Después de 15 años y atraversar por un complejo momento personal, la icónica cantante volvió a los estudios de grabación para reversionar sus mayores éxitos. Una deuda pendiente cque hoy la tiene más segura que nunca y con un EP en camino: “Agradezco haber pasado por ese bosque tan oscuro porque me hizo renacer de una forma que ahora me siento imparable”.
“Respiré profundo y dije: «yo nací para esto»”.
De esta manera, Karen Paola enfrentó uno de los desafios más grandes de su carrera: presentarse en la histórica Quinta Vergara para el cierre de la Teletón 2023. Y esto no ocurre en cualquier contexto, ya que días antes había lanzado la reversión del clásico hit Dime, que actualmente sigue dentro de las principales tendencias de YouTube y cautivó a los más nostálgicos de la década del ‘2000.
“No esperé en ningún momento todo lo que sucedió. Creo que una de las técnicas que tengo hace un tiempo es no tener expectativas de nada, porque al final uno se empieza a decepcionar, uno crea realidades en el cerebro que no necesariamente tienen que ser así. Entonces, la única expectativa que pongo cuando hago algo que me gusta mucho es hacerlo con ganas y pasarlo bien y siento que eso se logró”, cuenta Karen en entrevista con SACH, a pocos días de haber actuado en la cruzada solidaria.
Era el año 2003 y una joven llamada Karen Licelotte Bejarano Flores, oriunda de la comuna de La Cisterna, participó en el casting masivo para integrarse al Team Mekano. La tarea no era fácil: miles de postulantes y cupos limitados, pero ella quería cumplir su sueño de ser famosa. Hizo la fila, se presentó en el casting pero no algo no la dejó conforme, fue así como sacó su as bajo la manga: el canto.
“Desde que tengo uso de razón me tiró la música, siempre supe lo que quería ser. Nunca se me pasó por la mente ‘voy a ser arquitecta’, siempre dije ‘voy a ser cantante’”, cuenta la artista sobre su conexión con la música.
Entre bailes, polémicas y romances, Karen siempre logró destacar en Mekano con su talento, desplante y su tan característico cabello rojo. José Miguel Viñuela, animador del extinto programa, la bautizó como Karen Paola, mismo seudónimo que utilizó para grabar discos y hacer cantar a todo un país de lunes a viernes.
Viva la noche (2004) fue el primer disco que grabó en este período, donde se ganó la fama con canciones icónicas como Ven Ven Ven, Viva la Noche, Bum Bum Bum y Dime. A casi 20 años de su estreno, la cantante recuerda este álbum con cariño:
“Siento que fue ayer, no siento que han pasado 20 años, ¡es absurdo! ¿20 años? Imposible. Pero claro, después veo a mi hijo y tiene 16, entonces digo ‘han pasado los años, niña’. Siento que esas grabaciones están muy vivas dentro de mí, me acuerdo perfecto de la ropa que fui a grabar las primeras canciones (…) Me acuerdo de todo, te juro que textual de cada momento”.
En ese sentido, reconoce que volver a grabar esas canciones “ha sido todo un suceso en mi vida, como sentir que estoy cantando canciones que hace 19 años atrás fueron tan importantes para mí y lo siguen siendo, y que en el fondo no han perdido su magia ni su esencia. Por ejemplo, en Dime le quise dar una reversión no solamente en la parte sonora sino que también darle una resignificación. A través del video quise mostrar que me la estoy cantando a mí y no a una pareja, es muy bonito y siento que la gente también conectó desde esa área. No olvidarse de quién era una cuando chica y qué quería para mi vida”.
— Después de publicar los discos Komo Tú (2005) y Karen Paola (2008) vino un silencio musical hasta ahora, ¿hubo algo en particular que gatilló eso?
“Sí, inseguridad. Pasó que en los tiempos de Mekano a los meses después llegó Rojo, que era un programa de talentos donde efectivamente luchaban por hacerse un espacio tanto en la danza como en la música y se empezó a cuestionar si yo realmente era una cantante o una creación de Álex Hernández (director de Mekano). Mi seguridad comenzó a decaer y empecé a creer que la gente tenía razón, que yo era un producto creado o que a lo mejor no tenía tanto talento como yo creía, y me la ganó la inseguridad, tristemente. Pero por otro lado, agradezco haber pasado por ese bosque tan oscuro porque me hizo renacer de una forma que ahora me siento imparable. O sea, no hay ninguna inseguridad que me pueda derribar ni aunque me lo diga una tercera persona o yo misma”.
— ¿Sientes que existe algún prejuicio con los artistas que vienen del mundo de la TV?
“Sí, totalmente, aunque no sé si en todos los casos, porque en Rojo había una muestra de talento diario donde los cabros tenían que ir al choque sino se iban a capilla y después para la casa. En el caso de Mekano, era un programa de corte juvenil donde lo principal eran las notas humorísticas y la música, pero a través del baile y no del canto. Entonces, cuando le empezaron a dar canciones a otras personas que no eran cantantes se empezó a provocar este comentario de ‘ahh cualquiera canta, entonces la Karen Paola no canta’, eso fue lo que me terminó insegurizando a mí. Entonces sí, había un cuestionamiento, y yo creo que mis pares artistas no me vieron nunca como una igual, porque a lo mejor creían que yo era un producto creado en un estudio y no una cantante-intérprete real. Eso a la larga pasa la cuenta en tu credibilidad”.
