Antes de encarar un año nuevo con más incertidumbres que certezas, es oportunidad de mirar hacia atrás y celebrar la música que nos acompañó durante este 2020 tan particular como terrible. Durante estos últimos 12 meses, diversos artistas publicaron discos de largaduración que nos ayudaron a resistir la cuarentena y las restricciones sanitarias.
Como todos los años, en el equipo de Solo Artistas Chilenos hicimos una selección de nuestros trabajos favoritos que creemos de alguna manera definieron este año. Todas son piezas que elegimos y recomendamos no por patriotismo ni por creernos superiores ante la ‘buena música’, sino porque nos han hecho emocionar, bailar, cantar y reflexionar.
Vamos, que a la música no se le confina.
Cancamusa – ‘Cisne Lado Negro’
Con una trayectoria sustentada como baterista de bandas como Amanitas, Mon Laferte y Javiera Mena, Cancamusa publicó este año su primer álbum en solitario. Una pieza de 9 canciones que transportan a imaginarios oníricos, fantásticos e incluso de ciencia ficción. Los sintetizadores adquieren importancia a lo largo del disco, pero también se percibe una suerte de sinfonía electrónica que se combina con la suave voz de la compositora. ‘Amor abstracto’, ‘Huracán de Fuego’ y ‘Sinfonía’ son tres canciones claves para entender el universo Cancamusa. (Por Cristóbal Galleguillos)
Pablo Chill-E – ‘Shishi Mixtape’
En el centro de la mesa, rodeado de su gang, sirviendo el pan y el vino, cuan profeta, Pablo Chill-E presentó lo que sería su proyecto más ambicioso hasta la fecha: Shishi Mixtape, el cuarto álbum que lanza en el año y probablemente el mejor desde su aclamado disco ‘S.U.N.O’ (2018).
Doce canciones que siguen una línea de trap duro e insurrecto, con gran versatilidad de voces y de beats altamente adictivos bajo la minuciosa producción de Xander, beatmaker que ha trabajado con Pablo desde sus inicios. Y se nota. No hay fórmulas nuevas en Shishi Mixtape, es solo pulir y hacer brillar más el oro que ha convertido a este artista en uno de los más importantes del género, encarnando todo lo que el trap representa: calle, familia y lealtad. Fiel prueba de eso es el respeto y el apañe que le dan cada uno de sus feat. desde los infaltables Julianno Sosa (“Es así”) y Yung Beef (“No te haga”), pasando por sus contemporáneos Polimá (“Shishibroke”) y Gianluca (“Draco”), hasta llegar a nuevos nombres como el del freestyler El Menor (“De Menor”).
Un mixtape redondito, que incluye un manifiesto de las “Comunas” de la Región Metropolitana y hasta una improvisación con “Pablo Freestyle”, demostrando nuevamente la alta capacidad compositiva del Shishiboss o, un gran representante de la nueva jerga. Básicamente un cronista de la calle. (Por José Frías)
Cami – ‘Monstruo’
Después del bombazo que significó ‘Rosa’, Cami confirmó su estatus de estrella con un álbum que mezcló lo mejor del pop y de la música latinoamericana para llevarlo a los masivos terrenos del mainstream. Si en su debut ya dejó claro que puede triunfar como estrella del pop bebiendo de los elementos del folclore, con ‘Monstruo’ amplía aún más su espectro hasta experimentar con el tango y también con los sonidos urbanos de la mano del rapero argentino Wos. Pero no solo son estos atributos los que hacen de ‘Monstruo’ uno de los álbumes del año. Cami también deslumbra como letrista a lo largo de las 12 pistas del larga duración, y en momentos de tanta vulnerabilidad como “Vuelvo” y “La Despedida”, es evidente que su habilidad como compositora es tan avasallante como su rango vocal y su intenso despliegue como performer. Con apenas cuatro años de carrera, Cami ya es una auténtica máquina de hits con ganas de conquistar el mundo entero. No por nada fue nominada a la edición estadounidense de los Grammy 2021. (Por Sebastián Leyton)
Nicolás Jaar – ‘Cenizas’
En el proceso de purificarse de la negatividad, Jaar logró edificar este álbum etéreo que la canaliza. Como es arriba, es abajo; como es adentro, es afuera. Este no es un experimento, todo está calculado y nos sumergimos en vibraciones ancestrales. “mud” profetiza el renacimiento, y nos hace recordar que las cenizas no son el fin absoluto, sino un recordatorio y, por supuesto, fertilizante.
