Hace un par de días, la cantante y compositora lanzó el primer álbum de su proyecto solista y el resultado es un profundo viaje hacia distintas vivencias que, acompañada de inquietas sonoridades, hacen que las 12 canciones que componen este trabajo cuente una historia que no querrás que termine.
Vivir a medias en un mundo en constante destrucción. Esa es la idea que atraviesa por completo el debut discográfico de Chini.png, El día libre de Polux, donde acompañada de los músicos Juan Desordenado, Simón Campusano, Niña Tormenta y Pepe Mazurett, presenta un trabajo limpio, energético, pero también reflexivo y crítico.
En el mito de Géminis, Polux disfruta de su día libre mientras espera intercambiar de lugar con su hermano, Castor. Una dualidad inherente a la naturaleza del universo que es un reflejo también de nuestra vida diaria, porque, ¿quién en algún punto no ha sido Polux? Eso es lo que intenta plasmar la autora a través de extractos de conversaciones, loops, walkie-talkies, ruidos y quiebres, recursos que sirven para dejar claro la idea principal.
Vivir a medias, haciendo algo obligado, para llegar a tener tiempo a hacer lo que de verdad nos gusta. O, en su defecto, mostrarnos al mundo de alguna manera, para que, en nuestro día libre, seamos nosotros realmente -como bien se refleja a la perfección en el arte del disco-. Más de alguno de nosotros se ha visto en esa situación.
Y es que Chini se demoró justificadamente tres años en construir este concepto, el cual ha definido como una suerte de collage musical, un fluir del pensamiento que, tras escucharla, queda claro que necesitaba salir de su confinamiento para llegar a nuestros oídos.
Tal y como canta en TONTO: «Qué impresionantes, estos sonidos que salen de mí / Los guardé tanto que en cámara lenta me acaban de romper, de una vez». Esta es una de las composiciones más largas y oscuras del disco, y por lo mismo, también de las más poderosas. Una que te lleva hacia profundas emociones para dejarte al final con un repentino silencio y una de las frases más memorables del LP: «Yo creo que cuando uno se muere, es como alguien entra a tu pieza y te apaga la luz».
Y así, cada canción tiene su propio mundo interior, con la música y letra correcta para cada sensación que la artista va desgranando en los 54 minutos que dura este viaje interior. Cada recurso utilizado cumple a la perfección la labor encomendada: los sintetizadores en Nanai, el shoegaze en Venenos, las guitarras en Yo misma y el intrépido rapeo de Loop (que no lo vimos venir).
Pero una de las características fundamentales a rescatar de este disco, es que en medio del ascendente éxito que ha tenido el género urbano en la industria, Chini se mantiene firme con una propuesta sonora que pasa por el indie, el grunge y a veces el folk y construye una vibrante placa. Con ella, se posiciona como una de las artistas más relevantes de su género en el escenario de la música chilena, además de mostrar su evolución como artista desde que la escuchamos por primera vez en En el Fondo Todo Va Bien (2015).
La misma cantante lo reconoce en Punto de vista, canción que agrega la gota de frescura con la única colaboración del trabajo, la voz de Bronko Yotte. «Antes estábamos bien, pero era mentira / Ahora que estamos tan mal, al menos es verdad«, dice la cantante, haciendo un guiño a su primer EP con The Technicians que podría significar el comienzo de esta nueva etapa en la vida artística de Chini.png.
Si bien resumir este trabajo es un desafío tremendamente difícil, lo cierto es que El día libre de Polux es un ambicioso largaduración que se levanta como uno de los álbumes más poderosos de este año, tanto musical como conceptualmente. Una inquieta propuesta que demuestra la versatilidad del indie rock y lo vuelve a posicionar como uno de los estilos que resiste, gracias a voces increíbles como la de Chini.png.