Kuina llegó desde la región de La Araucanía a la capital con solo 18 años, siguiendo la corazonada del éxito de su primer tema. Una vez ahí pudo ver desde cerca el rico circuito musical del centro del país y aventurarse con su propio proyecto artístico al ritmo del género urbano. En conversación con SACH, devela sus inicios en la música, la construcción de sus dos trabajos discográficos más importantes y los desafíos de empezar desde cero en otra ciudad.
En agosto de 2021, Leonora Tonini Cáceres (21) llegó a Santiago con nada más que su mochila. Por entonces cursaba primer año de Agronomía, pero sabía que su futuro estaba muy lejos del cultivo de la tierra y la producción de alimentos. “Cuando me inscribí a la U, me acuerdo que le dije a mi papá ‘no quiero hacer esta hueá’”, responde al preguntarle por su decisión de estudiar.
A sus cortos 18 años, Leonora tenía la certeza de que debía perseguir su sueño de ser cantante, el que se anidó en su mente desde que buscaba karaokes de las canciones de las películas de Disney y paseaba con sus amigos grafiteros introduciéndose a muy temprana edad en la corriente urbana. En ese tiempo, la joven tenía entre dientes el origen del que años más tarde sería su nombre artístico.
“Cuando era chica me gustaba caleta pintar y mis amigos me dijeron que me creara una chapa para rayar. Yo busqué letras que me gustaran y empecé a escribirlas para ver cuáles eran más lindas. Al principio era Cuin, con C. Después, cuando empecé a hacer música, lo cambié a Kuin, con K, pero no me gustó estéticamente, porque la K era muy grande y eran sólo cuatro letras, así que le agregué la A y lo escribí en mayúsculas”, revela y agrega riendo que “todos piensan que es por la palabra en inglés ‘queen’, pero en verdad fue sólo por estética”, cuenta la intérprete de lorena.
Hoy, tres años más tarde, está poco a poco cumpliendo sus sueños. Vive en la capital, en una pieza que arrienda a Felipe Bahamondes, su manager, y cuando no está trabajando en una pizzería, trabaja en su música. “Soy una persona con muchos vínculos, entonces estar lejos de mi familia yo creo que es lo que más me ha costado”, responde al preguntarle qué es lo que ha sido más difícil de todo este proceso.
“Sentí que tenía que quedarme”
KUINA nació en Lautaro, comuna ubicada en la provincia de Cautín, a unos 30 kilómetros de Temuco. Desde muy chica, buscaba pistas en YouTube, pero no grabó ninguna hasta que tuvo cerca de 16 años, cuando vio que unos compañeros del liceo se grababan desde el teléfono y después pasaban el material al computador. Ahí es cuando se pone a grabar con beats. “Siempre fui muy exigente en ese sentido y me daba vergüenza sacar algo si no sentía que era lo suficientemente bueno”, señala.
Después de un año y medio, publicó colorblind, su primera canción bajo el nombre de KUINA. Ese primer tema suma hoy más de 50 mil reproducciones y fue un punto de inflexión en su decisión para tomar el camino que tomó.
“Ahí pensé: ‘me gusta demasiado hacer esto, hace mucho tiempo’, y yo siempre dije en mi casa que quería ser cantante, pero nunca lo había visto como una posibilidad real porque buta, estamos en Chile, en ese entonces no estaba la escena que hay ahora como para que yo creyera que sí podía. En La Araucanía hay cero industria, entonces lo veía muy lejano”, cuenta la intérprete de BLOODYMARY.
— ¿Cuándo dijiste ‘me voy a dedicar a esto’?
“Yo venía de una muy mala racha emocional, desde el liceo. Estaba con muchos problemas. Claramente no quería estudiar la carrera a la que me metí. Tenía muy metido en la cabeza que las próximas canciones salieran con video y hacerlo muy bien. Empecé a hablar con unas niñas de acá de Santiago que eran influencers y vine en agosto por primera vez. Y, esta hueá es de loca no más, pero yo sentí que tenía que quedarme, que era mi camino, que todas las cosas que hice hasta llegar acá, aunque no tenía los recursos, se me dieron demasiado para que yo pudiera hacer música. Sentí algo tan en el corazón que era lo que me gustaba mucho mucho. Encontré una razón de vivir”.
Si bien al principio planeó visitar la capital sólo por tres días, se terminó quedando una semana, en la que conoció a Nihla, Akriila, Akatumamy y Amikiraa, músicas que ahora son sus compañeras de industria.