Cenizas es el quinto disco de Nicolás Jaar y el segundo del 2020, tan oscuro como ‘Sirens’ (2016), pero carente de la sensualidad que había impregnado en sus trabajos previos. Esta es una renovación, absolutamente cíclica. En la mitad se ubica “sunder”, canción que relata “Si el antiguo tú pudiera decirme un triunfo es un triunfo, pero una derrota es la muerte de un gemelo y lo tomamos prestado”. A su alrededor la envuelven murmullos, cantos corales y, con inigualable gracia, la musicalidad del silencio puro. (Por Constanza Zúñiga)
Nico Carreño – ‘Heterónimo’
Este es un disco que combina diversas sonoridades, pareciendo que son cercanas unas con otras. Tenemos elementos del formato cantautor en su base, ya que Nico trabaja en ese formato por años; pero además le da una fantástica creatividad gracias a la incorporación de elementos de jazz, música clásica contemporánea y rock progresivo. Lo notamos en los hermosos arpegios que hace con su guitarra y la expresividad vocal. Además, el golpe es preciso, cohesionado y también muy conciso porque dura menos de media hora. (Por Profesor Rayado)
Martín Berríos – ‘Cercano’
El productor y multi-instrumentista Martín Berríos lanzó uno de los discos más emotivos del año. ‘Cercano’, el segundo LP de su carrera, llega con sus sonoridades principalmente acústicas (piano y guitarra) y donde el verdadero valor lo tienen las palabras. Un disco a flor de piel en que el autor se deja llevar por los sentimientos más profundos del corazón, tocando temas como el amor, el dolor y la frustración. Pero no todo es pena, también hay un momento más alegre en ‘Fuerza Mayor’, donde la batería adquiere un espacio importante. Es inevitable pensar (no comparar) en nombres como Luis Alberto Spinetta, Sufjan Stevens o Javier Barría al escuchar esta obra. (Por Cristóbal Galleguillos)
La llamada de Héctor – ‘La llamada de Héctor’
Antes de lanzar su primer disco de estudio, Héctor tenía la fama de ser una de las bandas más ruidosas y con uno de los sonidos en vivo más potentes de la escena independiente. Era cuestión de tiempo para ver si sonarían igual de bien en un disco de estudio.
Y sí, su debut homónimo viene a confirmar nuestra sospechas, La llamada de Héctor suena tan bacán como decían. Con una mezcla que va desde el surf hasta el punk la banda capitalina nos lleva inmediatamente a la pista de baile con cada uno de sus acordes. Muchas de las temáticas retratadas en el álbum tienen relación con el amor, la amistad y con pasarlo bien, todo con gritos y sonidos que te harán extrañar aún más las tocatas en vivo.
