenden de “Balneario” se convirtieron con méritos propios en clásicos instantáneos y temas cómo ‘Atormentado’ y ‘No pude’ en himnos generacionales de la nueva camada del mal llamado “pop de guitarras». Por Francisco Trejo
Camila Meza & The Nectar Orchestra – «Ámbar»
Camila Meza es una cantante chilena que lleva mucho tiempo haciendo carrera en Estados Unidos. Allí ha aprendido a desenvolverse muy en el jazz y este año apostó por un disco orquestal. En la antigüedad se decía que el ámbar tenía propiedades máginas, como extraer las energías negativas o purificar el alma y lo que provoca este álbum es precisamente eso. Es una suerte de conexión mágico con los sonidos puros y el protagonismo de una voz cautivante, que sabe ocupar bien los tiempos, los silencios y los vibratos.
Meza está acompañada de un cuarteto de cuerdas, bajo, piano, batería, violines, violas y violonchelo. En su conjunto, potencian las composiciones de Camila y también propia a canciones del repertorio mundial como This is not América de David Bowie, Olha María de Chico Buarque o el cierre ecomocionante con el clásico mexicano Cucurrucucú Paloma. Ámbar es sensibilidad, multiculturalidad y una dosis de espiritualidad que se encuentra en pocos discos. Por Cristóbal Galleguillos
Medio Hermano – «XO»
Nos gusta el pop, el maldito pop. Luego de tres años de silencio la banda, Medio Hermano da el golpe con XO, su segundo disco de estudio. 9 canciones, 9 experiencias nuevas, las guitarras se adentran en territorios inexplorados y se juntan con beats electrónicos y audios de Whatsapp por igual. El tiempo y el amor son inevitables y aprender a vivir con ellos, para bien o para mal, es necesario.
“XO” nos trae a una banda más madura, con unos miembros que van aprendiendo de sí mismos y embarcándose en el viaje de una nueva época, errando y acertando al mismo tiempo. Es desde ahí que nace este lanzamiento, de la catarsis y la superación de los viejos demonios internos. Súmale a esto un par de acordes y baterías, y tienes una de las piezas clave para entender el rompecabezas del 2019. Por Francisco Trejo
Tomasa del Real – «TDR»
Sin duda el neoperreo fue el género musical que se robó la película este 2019 y Tomasa del Real es indiscutiblemente su protagonista estelar. Luego del demoledor éxito de Bellaca del Año (2018), la iquiqueña no podía desteñir y menos con el álbum que llevaría sus iniciales: TDR. Junto a un gran número de invitados destacados de la escena (Ceaese, DJ Sustancia, Eli Fantasy), la Tomasa —al igual que en su portada— brilla al ritmo del reggaetón, dembow y el trap en canciones como Braty Puti y Ella Quiere Culiar, verdaderos nuevos éxitos del under discotequero que mantienen un aire deslenguado, erótico y por sobre todo empoderado. Por José Ignacio Frías
Travis Moreno – «Holograma»
Realmente encanta lo caótico que es, el nivel de detalles que existen en cada canción y que se van identificando de a poco a medida que uno revisita el disco, pasando de pasajes delicados y psicodélicos llevados por los teclados en el track Otra nube o Hexágona. También tiene la potencia rockera pesada en base del bajo y batería manifestado en tracks como Superblues o Claroscuro. Además, la voz traspasada por los efectos de Delay y reverb hace multiplicar esta potencia mil veces más.
Cada canción es un verdadero viaje y que a mí parecer muestra que el rock -en especial del lado más progresivo- necesita este nivel de calor y energía con gran nivel de musicalidad, pero sin pretensión académica que te de la lata. Bravo por la banda quillotana. Por Profesor Rayado
Gianluca – «Yin Yang»
Desde que comenzó la carrera de Gianluca no ha hecho nada más que sorprender a su audiencia con cada producción que saca. Su talento va más allá que la de un simple trapero, pues ya ha demostrado ser un artista integral con conceptos e ideas que se van desarrollando a la par de su propia experiencia. Ying Yang viene a ser ese gran golpe, ese disco que marca un cambio, que deja de ser promesa para convertirse en lo que realmente es.
Dos partes, bien y mal, luz y oscuridad, felicidad y tristeza resumen la división de las 13 canciones que dan alma a este álbum abundante en hits (Flotando, Sismo y Serenata) y desprejuiciado en géneros musicales (pop, indie, gospel) junto a grandes colaboraciones como Javiera Mena, Gepe y Pablo Chill-E. Una real joya del 2019. Por José Ignacio Frías
Fuego (Canciones de emergencia)
Generalmente no elegimos compilados para incluirlos en los recuentos de discos, pero en este caso es un compilado bastante especial. 14 jóvenes, ninguno con experiencia previa en la grabación de discos, se unieron una obra genuina y sincera que versan el descontento social por la represión policial del gobierno de Sebastián Piñera.
«La canción es protesta», dice Yorka en el track final, quien fue precisamente la profesora de estos adolescentes en un taller de música en Balmaceda Arte Joven. Ella los desafió a componer en pocas horas canciones con esta temática, entrar a grabar por primera vez a un estudio y el resultado fue maravilloso. Cada canción se nota la rabia y la angustia de una juventud cansada e ilusionada por un futuro mejor para Chile. «Vamos a amplificar a través de nuestras bocas, los gritos que fueron extinguidos» frasea Paula en Todes Gritamos.
Fuego es un grito de esperanza y también el fruto del odio que ha sembrado la autoridad en los últimos 30 años. El poder de este disco radica en las letras y cómo cada una describe el sentir de toda una generación, esa misma generación que hizo que despertara Chile, se saltaran los torniquetes y dijeran ya no más. Han pasado 70 días, la violencia policial sigue igual y las canciones seguirán sonando… ahora más fuerte. Por Cristóbal Galleguillos