Foto por Tomás Müller
Decidido a enfrentar sus ansiedades y miedos, el cantautor andino se presenta a la industria con su nuevo material fonográfico de cuatro tracks. En él, entre versos y registros hablados, se acerca a la muerte como tema principal
Música alternativa y tocatas en lugares pequeños acompañan el arte de Fernando García, quien a sus 25 años ha logrado recorrer una industria fonográfica colapsada de desafíos y prejuicios personales. Tras su participación en proyectos discográficos de otros cantautores, presentó su seudónimo Nando García, con el que decidió aventurarse en el mercado independiente.
De la mano de aquella decisión fue que llegó Tripa o Cable (2020), un EP trabajado en solitario -compuesto en medio de un contexto sanitario desfavorable- que también dio el disparo inicial a una carrera llena de acontecimientos importantes para el talento musical.
Su álbum debut Pirueta (2021) comenzó a gestarse en 2018. Desde aquel entonces, García reunió sus letras y melodías, incluso, las nacidas en medio de la pandemia. Canciones tristes y apropiadas para momentos de duelo romántico, que cuentan la historia de un joven foráneo que decide ir a estudiar psicología en Santiago, metrópoli donde se rompe su corazón producto de un desamor.
Hoy se describe como un músico y guitarrista. También un hacedor de canciones, obsesionado con algunos temas: la muerte, por ejemplo.
El segundo -y más reciente- extended play
Cuatro perros en una playa de Valdivia, los delirios personales de la muerte y una forma siútica de llamar a una habitación llena de polvo, Nando García presentó su último lanzamiento en formato de extended play. Material particulado en suspensión (2023) rompió con los esquemas creativos de García.
Tras estar atrapado en un bucle de inseguridades, el ímpetu de cesar la búsqueda de un producto «perfecto» -con toda la rigidez que eso conlleva-, funcionó como una motivación. «Estuve como seis meses sin poder escribir, pensando que todo lo que hacía era una basura. De ahí vino el proceso de un trabajo autoimpuesto, que sucediera rápido y sin pensarlo tanto. Buscaba poder sacarme esas cosas de encima, componer y hacer algo. Así apareció este material que creo que refleja superbién esa falta de prejuicio y una libertad más acabada«, aseguró el cantautor respecto al proceso creativo.
«Hubo un impulso forzado y medio sobrenatural, o quizás no tan consciente, como de ‘ya, tengo que hacer una cosa y hacerla no más‘. Así sucedió el EP y lo agradezco mucho, me aseguró mucho que todavía puedo hacer canciones«, agregó.
Despojarse de los temores
Por una parte, la persecución a lo increíble está constantemente en la mente de García. Desde sus inicios en la música, dicha batalla interna se ha mantenido latente en una gran proporción de sus composiciones, acompañada de un conflicto propio contra la expectativa.
«Para mí ha sido el desafío más grande aprender a no sólo hacer una canción, sino que tomar esa creación que yo hice y convertirla en algo que suene como acabado. Además, que la producción esté bien, la mezcla esté bacán y que la pista suene como me imagino que tiene que sonar», contó el joven oriundo de Los Andes. «Sé que es complicado y es algo con lo que yo lucho mucho aún«, concluyó.
Aunque García admite que sufre tal necesidad de control que restringe a los demás a entrar a sus creaciones por el temor a que hagan las cosas mal, asegura que está trabajando para superarlo. Así lo evidenció en esta grabación, en la que gracias a un grupo selecto de artistas de confianza, pudo elaborar un EP del que siente orgullo: «Invité a gente a colaborar en arreglos y producción para las canciones. Algunos amigos aportaron en ellas. Sin sus detalles, estas no hubiesen quedado tan lindas como creo que quedaron«.
La colaboración dentro de las instrumentales fue un punto de innovación en esta etapa de la discografía de García: «Mis trabajos anteriores han sido realizados en un espacio tan solitario, que involucrar ahora la percusión de Felipe Ibarra, por ejemplo, hace que el EP tenga un elemento más prácticamente humano en su significado».
Por otra parte, Nando García indicó sin dudar que el concepto central de la recopilación de cuatro tracks (uno de ellos hablado), es la muerte. Esto, por la fascinación del artista respecto a la ultimísima etapa de la vida. Junto con lo anterior, la escritura de Joan Didion y Mariana Enríquez alimentaron su deseo e inspiración para hablar del tema.
