El último lanzamiento de Amazon Prime Video da vida a una historia que narra el machismo y las estructuras de poder instaurados en una sociedad en donde las mujeres alzan la voz pidiendo justicia.
Abuso de poder, corrupción, privilegios de clase, aceptación social y feminismo transversal que se palpa en cada uno de los ocho capítulos son algunas de las temáticas que pone sobre la palestra “La Jauria”, último lanzamiento de la plataforma de streaming que cuenta con la dirección de la argentina Lucía Puenzo y la producción de las empresas Fábula y Fremantle.
Una toma en el Colegio Santa Inés de Santiago abre la historia de una seguidilla de casos de misoginia en un Chile del año 2019. Las alumnas de la institución de tradición católica denunciaron casos de abusos ejercidos por el profesor de teatro, y Blanca Ibarra (Antonia Giesen) llevaba la batuta de una movilización que pedía a gritos la desvinculación del docente.
Sin embargo, el escenario se empieza a complicar cuando la líder desaparece misteriosamente y horas más tarde se difunde un vídeo que muestra cómo es violada por cuatro sujetos con máscaras. Así, el caso es tomado por tres agentes de la PDI especializadas en violencia de género: Olivia Fernández (Antonia Zegers); Carla Farías (María Gracia Omegna); y Elisa Murillo (Daniela Vega), las que se envuelven en una exhaustiva investigación en la que deberán apartar sus diferencias para desbaratar algo mucho más perverso: una red anónima de acoso virtual hacia mujeres menores de edad.
Con una trama cruda pero potente, la serie se va desarrollando en ocho episodios con un ritmo intensamente ágil, que propone nuevas incógnitas y sorpresas a medida que avanza, planteando la idea de cómo se configura un monstruo, es decir, qué acontecimientos motivan a un individuo para transformarse en alguien capaz de cometer brutalidades con el fin de sentirse superior a los demás.
Lo anterior se acompaña de la analogía de la “jauría”: actuar en conjunto con un grupo, reforzando la imagen de una hermandad perversa que obedece ciegamente con tal de alcanzar su propósito y establecer la nefasta “ley del más fuerte”.
La idea principal estuvo inspirada en el caso español de La Manada que remeció a todo el mundo, cuando en medio de una fiesta en San Fermín una joven de 18 años fue violada por cinco hombres, los que registraron el hecho en un video que se hizo viral y a quienes la justicia dejó en libertad.
Es por eso que un elemento importante es el choque con la realidad. Además de la conexión con el caso español, también se hacen presentes sucesos nacionales: la red de acoso virtual Nido.org, el caso de Martín Larraín, el suicidio de la alumna del colegio Nido de Águilas, las adopciones ilegales a través de la Iglesia durante la dictadura y las movilizaciones feministas que se han ido fortaleciendo en estos últimos años.
«La Jauría» habla del Chile de hoy: un Chile misógino y corrupto, con religiosos pervertidos, militares intocables, clases sociales privilegiadas, instituciones cómplices, influencias políticas y relaciones de poder abusivas que nos recuerdan en cada capítulo la sociedad en la que estamos insertxs.
Aparte de las actrices que le dan vida a las detectives, la serie cuenta con la participación de figuras destacadas como Claudia Di Girolamo, Francisco Reyes y Amparo Noguera, junto con una potente Mariana Di Girolamo y un enigmático Alfredo Castro, cada uno con actuaciones que logran canalizar la atmósfera de la trama a la perfección.
En la misma línea, cada episodio es abierto y cerrado con el tema principal “No estamos solas”, que habla justamente sobre la violencia que es ejercida sobre las mujeres y las estructuras de poder cómplices. La composición de la banda sonora estuvo en manos de Ana Tijoux, quien también figura en el reparto con un papel secundario.
Al igual que “El Presidente”, la serie de inmediato se ha llevado la atención de muchos espectadores tras su estreno. Esto, considerando el hecho de que hace algunos meses Prime Video viene en una evidente alza de suscriptores y suscriptoras nacionales. Por lo tanto, independiente de la calidad que pueda tener o no esta serie, verla es un aspecto que de por sí colabora para el desarrollo de más producciones chilenas y su apertura hacia latinoamérica. Con historias que, además, visibilizan una variedad de problemáticas que están más que presentes en el mundo.