Foto por @jojorgegege
Uno de los nombres más presentes en la escena indie contemporánea en Chile vuelve con su segundo trabajo y un sonido más maduro que el de su antecesor, perfilándose para ser uno de los estrenos más llamativos de este año.
Hace un par de años veíamos como Déjenme Dormir comenzaba a hacerse un espacio en la escena indie con el lanzamiento de su debut Neumonía, con capas sonoras de distorsión y nostalgia que mostraban una tendencia por las composiciones grandes y los himnos. Ahora, la banda oriunda de la capital acaba de estrenar BRONCE, un trabajo que representa una madurez y que significa un paso más cerca de la consolidación.
La banda se formó en el año 2019 bajo la conducción de Juan Diego Soto, con la intención de presentar en vivo las canciones de un primer EP llamado Mirador. Es así como Déjenme Dormir pasó de ser la idea de una persona a un proyecto colectivo. Pero como fue la tónica del inicio de la década para muchos proyectos, la pandemia atrasó el trabajo que se transformaría en su primer larga duración, aunque no impidió que el grupo comenzará a desarrollar cada vez más su esencia.
En BRONCE, ya queda en completa evidencia que tenemos a una banda que ha desarrollado una química muy poderosa entre sus miembros.
En ese sentido, la propia banda comenta: “La diferencia entre hacer Bronce y Neumonía fue el lado terapéutico de la colaboración. El llegar a la sala a trabajar los arreglos en conjunto fue algo nuevo, una manera de procesar en tiempo real los distintos lutos presentes en las canciones. Sentirse comprendido al momento de compartir una experiencia íntima, compartir el proceso de transformar lo vivido en música. Nos sentimos más maduros”.
Una flecha al corazón del indie rock norteamericano
Una de las cosas que más se destacan en este segundo trabajo es la claridad con la que plasman sus influencias a lo largo de todo el cancionero.
Desde el primer rasgueo de guitarra acústica que acompaña a la voz en ROMA escuchamos un sonido que se acerca al slacker rock de Estados Unidos y al slowcore, con guitarras y riffs que beben mucho de bandas como The Smashing Pumpkins, Duster o Built To Spill.
PRUDENTE no hace más que reafirmar una crudeza y melancolía que se expande por las 11 canciones, donde las guitarras distorsionadas pasan a tomar un papel protagónico, que brilla especialmente en temas como el mencionado anteriormente y en otros como BRONCE o FLECHA, este último con un final donde un pegajoso riff comienza a colarse poco a poco en el subconsciente mientras se vuelve cada vez más rápido. Sin duda uno de los momentos más destacados del disco.
Al igual que con el disco anterior, algunos de los puntos altos también se encuentran en las canciones donde aparecen artistas de otros proyectos contemporáneos, tal es el caso de Ingenuo, que cuenta con la participación de Javiera Donoso de Candelabro, otra banda muy interesante que ha llegado a refrescar el panorama local independiente.
También cabe destacar el final que llega con esta breve suite musical llamada ARCO I y ARCO II. La primera parte cuenta con la voz de Francisca Fuenzalida de Inundaremos, quizás uno de los momentos más melancólicos del álbum, que descansa en una segunda parte instrumental.
El disco pone punto final con EN TU VOZ, una lenta canción de desamor que deja una sensación de vacío y tristeza, pero muy apto y coherente con el contenido lírico y emocional que se despliega por todo el álbum.
Un disco para el bronce
En BRONCE, Déjenme Dormir hace una lectura bastante certera e interesante de lo que son los sonidos del rock independiente noventero.
En esta segunda entrega se siente en todos los frentes mucha más crudeza, rabia, tristeza y melancolía que en el disco debut, y por eso mismo significa también un paso adelante para la banda. Este lanzamiento se posiciona dentro de lo más interesante lanzado este año en el indie chileno, y poco a poco comienza a consolidar el sonido de una banda que tiene todo el potencial para sacar un material consagratorio.
Por último, para una escena indie que por harto tiempo cayó en hábitos repetitivos y que parecía estar estancada, tener a bandas como Déjenme Dormir, Estoy Bien, Candelabro o Asia Menor, por decir algunos, resulta refrescante.
Bandas que comenzaron a florecer tras la pandemia, y que todas poseen un sonido muy característico y diferente entre unos y otros. Proyectos que son más difíciles de catalogar en una escena o un género, y donde todos tienen la particularidad de querer buscarle una vuelta a la forma en que se estaba haciendo la música con guitarras en Chile.
BRONCE ya se encuentra disponible en todas las plataformas digitales y puedes escucharlo aquí.