«Creo que es muy entretenido hablar de ella (la muerte) porque es inexplicablemente pesada y le tengo mucho miedo. Que la gente que quiero se enferme y que fallezca por eso también», sentenció. «Siento que le tengo tanto temor que hacer canciones así, e igual hablar del tema, me sirve para ensayar«, agregó, afirmando que este proyecto sirvió como una suerte de terapia para soltar sus delirios personales.
En su único álbum de larga duración, Nando García apostó por las grabaciones de voz dentro de las composiciones. En Qué Bien, tercera pista de Pirueta (2021), se escuchan cerca de 20 segundos de un registro hablado. Esto tiene mucha relación con Material Particulado en Suspensión: el track número tres del EP es un sueño recitado por el cantautor, grabado con su teléfono al despertar, sin melodías ni versos planeados.
«Empecé hace un tiempo a grabar mis sueños. Es una práctica que me gusta mucho porque uno se da cuenta de las cosas más ridículas (…) Creo que entraba muy bien en la temática del EP y presentaba muy bien el track que es la pieza central, homónima al EP, que habla de la muerte, del miedo que conlleva y de las cosas que nos rodean y su relación con las personas que mueren», argumentó respecto a su decisión.
Su recorrido musical independiente y colectivo
Las censuras que ha logrado eliminar y sus ansiedades no son los únicos desafíos que ha tenido que sobrellevar, pues asegura que es muy difícil que un proyecto independiente se sostenga a sí mismo por sí sólo. Por tal razón, García se mantiene trabajando en forma paralela para sus colegas: «Yo produzco a otros artistas, mezclo y si me piden que masterice, yo masterizo. Puedo sesionar guitarras… Un montón de cosas».
Gracias a la colaboración entre artistas chilenos, el cantautor ha podido participar en otros proyectos. Para él, han sido trabajos hermosos que en la actualidad tiene más apertura a disfrutar: «Me siento muy privilegiado de que me inviten. Aparte me encanta que me incluyan, me siento especial cuando me buscan para cantar o colaborar. Es algo que a mí también me cuesta, que incluso, me siento muy incómodo a veces haciendo. A veces por inseguridad o por temor a ser juzgado», confesó.
Solicitar la participación de otros cantantes igualmente ha sido una labor compleja para García. «Ahora es entretenido porque también le quita un poco el peso que uno mismo le pone a veces sobre lo que uno hace», comentó.
«Cuando se invita a alguien a cantar eso se agiliza mucho. El despegarse un poco de lo que estás haciendo y mirarlo desde afuera porque hay alguien más que se metió y está caminando por lo que hiciste creo que es muy sano, y pretendo hacerlo más de aquí en adelante (…) En su significado (el EP) tiene un elemento más prácticamente humano, que son personas tocando piano, teclado y baterías», agregó.
Todo se resumía en que el creador de Material Particulado en Suspensión tenía el pensamiento constante que al invitado en cuestión no le gustaría lo que García estaba haciendo.
Aunque el photoshoot para el producto estuvo a cargo de Tomás Müller, este fue utilizado para promoción más que para la misma portada, pues la foto de los perros fue igual de poco cuidada que las composiciones mismas, calzando con el proceso de desprejuición.
Respecto a lo anterior, Nando García comentó: «Fue exactamente la foto más aleatoria que pude tomar. Venían unos perros corriendo hacia mí y mi pololo en la playa de Niebla y traté de tomarle una foto. Todas las otras fueron súper deliberadas así como ‘quiero que te pongas acá para sacarte una con este árbol’. Ninguna de esas capturas (de Müller) quedaron tan buena como esa que tomé a la rápida».
Aunque por lo pronto no piensa aventurarse a nuevos ritmos musicales, quiere aprender a tocar cueca y conocer más a fondo la historia de Violeta Parra. «Quiero sentir que conozco un poco más porque a veces me siento muy ignorante, sobre todo con lo que respecta al folclor chileno. Esto, sin ninguna ambición de desligarme de lo que estoy haciendo», contó.
Hace unos días, logró agotar dos Casa Taller Girardi, donde tocó y habló mucho rato acompañado de siete invitados; en una misma jornada, montó dos espectáculos distintos.
¿Qué viene en el futuro?
Nando García se encuentra trabajando en un proyecto que, según comenta, va muy avanzado. Sin embargo, no verá la luz hasta el próximo año. También, busca seguir descentralizando su música, visitando otras localidades del país con el lanzamiento del EP.