“La llamada de Héctor” marca un debut sólido para uno de los proyectos más interesantes del último tiempo. En apenas 8 canciones la banda muestra una pequeña parte de su sonido al mismo tiempo mostrando como se viene el futuro del sonido de la escena independiente chilena, o por lo menos el futuro que nosotros queremos oír. (Por Francisco Trejo)
Rubio – ‘Mango negro’
Ya llega a ser rutinario que cada proyecto que saca Rubio termina siendo alabado por la mayoría. Luego del fantástico debut llamado ‘Pez’, Fran Straube vuelve al ataque con otro trabajo bastante creativo. Está el lado más bailable de la electrónica como en ‘IR’, que tiene una onda más trap-reggaetón, como en ‘Tormenta de SXXI’ que es súper popera pero al mismo tiempo muy rítmica, tal cual como el track ‘La Especie’, donde nos sumergimos en una vibra housera. Una vez más, Rubio se sacó un gran trabajo que podría expandir lo hecho en el primer álbum, en cuanto a la creatividad y producción. Sin dejar de lado el sonido que ya le caracteriza, sigue buscando maneras nuevas de desenvolverse. (Por Profesor Rayado)
Club de Carta Inglesa – ‘Memoria’
Tal como una historia, las 12 canciones del álbum debut de la banda penquista van hilando el paso de una persona por la vida: amor, desilusión, amistad y recuerdos, concepto fundamental a lo largo de todo el disco. ‘Memoria’ es un repaso por altos y bajos, pero también un vehículo en el cual estas experiencias se subieron para transformarse en fortalezas, y Club de Carta Inglesa las canta a modo de invitación a reflexionar sobre el diario vivir que llevamos.
A través de ritmos frescos, pero a veces oscuros, este primer trabajo llega a consolidar el sonido de la banda y muestra su evolución desde ‘Matrioshka’ (2017), dejando ver todo el potencial del quinteto que, desde Concepción, suena muy fuerte hasta nuestros oídos y nos deja pensando en sus próximas entregas. (Por Makarena Sierra)
Yorka, Benjamín Walker, Natisú, Hakanna – ‘Mal’
Sin previo anuncio nos toca vivir una pandemia acompañada de un encierro obligatorio. Desde este caos nace ‘Mal’, un disco colaborativo entre Benjamín Walker, Natisú, Yorka y HAKANNA quienes lograron hacer de estos momentos de incertidumbre y sentimientos confusos siete canciones que pasan de lo más pop con su single homónimo a lo más íntimo con ‘Interludio (Colibrí- Alto el Árbol, Ancho el Río)’, en donde se puede escuchar una pequeña conversación de lxs autores en medio de lo que fue el proceso del disco. Este álbum es una clara radiografía de este hito tan particular, que se puede evidenciar con canciones como ‘Ya no me quiero acostar’ o ‘Mueble’. (Por Valentina Adones)
pau – ‘Latencia’
Pablo Acuña es simplemente pau (así, con minúsculas), un proyecto que debutó este año con 9 tracks compuestos durante su estadía en Londres. En entrevista con SACH, señaló que «Latencia es toda esta música que tenía adentro mío pero que faltaba que brotara» ¡y vaya que brotó! En cada canción nos entregó un producto pop con todas sus letras, que perfectamente podría estar sonando en las principales radios del país. Temas como ‘Depresión estacional’ ft. Dulce y Agraz, ‘XAT’ y ‘La mitad del año’ apelan al coro potente, de esos que te quedas tarareando todo el día. En cuanto a las letras, el compositor habla del amor, de momentos cotidianos y hasta de quienes se agrandan por trabajar en el barrio alto y se olvidan de sus orígenes. Es un álbum sincero, sin grandes metáforas, fácil de digerir y que merece más atención. (Por Cristóbal Galleguillos)
Frucola Frappé – ‘Lo peor del siglo’
En su segundo disco Frucola Frappé retrata diversos elementos de la cotidianidad con una belleza única. Entre amor, internet y videojuegos, el proyecto capitalino explora los tópicos de los últimos años de la adolescencia con su tradicional chispop. “Lo peor del siglo” trae al proyecto por primera vez en formato banda. Sin embargo, pese a estar acompañado de más tonalidades la guitarra sigue siendo el punto de partida. Al igual que en su debut la banda escribe canciones con las que es fácil identificarse y en este nuevo disco esto es más cierto que nunca.
