Foto por Andie Borie
Meternos en la cabeza de Carlos Cabezas debe ser complejo teniendo en cuanta la gran cantidad de trabajos que ha realizado durante su carrera, desde música para cine hasta proyectos como Electrodomésticos y su carrera solista. Sin embargo, hay un título que marca un antes y un después para este artista ovallino: «El Resplandor», su debut en solitario que ha sabido perdurar en el tiempo a más de 20 años de su lanzamiento.
El pasado mes de diciembre Carlos Cabezas revisitó este trabajo discográfico con una presentación única en el Teatro Biobío de Concepción porque obvio: Santiago no es Chile. El artista realizó una única presentación del LP editado en 1997, lo cual sirvió para registrar nuevamente el icónico trabajo en vivo, que el pasado viernes lanzó un adelanto: “Bailando en Silencio”.
«En general busqué que el proceso creativo fuera honesto y auténtico porque eso conecta de mejor manera con otras personas» comenta el músico a SACH.
Este hito finalmente llegará hasta Santiago (única fecha) el próximo sábado 10 de agosto sobre el escenario de Centro de Eventos Blondie, donde Cabezas nuevamente mostrará El Resplandor, álbum que saldrá próximamente en formato en vivo a través de plataformas digitales, CD´s y vinilos, yaque actualmente se encuentra descontinuado.
Una cita imperdible con su fanaticada, con una banda conformada por otros destacados músicos chilenos como Edita Rojas en batería (Electrodomésticos), Gonzalo Lopéz en bajo (Los Búnkers), Paolo Murillo en guitarra, Nicolás Quinteros en Teclados y Mauricio Melo (Santos Dumont).
Revisitamos «El Resplandor» junto al mismísimo Carlos Cabezas y esto nos contó:
Si bien han pasado 20 años, el disco sigue sonando fresco, ¿cómo cree que ha madurado con respecto al tiempo?
Como dices tú, suena bastante más cercano a lo que uno pensaría en una distancia temporal. Me da la sensación que pasa lo mismo con algunos discos de los Electrodomésticos, al estar tan alejados de un estilo específico temporal, se sostienen en el tiempo. Quizás por ahí pueda haber una explicación, aunque no es fácil para uno hacer ese tipo de evaluaciones, pero supongo que por ahí pueda haber una pista.
Claro, no pasa que uno dice “Ahh, este disco suena muy 1998”…
Exactamente, se valora mucho por lo mismo que sea así.
Muchas veces se catalogan a discos como este con la chapa “de culto”, ¿le molesta ese tipo de títulos?
En general con ese tipo de comentarios uno se queda con el cariño que hay detrás de ellos, más que la intención de que se asocie a un tipo de gente más o menos pretenciosa. Es una manera de expresarlo no más.
Hay otros discos que se les llama así , como el solista de Jorge González (“El futuro se fue”), en donde participó en una canción
Claro, es justamente por lo distinto que es, se distingue de lo que se ha hecho en los diferentes estilos musicales en general.
El disco tuvo distintos videoclips que tenían el fin de promocionar el álbum, ¿qué recuerdos tienes de la recepción mediática en esa época?
Mira yo tengo una buena sensación de la recepción del público, de los recitales que hicimos. En el que se hizo en Concepción o en Santiago en la Ex-OZ. Había una banda bien distinta y diversa en ese momento. Había una expectativa de que fuese una continuación a la estética de Electrodomésticos, y el disco es distinto. Tiene muchas capas y que con el tiempo se ha mantenido esa valoración. Hay un cierto desorden creativo que es distinto, en lo orgánico que tiene en las guitarras.
Justamente ese es un elemento que atrae mucho de este trabajo, hay desde lo electrónico-industrial hasta punk rock en “newfastcar”, ¿su plan fue justamente eso? ¿dar rienda suelta?
Un poco eso, salir de estas expectativas de la continuación de Electrodomésticos -si es que se pueda hablar de una idea general-. Y yo siento que, lo que sale en los trabajos personales es toda tu experiencia de vida, es un revoltijo de todo lo que has escuchado; incluso cuando eras más chico, cuando no tenías mucha conciencia. Son esas cosas que te quedan más en la guata que en la cabeza.
Siempre han habido un ámbito en la guitarra, influencias de los primeros vinilos que escuché. El disco «Goodbye Cream» y «Smash Hits» de Jimi Hendrix, después Led Zeppelin y qué se yo. Pero todo fue reciclado con la experiencia, en general trato que toda la composición sea instintivo y visceral, para mantener esa frescura.
Además, hay una diferencia grande cuando estás en una banda en donde y se genera una convivencia interna en la banda y creas un disco. A diferencia que cuando te paras solo haciendo lo tuyo , hay una vulnerabilidad expuesta.
De esta manera se conmemoran 22 años de un disco fundamental para entender el rock y, porqué no decirlo, el pop chileno en todas sus dimensiones. Un trabajo que habla de un autor que supo jugar con las melodías, sin encasillarse en un estilo y convertirse en un material de calidad permanente.