Conversamos con el ex vocalista de Astro, quien abandonó Santiago para vivir en Pucón. Ahí, en medio de la naturaleza del sur de Chile, tiene instalado su estudio personal, donde trabaja a distancia en la producción de los nuevos discos de Nicole, Tomás Rivera (Miss Garrison) y su proyecto solista. Además, repasamos su participación en el disco “Miss Colombia” de Lido Pimienta, uno de los álbumes latinos más aplaudidos de 2020 y hoy nominado al Grammy.
Fotografía por Fresale
Nuestras antenas de vynil detectaron señales cuando supimos que Andrés Nusser trabajó en la mezcla del aplaudido álbum ‘Miss Colombia‘, de Lido Pimienta, el que había sido nominado en la categoría Mejor Álbum de Música Alternativa en la versión XXI de los Latin Grammy. Finalmente, el gramófono lo obtuvo Cultura Profética por su disco Sobrevolando. Sin embargo, días después se anunció que el disco quedó seleccionado para la edición estadounidense del certamen, en la categoría Mejor álbum de rock o alternativo latino, donde también compite la chilena Cami con su larga duración ‘Monstruo’. Más allá de eso, quisimos saber cuál es el paradero actual del Chico de la Luz, a un lustro de la separación de Astro, donde figuró como vocalista por cerca de ocho años.
A fines de 2020, como equipo de SACH, realizamos una entrevista a la distancia que logró conectar a Pucón con Ovalle y Peñaflor, la que se había mantenido en reposo… hasta ahora. Logramos comunicarnos de forma extraordinaria con Andrés, conocido desde tiempos ancestrales como Astro, y en una dimensión paralela como Karakoram, y pudimos develar secretos arcanos, como sus proyectos pasados, presentes y futuros. Por si fuera poco, logramos presenciar la aparición de sus perros, Kafka y Milka.
La sensación de estar perturbando su hábitat nos abandonó pronto gracias a la candidez con que nos recibió, la misma con que respondió nuestras preguntas e incluso reveló detalles que no esperábamos conocer, como su familia o estar trabajando en el próximo disco de Nicole.
— ¿Cómo conociste a Lido Pimienta?
«Nos conocimos por internet, hace 10 años atrás, que todavía es una manera válida de conocerse y cada día más. Y luego ella viajó hace unos 4 años atrás para hacer este disco que sacó hace poco tiempo. Vino Santiago a trabajar conmigo, en la primera parte de producción, trajo un productor, Prince Nifty, desde Canadá. Estuvimos como tres semanas armando Miss Colombia, que ahora está nominado a los Grammys. Eso fue hace mucho tiempo atrás porque ella tuvo que parar esta producción para promocionar un disco anterior, que se llama La Papessa, porque se ganó un premio en Canadá, que son como los Pulsar de acá, los Polaris. Es como el Grammy canadiense».
— De hecho, fue la primera persona que se ganó un Polaris que no habla inglés ni francés.
«Esa es la gracia de la Lido, es una abanderada con los latinoamericanos. Tiene un discurso humano profundo muy bonito, basado en el amor y en delatar las injusticias que suceden por temas raciales, por temas de opresión ya sea del Estado o de gente con plata. Ella siempre está levantando la mano. Es una persona con un corazón gigante que intenta ayudar a su gente a la distancia. Es una genia, un artistazo, está loca y hay que ayudarle con su locura, esa fue un poco mi parte, ayudarle tanto con la mezcla como con el resultado principal. Es muy lindo disco, tiene canciones hermosas y eso es más importante que cualquier cosa técnica y le está dando resultados».
— Hay un dato freak, ella tiene una relación con la música chilena de hace un tiempo, porque hizo los coros en “Luz de Piedra de Luna” de Javiera Mena.
«Cáchate, no tenía idea».
— Vamos a hacer una triangulación aquí, porque tú también hiciste los coros en “Sincronía Pegaso”.
«Sí, unos coros. “¡Pegasooo!”, unos gritos que salen al final».
— ¿Y trabajar con Lido tuviste que viajar a Colombia o fue todo teletrabajo?
«Hubo una oportunidad para viajar a Colombia que yo no pude tomar, donde ella grabó al Sexteto de Tabalá, que es gente del pueblo de la familia de Lido. Pero ella tiene su casa, su base, su familia en Canadá; entonces también hablamos sobre ir a Canadá a producir, pero al final fue solo ese primer viaje y el resto por internet».
— También queríamos conversar sobre lo que significa este trabajo de postproducción, ¿cómo es para ti trabajar cuando ya está todo grabado?
