No es una exageración decir que cada dos minutos el público, en su mayoría joven, saltaba y saltaba, y se movía de un lado para otro. Esto es una experiencia que siempre se presencia en el indie chileno, sobre todo para bandas como lo son Niños del Cerro y el trío Estoy Bien, ambas con un férreo espíritu adolescente. Lo vivido en Metrónomo no dista de aquello.
Y con las dos agrupaciones en su mejor momento. Por un lado, Niños del Cerro con un año musical lleno de presentaciones trascendentales en su carrera en nuestro país: la gira de su último disco “Suave Pendiente” y su primera Blondie; tocar en el Caupolicán con los argentinos de El Mató A Un Policía Motorizado y Las Ligas Menores; y un show de casi dos horas gratuito a casa llena en el Centro Cultural Rojas Magallanes.
Mientras que por parte de Estoy Bien, llegaron con su recién estrenado álbum debut “Apoyo Emocional” con variadas tocatas durante el 2023 en la capital que han instalado su nombre en la escena alternativa, tal como lo hizo en su momento el quinteto liderado por Simón Campusano. Curiosamente son grupos amigos, razón de la consonante y efectiva sintonización que tiene con la fanaticada de los floridanos de “Lance”.
Puntual a las 19 hrs. el trío partió de golpe. La sala del barrio Bellavista cada vez se iba llenando más y el público estaba agolpándose al escenario. La primera dosis de desenfreno partía con el inicio de su álbum, la canción “Frente a Frente” para pasar a “Piel” y varios temas del disco como “El Sonido De Las Campanas”, momento en que invitaron a Campusano a cantar junto a ellos, lo que desató locura entre los asistentes.
Instante que subiría los ánimos para “No Hace Falta” y “Lo Difícil Se Hizo Largo”, de las favoritas entre los fans de Estoy Bien, siendo esta última la que finalizó su presentación para darle el paso a la segunda dosis, Niños del Cerro. Si bien un leve corte de energía en la calle peligró el show, al final todo se logró hacer con total normalidad.
Parte la banda de la “Suave Pendiente” con “Viste Las Palabras” de su disco “Nonato Coo”. Solo bastó un par de segundos para que Metrónomo se transformara en una fiesta de saltos y fuertes coros para “Mi Modesta Ceguera Personal”, “Sulamita”, “Las Distancias”, “Nonato Coo”, y “Tamarugal”, en donde se creó el primer mosh de la noche.
“Acaban de decir que tenemos tiempo pa’ todo” dice Campusano en una pequeña pausa para luego tocar “Povidona” y “Tentempié”, canción en la que al final comenta muy feliz y tranquilo “no quisiera que se termine nunca esta hueá”. Dichas estas palabras se vuelve a desatar una locura sin precedentes para “Flores, Labios Dedos”, himno del indie chileno, donde entre tanto desorden vuelan un celular y unos lentes.
Un poco más tarde, “Lance”, un esencial en las tocatas de la banda. El ruido se apodera de la sala y el público forma un mosh pit usando un poco más de la mitad del lugar para, en la parte final, se convirtiera en un estado de desenfreno total, el que se disipa por un rato con un cover de “Cámara Lenta” de Javiera Mena. Cerca del cierre, “Sísifo” que parte con una breve intro de “Un Amor Violento” de Los Tres y termina con Estoy Bien en el escenario, y Mamire, que entre tanto alboroto sube un fanático casi a la fuerza a cantar.
Niños del Cerro nos deja otra memorable tocata donde nuevamente muestran todo su potencial, confirmando una vez más su posición como una de las bandas con mayor importancia en la escena alternativa nacional, abriéndole paso a una nueva generación de proyectos como Estoy Bien.