“Me vine muy al lote. Llegué al show de Japogang y dejé mis cosas en custodia. A la vida. Me quedé en un departamento tipo studio que arrendé. Después conocí a un amigo productor con el que hablaba por Discord, el Xsickboi, y que era de Casa Blanca. Me dijo que le iba a cuidar la casa al tío y que iba a preguntar si podía quedarme con él, así que así lo hice”, cuenta.
Después de esa intensa visita, la decisión estaba tomada. Se devolvió para su casa, juntó plata y nada detuvo que se fuera a vivir a Santiago definitivamente.
Los veranos en el sur
Así las cosas, KUINA no es la primera y no será la última artista en migrar hacia el centro de nuestro país para poder construir una carrera, ya que, sobre todo cuando hablamos sobre música y cultura, el circuito artístico de Santiago es, tristemente, mucho más nutritivo y dinámico que en otras regiones de nuestro país.
“Cuando me vine de La Araucanía, el circuito era casi nulo, onda un beatmaker y dos productores con homestudio. Y eso era todo, así que dije ‘no tengo a nadie más con quien trabajar acá’. En cambio, cuando llegué a Santiago conocí al Saito, que me dijo al tiro que colaboraramos y, una siendo poco conocido y sin plata para pagar colaboraciones a 60 o 100 lucas… Ahora ya hay más industria allá, pero igual es difícil. Me encantaría estar haciendo lo que hago desde la comodidad de mi casa y encuentro horrible la centralización, pero acá la gente se mueve y hay mucho trabajo”, explica la autora del álbum KONEJO DI PLATA (2022).
Para sus abuelos, quienes criaron a KUINA, no fue una sorpresa que la joven les dijera que se vendría a Santiago. Ya se había ido una vez de la casa y por eso pensaban que sería algo pasajero. Sin embargo, cuando vieron que no se devolvió en un corto período de tiempo, comenzaron a preocuparse.
“Estaban asustados (…) Mi tío me apoyó desde el principio y después mis abuelos también empezaron de a poco a creer en mí. Ahora mi abuela le vive mostrando mis videos a sus amigas. Cada vez creen más en mi proyecto. Hace poco vieron un video de cuando teloneé al Dillom y vieron que había gente que sabía mis canciones, entonces me tienen cualquier fe”, contó. En el caso de sus papás fue diferente. “Yo creo que hace dos meses a mi papá se le pasó la idea de que esto era un hobbie”, añadió.
A pesar de haber dejado su casa, KUINA se ha encargado de recordar de dónde viene en varias de sus composiciones, como temuko y KALAFKEN, algo que no todos los artistas no oriundos de Santiago hacen. Y es que, para Leonora, el lugar del que viene, así como la naturaleza, son muy importantes en su día a día.
“El sur es un lugar demasiado mágico y siento cosas muy bonitas cuando estoy allá, entonces tengo una manera inevitable de poder hablar de cosas de allá en mi música. Cuando hicimos KALAFKEN, hablábamos de hacer una canción como del verano y yo lo primero que pensé fue cuando con mi familia íbamos a Lican Ray todos los veranos. Esa es mi realidad. Y mis letras vienen muy de mi realidad, no suelo hablar sobre cosas que no he vivido. Entonces, en ese sentido igual siento que tengo algo que ningún otro artista tiene”, cuenta la intérprete de TOI ENOJÁ.
“Yo igual estaba acostumbrada a Lautaro, que es un pueblo súper chico, tengo mis mismas amigas desde que soy muy chica… La industria musical acá es súper interesada y hay caleta de cosas feas. Al principio depositaba mucho más mi confianza en las personas, porque estaba acostumbrada a ese tipo de vínculos. Yo igual soy super sensible, así que eso me afectó más”, agrega después.
— ¿Qué ha sido lo más difícil de tu estilo de vida actual?
“Hay muchas cosas que me han costado harto. Como el hecho de trabajar y tener que hacer música, porque yo no tengo apoyo monetario de mi familia porque no tienen los recursos, entonces siempre he sabido que soy yo la que se tiene que costear esta vida. El Pipe, mi manager, me arrienda una pieza en un buen sector, tengo una cama, me ayuda de repente si es que no hay comida, pero siento que yo puedo pasar frío, hambre, y siento que lo más difícil son los problemas sentimentales, como estar lejos de mis hermanos chicos. Soy una persona con muchos vínculos, entonces estar lejos de mi familia yo creo que es lo que más me ha costado”.