«Es un desafío, porque tienes la responsabilidad de amoldarlo y no siempre recibes toda la música de manera impecable. No es que le pongan poco cariño, pero no te lo entregan de una forma en que no deberían entregártelo. Entonces tienes mucho trabajo y tienes la responsabilidad de hacer que eso suene bien para el artista. Y no es una cosa meramente técnica, también es una pega tremendamente artística en primera instancia porque tienes que hacer resaltar la emocionalidad que el artista quiso poner ahí. Eso fue en el caso de la Lido lo más importante, cómo hacer que este disco sea tremendamente emocional, ella es muy emocional y es muy fácil echar a perder eso siendo un ingeniero de mezcla o productor, porque es muy fácil decir “Apretemos todo, que sea como una roca”, pero ahí pierdes toda la dinámica del canto de Lido: la danza, el canto de una voz así de celestial. Lo más importante, creo para mí, como productor y cuando mezclo, es intentar que el artista salga y que se note, que no se note mi mano. Que se note que es un trabajo del artista propio y exponenciarlo lo más posible en términos emocionales».
— Vamos a hacer otra triangulación aquí, porque tú fuiste el productor “Las Cruces” (2012), de Protistas.
«Ahí yo no tenía idea. Ahora sé un poco más, pero en esa época no teníamos idea de lo que estábamos haciendo. Lo pasamos bien. Estuvo divertido, “Las Cruces” tiene temazos».
— ¿Consideras que hay una “industria” de postproducción aquí en Chile?
«Sí, pero es una palabra que odio. La palabra industria es una palabra capitalista y no la odio sólo por capitalista. La palabra industria es un poco dura, porque tiene que ver con la monetización de todo el trabajo, pero también la plata no es en sí algo malo, es una cosa que necesitamos ser retribuidos como artistas en este sistema para poder funcionar. Ojalá no fuera así, pero tiene que ser así. Entonces hay mucha gente detrás que tiene que ver con dar este apoyo y este respaldo -los managers, los agentes, la gente que hace prensa- son cosas que ojalá la música no necesitara y que fuese una relación directa con la gente que te escucha, pero de la manera en que está formado el mundo son necesarias y hay gente muy linda detrás de eso también. Pero no creo que es algo de lo que un artista se debería preocupar mucho, creo que el problema en el músico o en el artista, y a mí me pasó, es cuando te empiezas a preocupar de esas cosas. Está bien que tú sepas de eso, pero lo tuyo es la música y mientras más tiempo le dediques a la música mejor te va a ir. Ese es mi mensaje (risas). Bueno, estaba respondiendo otra cosa. Si es que existe mucha gente haciendo esto de manera profesional en Chile en este momento, sí, existe mucha gente. Es algo que está en alza, en boga, cada vez manejamos un mejor mundo de opciones digitales para poder hacer nuestro trabajo y no necesitar grandes estudios o tener que gastar mucho dinero para poder hacer bien el trabajo, sino confiar más en los oídos. Cada vez está más corta la brecha entre lo que era hacer discos hace 30 años y lo que es hacer un disco solo en tu casa. Pero al mismo tiempo hay cosas que se pierden, como por ejemplo la comunión real entre la gente, trabajar con otra gente. Hay un auge de gente y también está la posibilidad de que los mismos artistas hagan esa parte».
— A raíz de ese trabajo con Lido, ¿es tu primera colaboración internacional desde la post producción?
«No, no es la primera. En el 2013 fui a grabar un disco para el dominicano Alex Ferreira a Nueva York y estuvimos ahí grabando como tres semanas en el Soho en un estudio bien encachao. También estuve grabando con Ela Minus, su primer EP. Es una artista colombiana que vive en Nueva York, estuvimos grabando ahí, y ella estuvo en una oportunidad por unas tres semanas en Santiago. Esas son mis otras dos colaboraciones como trabajo de productor».
— Es curioso, porque este tipo de informaciones no es exactamente la que figura en la prensa sobre lo que has estado haciendo.
«Eso fue un poco antes, como 2013 ó 2014. Lo que he estado haciendo últimamente es producir junto a Pablo Stipicic un disco de Nicole, y estoy produciendo un disco para el bajista de Miss Garrison, que es Tomás Rivera. Trabajé este año (2020) y el año pasado (2019) con Spyral Vortex y asistí en una parte muy pequeña de producción al José Nazcar, y al Yoyo Otero también. Estuve trabajando con el Matías Tigre. He estado haciendo hartas cosas. Y lo más importante, estoy haciendo música mía, para sacar. Así que viene música pronto, ahora mismo (risas)».
— ¿Como Andrés Nusser?
«No sé cómo se va a llamar».
— ¿Cómo te ha tratado la pandemia?
