
En 2016, un equipo de estudiantes universitarios dio vida a una obra audiovisual que conversa con la bisexualidad y el poliamor para plantear otras formas de relacionarse. Bajo el título “Al Mar”, la película cuenta con la participación de destacadas actrices como Consuelo Holzapfel y Ana Reeves, y hoy busca un espacio para instalarse en el panorama del cine independiente.
El séptimo arte siempre ha sido fotografía de los procesos sociales que se viven en un punto determinado de la historia. Hoy, cuando los vínculos parecen ser más dinámicos y se comienzan a dilucidar nuevas formas de relacionarse afectivamente, “Al Mar” aporta a la discusión con una mirada joven de lo que es el querer.
Inspirada en el amor libre, este largometraje narra la historia de una joven pareja que se va a vivir a un pueblo costero del litoral central, con el objetivo de escapar del agobio de la vida citadina. En el lugar, conocen a Vicente, un chico que trabaja en la biblioteca y que llega a sus vidas para hacerles replantear la idea del amor. Todo esto, mientras un grupo de pescadoras observa atentamente.
La producción cuenta con el trabajo de actores y actrices como Ana Reeves, Consuelo Holzapfel, Ana Burgos, Marcelo Gutiérrez y Francisco Dañobeitía. Si bien los protagonistas son heterosexuales, el largometraje cuenta con la participación de 10 personas de la comunidad LGBTIQA+.
“Se dio naturalmente. No me gustaría que esto se tratase de darle etiquetas a las personas. De hecho, la película se trata de ‘no a las etiquetas’, entonces no era un requisito preguntarle si pertenecían o no. A una pareja heterosexual no le preguntan el porqué, en cambio las personas de la comunidad siempre tienen que estar dando explicaciones”, dice su director Marco Nuñez Alarcón.

Mar como renovación
La idea se le vino a la cabeza en una noche de copas en 2016 y fue el proyecto de Nuñez para titularse como realizador audiovisual. Franco Bertozzi, compañero de carrera, asumió como productor y juntos se embarcaron en la tarea de llevarla a la pantalla grande. ”Hacer una película con 23 años fue muy adrenalínico. En ese momento era todo muy alcanzable, no nos importaba nada. Estábamos haciendo arte y por eso vivíamos”, cuenta.
Por supuesto, hablar de poliamor y bisexualidad por esos años no es lo mismo que hablarlo hoy, ya que son temas que han ido tomando relevancia recientemente. Por eso, el cineasta dice que el camino raro, pero a la vez muy intuitivo.
“Quisimos transmitir que el amor puede llegar en cualquier momento, por lo que hay que saber identificarlo y comunicarlo. Cuando empiezas a sentir algo tienes que ir a probar y si estás con alguien, tienes que ser capaz de entender tu cuerpo y ser sincero. Creo que la comunicación es lo más importante si es que las personas quieren abrir sus relaciones», señala.
En esa línea, surge la idea de identificar el mar como elemento central de la pieza, por su enorme poder de renovación personal: “Creo que es donde llega todo. Hay una renovación, una mezcla, un oleaje que puede significar un nuevo comienzo. Es tan amplio, tan extenso y tan profundo que creo que si uno va y se baña en el mar, puede salir muy renovado. La misión que tienen los personajes es ir al mar a buscar una respuesta”.

El anti argumento
El rodaje comenzó a finales del 2016 en Cartagena, San Sebastián y El Quisco, proceso que culminó en junio de 2020, fecha en la que se grabaron las últimas escenas de transición, en Santiago. El corte final se dio en febrero de este año.
No obstante, su locación principal fue la casa del poeta Nicanor Parra en Isla Negra, conexión que se dio gracias a su nieto, Tololo Ugarte Parra, quien es también director de arte de la película.
“Fue un golpe de suerte. En la película podemos ver varios elementos que pertenecen a la vida personal del antipoeta, entonces para mi fue todo un honor compartir y ocupar su casa”, dice sobre el lugar que se piensa que podría ser una casa-museo en un futuro.
Esto dio la oportunidad de intercambiar palabras con Parra, quien se mostró muy a gusto con la idea: “Durante la época de preproducción le preguntamos qué opinaba él del poliamor y nos contó una anécdota. Resulta que en Polonia conoció una chica, que le coqueteó y terminaron en un bar; al día siguiente, se da cuenta de que la chica, en realidad era un chico. No entró en detalles y nosotros tampoco le preguntamos”.
Y agrega que “después nos preguntó cuál era el antiargumento de la película. Yo con eso me doy por pagado, pensé: “¿cómo pongo esto en mi curriculum?”, recuerda riendo Nuñez.
“La invitación es a que apoyen a sus amigos artistas, a quienes están haciendo arte en Chile; si pueden compartir algo, háganlo, porque es difícil hacer arte en Chile. Para mi es una meta que costó tiempo y esfuerzo, y me gustaría extender esta sensación de goce de haber estrenado, que todos disfrutáramos de este proceso”.
Marco Nuñez alarcón, director del largometraje «al mar»
Retos del cine independiente
La razón principal por la que “Al Mar” se tardó tanto en salir fue que, en palabras del director, las condiciones para hacer cine independiente en Chile son muy difíciles, ya que no existe apoyo de los ministerios y los fondos concursables no alcanzan.
“Nos quedamos sin presupuesto principalmente y como éramos estudiantes no previmos muchas cosas, como la postproducción de manera completa, la distribución… Todas estas etapas que hacen las películas de alto presupuesto, nosotros las tuvimos que ver solos”, dice.
Fueron dos años consecutivos (2017 y 2018) en los que postularon sin éxito a fondos de producción y, debido al trabajo que suponía, decidieron no seguir haciéndolo. Debido a esto, el financiamiento llegó en forma de crowdfunding, además del aporte de privados y familiares de ambos. “Mi idea con Franco siempre fue no soltar este proyecto; nos fuimos apoyando mutuamente, si no, no hubiera sido posible”, relata quien afirma no haber visto aún la película completa.
Y lo lograron. La pieza audiovisual actualmente se encuentra en pleno proceso de ruta de festivales. En enero estuvo participando de Pink Love LGBT Film Festival (India) y esta semana, su director fue notificado de que quedaron seleccionados para participar en el Festival de Cine Independiente (Barcelona), así como de la Semana del Cine de Lugo (Galicia).
En Chile, por su parte, el preestreno será el 20 de julio, en la sexta versión del Amor Festival LGBT. “Para mi eso es una misión cumplida, haber alcanzado un cupo en este certamen tan importante para la comunidad y para el país entero, donde no hay cabida por lo general. Se siente muy bien aportar a la discusión de estos temas en la actualidad”, finaliza el cineasta.
