El shoegaze ya es un sonido recurrente en nuestras bandas chilenas, Coloresantos es una confirmación más de este hecho. Pero la banda formada el año 2015 mantiene una propuesta muy sicodélica de este sonido. A diferencia de las bandas con las que comparte escenarios que se enfocan a lo más indie, en este caso se fusiona con el krautrock.
Este cuarteto ya había lanzado algunos tracks en sus medios de difusión. Pero una vez lanzado el single “Pilotos”, tema el cual abre el álbum, atraparon la atención de varios. El sonido de ellos se diferencia en que le dan un gran protagonismo a lo instrumental. Si bien tienen a Kimi Burgos como vocalista, me da la impresión de que su voz se fusiona con su teclado. Esto sumado al trabajo de cuerdas de Rodrigo Montes y Adan Fresard provoca una muralla de sonido potentísima.
El tema que abre este álbum llamado “Tercer Paisaje” hace de gran enganche para comenzar el disco. La distorsión que se ocupa en el coro, sumado a la bella voz de Kimi, cautiva muchísimo. Aprendieron muy bien de sus maestros a la hora de crear su sonido, el cual requiere gran conocimiento de los pedales y efectos.
“Toy” muestra el lado más influenciado por la psicodelia alemana que mencionaba al principio. La batería, la cual está en manos de Martin Lecaros, va en un ritmo constante, lo cual provoca ese sonido hipnótico. Igualmente este álbum goza de dinámica al tener canciones más rápidas como es el caso de “Esplendor”. La batería se desempeña de una manera más extrovertida. Y las guitarras por su parte son más melódicas a diferencia de los primeros tracks donde son completamente distorsionadas.
Para aquellos que se inclinan por la onda más indie de las bandas chilenas, Coloresantos también sabe de ello. Canciones como «1200» o «Parques» muestran ese hecho. Por otro lado en el caso de “Forest” aprecio una onda mucho más cercana a la trilogía de Berlín de Bowie. La letra en este caso es en inglés, lo que de ninguna manera afecta al concepto presentado por la banda a lo largo del álbum.
Y la verdadera joyita del álbum se presenta al final, con un tema de diez minutos de duración llamado “Juno”. Aquí se aprecia el cómo se lleva al auditor en diferentes fases en una misma canción, todas muy bien cohesionadas. Es por ello que para mí este es un debut interesantísimo. Me alegra saber que este sonido shoegaze no es agotable y que aún no ha sido todo dicho.