KUINA y Leonora Laffont
Una de las personas que conoció durante su estadía en Santiago fue el productor Saito Ape, quien hoy es un importante nombre entre la escena urbana nacional. Con sacó las canciones 27 y malas caras. “Ahí no sabía muy bien lo que quería hacer. Todavía no tenía una estética muy mía, entonces eran canciones al lote. Al resto no le fue tan bien, hasta que saqué mi primer EP”, explica la joven.
Y ese trabajo discográfico fue KONEJO DI PLATA (2022), EP de ocho composiciones en donde la joven cantante incursionó hacia un sonido más ligado a la dureza del trap, con ritmos desbordantes y absorbentes, acompañados de una estridente intensidad vocal que llega al rap en varias de sus canciones. Todo eso es lo opuesto a en el cielo viven los serafines (2023), álbum en el que muestra un lado mucho más sensible, poético y narrativo.
Ahí apareció Leonora Laffont.
“Cuando hice las canciones no les encontraba mucho sentido. A mí me gusta caleta trabajar con alter egos. Está KUINA, pero para este EP aparece Leonora Laffont. Para mí este disco era como cartas dirigidas a personas o situaciones, y está muy inspirado a mi bisabuela, con quien yo tenía una relación muy bonita. De hecho, mi alter ego tiene su apellido”, dice.
Por lo mismo, el trabajo discográfico en general está muy ligado a su familia y a su espiritualidad, algo que le enseñó su abuela, quien escribía poemas y estaba muy ligada al arte. “He ahí la razón por la que los videos de las canciones tienen corchete sueño premonitorio, sueño compartido, pesadilla, etc. Quisimos retratar tipos de sueños que fueran con las canciones, que serían cartas narradas por Leonora Laffont, este personaje más sensible que KUINA, que es más al choque, más loca, más buena para tirar la pelá‘”, expresa.
Por supuesto, quien escuche ambos trabajos discográficos se dará cuenta de la diferencia de sonido entre ambos. Y es que, entre un año y otro, la cantante admite que ha habido un crecimiento considerable a nivel personal, el que también se ha reflejado en la parte musical.
“En KONEJO DI PLATA estaba muy chata de cantar. Quería sacarme ese personaje tan femenino de encima, pensando igual que a los hombres les cuesta caleta consumir música de mujeres por eso, entonces quería que primero me vieran más masculina, más al choque. Cuando hicimos este EP, empecé a recuperar el gusto a cantar y a hacer más melodías. Se nota harto en las segundas voces y coros. Esa es la evolución que tiene. Tocan los mismos temas, pero de forma más sensible, más cercana, no tanto desde el odio y la rabia, sino más desde la pena”, explica la artista.
— ¿Cómo ves el auge del género urbano?
“Está en su mejor momento. Hace poco fuimos a Argentina y escuchan a caleta de chilenos allá. Ahora se escuchan muchos más artistas chilenos que antes, entonces va súper bien. Ahora creo que, de alguna manera, mucho de lo que está mainstream son cabros que cantan parecido y tienen la misma estética, pero ahora siento que están apareciendo artistas que son un poco distintos, como Kidd Voodoo, que es algo distinto a los que están pegaos’. NVSCVR está reviviendo igual. Son estilos desde otros nichos”.
— ¿Qué te parece que estén apareciendo cada vez más proyectos liderados por mujeres?
“Yo estoy muy feliz que estén saliendo caleta de cabras. Yo creo que el 70% de la música que escucho son mujeres, tanto de acá como de otros lados. Ahora hay muchas cabras que están haciendo reggaetón y que tienen demasiado potencial y podrían llegar a ser artistas muy reconocidas. O haciendo trap (…) Es muy difícil encontrar minas que hagan trap, pero ahora hay caleta de cabras experimentando. De repente veo sus presentaciones y digo ‘esta hueá es increíble’. Las minas tienen demasiado potencial, solo falta que el público les ponga más atención y que las tomen en serio”.
Por ahora, KUINA se encuentra preparando nuevo material musical que espera publicar en formato EP durante este verano. Eso sí, adelanta que no será tan serio como otros proyectos. «Siempre en mis trabajos anteriores fueron muy intensos y ahora quiero hacer algo, pero tomármelo más a la ligera«, cierra la cantante.