«Tuve mucha suerte, no me quedé sin pega, justo me había venido a vivir al sur. Acá si bien ha habido cuarentena y todo, es muy distinto a estar encerrado en un departamento en Santiago. He tenido mucha mucha suerte, he podido disfrutar de la montaña, del bosque, estoy viviendo en Pucón. He tenido tiempo y energía tanto para pasear y disfrutar de la naturaleza, como para volver a hacer mi música y para trabajar bien en las cosas de otra gente. He tenido suerte. Este ha sido un año con mucha suerte para mí. Tuve mucha suerte, no todos han sido igual de afortunados y me parece importante señalarlo porque ese tipo de cosas no hay que darlas por sentado».
— A propósito de la nominación al Grammy de Lido Pimienta, tú también estuviste en los Grammys (2015) junto a Javiera Mena y Américo, ¿cómo fue esa experiencia? ¿es tan glamorosa como se pinta?
«Sabis que sí, no es algo que yo nunca haya buscado en la vida pero lo pasé muy bien. Es como de película, es una hueá súper gringa, estai en Las Vegas y estai caminando y atrás vienen los reggaetoneros con las mansas pintas, J Balvin y qué se yo. O de repente en una alfombra roja estai acá y está Miguel Bosé, y no sé, es como de este porte y estaba vestido de blanco, era como un ángel gigante. Y el nivel de carrete y de fiesta fue agilao (risas). Dicho eso, no creo que la música haya que verla en términos de premios y Grammys y Pulsares, o sea la música no tiene nada que ver con premios faranduleros, tiene que ver con la convicción, con la gente. No significa que lo otro no sea muy entretenido».
— ¿Fue incómodo cuando te dijeron “Astro” en la cobertura de TNT de los Grammys?
«No, ¿por qué? Ni recuerdo (risas). Hay gente que me dice Astro, aparte que no es raro. O sea después de la historia de la banda es distinto, pero Astro era mi nickname en MSN, antes de que existiera la banda, viene de ahí. Era yo, que me puse a hacer música, me junté con un amigo, y luego llegaron los chicos».
— ¿Y nadie te dice Karakoram ahora?
«Ese siempre va a ser mi proyecto B, o Z, el cual he intentado hacerlo en serio pero no me he encontrado con las condiciones».
En este momento no sólo se nos cae el audio y la imagen se interrumpe, sino que además entran los perros de Andrés, que estaban tocando la puerta. “Este es el Kafka”, explica mientras el perro se sube a sus piernas y es acunado como si fuera una mascota pequeña.
«En fin -retoma-, Karakoram es una propuesta que no fue muy en serio y cuando lo quise hacer en serio no tuve la energía para poder realizarlo como se debía. No sé si lo que estoy haciendo se va a llamar así o qué, Astro no va a ser porque no es la banda, pero podría ser Karakoram, no tengo idea. Pero sería raro que alguien me dijera así porque no fue algo que trabajé nunca mucho».
— Hace poco vimos por Instagram que Zeta (Daniel Varas, ex Astro) subió una foto de ustedes juntos. Necesitamos saber, ¿se podría venir un remember de Astro?
«No lo hemos hablado, no tengo idea, no podría suponerlo. Hablamos poco entre los chicos, nos vemos nada, más aún estando yo a distancia. Yo creo que a todos quizás nos gustaría, por un lado; pero todos tenemos nuestras razones por lo que no, por otro. Entonces es algo que está ahí en el aire, más que nada».
— Por lo pronto, está tu trabajo solista, ¿podríamos ver algo de aquí a fin de año?
«A mí me encantaría ver algo a fin de año, pero yo creo que no. Estoy recién cerrando las primeras canciones y quiero sacar un grupito de canciones. Me huele más al próximo año (2021)».
“Se vienen cosas muy bonitas”, nos dice, mientras entra Milka, su perra, a la pieza/estudio en la que Andrés está instalado. Llevamos casi media hora hablando y de fondo podemos escuchar cantos de pájaros, y el ajetreo constante de sus perros en la casa.
— Para cerrar, te haremos la infaltable pregunta de octubre (2020)…
«¿Me vai a preguntar si aprobé o rechacé? (risas). Si voté po (risas), soy de Osorno, tengo mi mesa allá, entonces fui por el día. Me fui tempranito, aproveché de almorzar con mi viejo, no me tocó nada de cola y puse los dos votitos en la urna. Me pegué el pique, mi señora igual -estoy casado-. La Pao fue a votar a Santiago. Cada voto importa, pero bueno, lo viví de una manera calmada, no como la gente en Santiago que fue a Plaza Dignidad, acá súper piola no más, estoy en el bosque no había con quién celebrar. Pero felices de que lo tenía que ser, fue; y que lo que se tiene que hacer, se haga».