El “click” que lo cambió todo
En medio del período de silencio musical, Karen formó parte de programas de televisión como panelista, animadora y concursante. Pero nada de eso la llenaba tanto como la música, algo que a ratos pensaba en retomarlo pero su inseguridad era mayor. “Me daba temor porque sentía que era en vano. Cuando no estás mal sino que MUY MAL emocionalmente, uno no ve lo bonito de la vida o las oportunidades, solo vemos lo oscuro que está todo y lo lejos que se ve la luz al final del túnel”, confiesa.
En 2021, la ex figura televisiva contó públicamente que decidió internarse en una clínica psiquiátrica por problemas de salud mental.
“En la misma internación me daban ganas de escribir no solamente canciones, sino que también cosas que me estaban pasando. Sentía una necesidad empírica de botar todo lo que estaba adentro de mí, siendo removido por esta terapia que fue muy de shock. Ahí fue el click, el reconectar con mi niña, a quien de hecho la tuve que ir a visitar en una terapia”, comenta.
— ¿A qué te refieres con reconectar con tu niña?
“Yo tuve una terapia de estrés post traumático y no consiste en una hipnosis como la que hacía Tony Kamo, sino que una hipnosis conciente donde te concentras a tal punto que puedes ver partes de tu vida un poco más claras para poder tratarlas de ahí y no sentirte culpable por situaciones que ocurrieron. Desde esa vereda tuve que recoger a esta niña que era yo, mirarla, abrazarla y prometerle que la iba a cuidar, que iba a estar bien y que estaba trabajando para que se sanara. Fue muy lindo conectar desde esa área y reconectarme con sus sueños, porque me acuerdo que lo primero que dijo esa niña fue «no me abandones en el sueño de seguir cantando». O sea, eso me lo estaba diciendo también yo y en el fondo era algo que estaba dentro de mí y me lo estoy repitiendo. Lo entendí así y dije: «tengo que volver a la música», esto es lo que me llena y me apasiona”.
Olvidar el ayer y a comenzar otra vez
Karen Paola se encuentra trabajando en un EP que reunirá reversiones de sus canciones más icónicas. Una producción que se está cocinando de la mano de dos casas: Enzo Massardo en estudios Atómica y la dupla de Max Donoso y Bastián Herrera (SuperSerius).
“Ambos tienen lo mejor de este mundo pop y hay algunas canciones que hago con Enzo y otras con Max y Basti, porque me gusta esta mezcla y entre ellos se llevan muy bien, se tienen cariño, se masterizan unos con otros. Entonces al final somos una linda familia musical y me encanta que sea así”, cuenta.
La composición es algo que ha inquietado siempre a Karen y esta nueva etapa se verá reflejada con canciones escritas de su puño y letra. Una faceta que intentó mostrar anteriormente, pero ahora se siente con mayor libertad y convicción.
“Cuando estaba en Mekano era chica, entonces las decisiones no pasaban por mí. De hecho, yo era el último peo del canasto y con suerte me preguntaban qué nombre ponerle al disco (…) Yo tenía canciones que había compuesto, entonces cuando se las mostré igual se sorprendieron. En el primer disco nunca me preguntaron si había hecho una canción, pero luego en el segundo (Komo tú) dije que había hecho temas como No te miento y Bésame y calla, ahí dijeron ‘ahh ya, pongamos estas dos’. Yo estaba muy orgullosa porque eran canciones mías y al No te miento le fue muy bien”.
En este tiempo, la artista ha podido conocer a nuevas generaciones de cantantes chilenos y chilenas que la ven con admiración. En agosto de 2022, Princesa Alba la invitó a su primer concierto en el Teatro Caupolicán y en la reciente edición de Teletón compartió escenario con Dani Ride, KYA y Vesta Lugg.
“Es precioso conectar con artistas, creo que debe hacerse más seguido esto de colaborar entre nosotros sobre todo en la industria de la música pop, porque el género urbano tiene esa cofradía de apañarse entre todos y da lo mismo si estoy pegando en Puerto Rico, Estados Unidos o España, pero igual te ayudo aunque tengas una canción. Eso es súper bonito porque hace que la industria crezca y se potencien. ¿Por qué no pasa eso en el pop, en el rock o en el folk? Es porque nos enseñaron a ser una industria muy egoísta también, como ‘preocúpate de ti y el resto es la competencia’. Yo no siento que tiene que ser así, nosotros debemos competir con nosotros mismos y nuestras versiones anteriores y no con nuestros pares”.
En esta conversación honesta, nos sumergimos en las reflexiones profundas, las batallas internas y los sueños no cumplidos que han moldeado el camino artístico de esta diva poco reconocida del pop chileno. A pesar de enfrentar numerosos obstáculos, nunca ha dejado de perseguir intensamente su pasión por la música, y ahora regresa con una fuerza arrolladora para reclamar su trono bien merecido en la industria.
Entrevista por Cristóbal Galleguillos
Fotografías de Tania Morello
Agradecimientos a Agencia Collage