Las historias y letras de Camilo Morales parecen acompañarte en cada paso que das, casi como una banda sonora para el día a día. En un año difícil cómo este 2020 una ayuda no está de más y Frucola Frappé con su música te dice que todo va a estar bien. (Por Francisco Trejo)
Dadalú – ‘El mapa de los días’
Dadalú es una compositora imparable y que se ha hecho maestra de su propio arte. Este álbum es el resultado de los diversos ‘challenges’ que estuvo realizando hace unos años, donde por ejemplo, en un mes logró realizar 30 canciones. De todo aquello nace este disco que por lo demás es muy creativo, con diversos moods en los beats, desde lo jazzero hasta lo explosivo callejero. Pero lo mejor son las líricas, Dadalú es inteligente, irónica y efectiva a la hora de hablar de género, la industria musical y cómo en este país nos movemos por la ambición. (Por Profesor Rayado)
Bronko Yotte – ‘Fuero interno’
Si nos pusiéramos a enumerar los mejores discos de la década pasada, Bronko Yotte estaría encabezando el top con varios de sus álbumes. Apenas termina el 2020 y parece que ya encontramos a uno de los grandes trabajos de esta nueva era. ‘Fuero Interno’, el quinto larga duración de Felipe Berríos lo saca aún más de su zona de confort, todo con una idea en mente: crear un puzzle musical donde los géneros musicales y sus tecnicismos quedan en segundo plano. Esta idea está presente en las cuerdas del primer track, los pianos del medio y las guitarras finales. Esto acompañado con algunos de los mejores beats y sampleos de estos 12 meses.
La curatoria también saca aplausos ya que junto a los increíbles Maca Campos -Masquemúsica- y Dj Pérez, se acompaña de nombres como su hermano Martín Berríos, Roberto Lausen, Glo Herrera o Catana. Tal como muestra la portada Bronko lograr unir diversos aspectos de su música en un manto de originalidad que flamea dentro de lo más destacado del año. (Por Francisco Trejo)
boy pablo – ‘Wachito rico’
Nicolás Pablo Muñoz nació en Bergen, Noruega, pero es hijo de chilenos. Luego de un sorpresivo cambio en el algoritmo, dice él, su video “Everytime” se viralizó y se convirtió en un exponente de uno de los sonidos del 2020: aparte del trap, el bedroom pop no pasó desapercibido. En el auge de este género, nutrido gracias al encierro y a los nuevos ocios que la pandemia nos obligó a conocer, boy pablo estrenó su tercer disco, el primero con letras en español.
Destacamos este disco por lo acogedor de su propuesta, principalmente por la calidez de sus sintetizadores y, al mismo tiempo, por la honestidad que hay en sus letras. Acá nos encontramos con temas que remiten desde las ganas de salir a bailar, hasta el amor y la depresión, y con una voz cada vez más potente y definida (literal y metafóricamente). Por un lado tenemos canciones breves, dulces y prácticamente simbólicas, como “nowadays”, “aleluya”, y “vamos a la playa”. Por otro lado, temazos con los se puede bailar y llorar como “hey girl” y “i hope she loves me back”.
Y nos tenemos que preguntar igual ¿qué es ser chilenx? No tenemos una respuesta definitiva, pero consideramos que va más allá de lo que pueda decir un documento. (Por Constanza Zúñiga)
Paz Court – ‘La fuerza’
Oscuro, vibrante y frontal. En su tercer trabajo, la cantautora radicada en México quiso salir de su zona de confort para entrar en terrenos poco conocidos y entregar una versión de ella que no conocíamos; una que habla de pérdida, denuncia e injusticia, pero también de fortaleza, sabiduría y amor. Atrás quedó la frescura de ‘Cómeme’ (2015) y la dulzura de ‘Veranito de San Juan’ (2018), porque en esta entrega, la artista toca a fondo las tinieblas, se enfrenta a los demonios, desarma estructuras y, a través de ritmos folclóricos que se fusionan con el rock y la electrónica, transforma sus vivencias en una chiribita que dice: “resiste”. Con la compañía constante de Violeta Parra, ‘La Fuerza’ representa el cambio de etapa, el autodescubrimiento musical y la eclosión final que desemboca en un álbum que, indudablemente, es oscuridad, pero también luz al final del túnel. (Por Makarena Sierra)
Fco. Chandia – ‘SANTIAGO…’
Para aquellos que gustan de los elementos del pop más reciente, de artistas como Tyler, The Creator en su última faceta, definitivamente van a amar el trabajo de Fco. Chandia. El inmenso sonido que le saca a los diversos beats y melodías, lo combina con instrumentalización mucho más acústica, brindándole un respiro más orgánico al despliegue tecnológico. La expresividad de la voz es perfecta para el tipo de líricas que apuntan a temas del corte amoroso, pero también participa lo surrealista. Es por aquí donde me gustaría que navegase el pop o incluso lo urbano mucho más seguido. (Por Profesor Rayado)
Mora Lucay – ‘Bestia’
En ocho tracks, la cantante porteña Natalia Vásquez presenta su esperado disco ‘Bestia’, que a través de sonidos acústicos-bailables nos relata pequeños problemas del día a día, pero de una manera totalmente honesta y fresca. Cada canción es una historia y un sentimiento a explorar, algunas de estas contaron con la colaboración de Diego Lorenzini, Niña Tormenta y Chini.png, grandes amigxs de ruta. Todo bajo la co-producción de Juan Pablo Bello. (Por Valentina Adones)
Julius Popper – ‘El desmadre’
Luego de siete años sin estrenos musicales, la banda oriunda del Gran Concepción lanzó en el mes de abril su tercer álbum de estudio ‘El Desmadre’. Grabado, editado y producido en Ciudad de México: significa una evolución importante en la inclusión y ejecución de nuevos instrumentos en el paisaje sonoro que acostumbraba Julius. En este trabajo se evidencia una progresión e interés de explorar nuevos géneros, nuevas audiencias, lo que se traduce en nuevos mercados.
Rock, pop, blues, impecables arreglos de bronce, letras sobrias, melancólicas y otras de locura, amor y muerte y hasta una balada mexicana, hacen de este nuevo disco una pieza musical llena de riquezas y buen gusto. Un disco adulto, fiel a la trayectoria de sus creadores. Muchos lo intentan, claro, pero no basta con la pose: hay que tocar, tocar mucho y bien tocado. Julius lo entendió y El Desmadre es eso: un larga duración con estilo y calidad. (Por Nicolás Navarrete)
Donato Soto – ‘Sapito de oro puro’
“Una venganza a todo cachete”. Así calificamos en abril al nuevo trabajo de Donato Soto. Y ocho meses después nos sentimos con la seguridad de tacharlo como lo que es: un nuevo clásico moderno. La genialidad de Benjamín Cárdenas dio rienda suelta una vez más a su prolífica capacidad lírica y melódica con una colección de siete canciones cargadas de historias, anécdotas y también espacios autobiográficos. “Donde pongo el ojo pongo la bala, dime quién diablos eres maldito weon” o “Que en realidad nadie se muere de amor, si no mírame a mí más vivito que nunca” son algunos de los momentos destacados que nos entrega Sapito de Oro Puro. Un trabajo que, como dijo Profesor Rayado, demuestra que no hacen falta grandes recursos de producción para ejecutar un buen álbum. Y que también nos regaló la cuota de sintetizadores y de nostalgia ochentera que necesitamos este año. “Disfruto mucho dando vueltas estas cosas que pueden parecer ridículas y llevarlas hasta el final” dijo Cárdenas al definir al sucesor de Carrete en el infierno, y creemos que es el resumen perfecto para este nuevo acierto del sello Gemelo Parásito. (Por Sebastián Leyton)
Puedes escuchar cada disco en esta playlist (y aprovecha de seguirnos en Spotify):