Tras lanzar la primera parte de su próximo trabajo discográfico, Cami se enfrenta a la industria musical con tonos desconocidos y disruptivos. Una visión “ritualística” que espanta a todos sus temores y que renueva su identidad sonora para presentarla en vivo el próximo 9 de diciembre en el Teatro Coliseo.
A través de trece palabras Camila Gallardo se describe en los tiempos que corren: “Expresión de una mujer que se transforma cada vez que sale el sol”. Una creadora de realidades que lleva ocho años buscando su identidad y seguridad, y que, tras aventurarse en estilos y conceptos visuales desconocidos de la mano de ANNA y sus primeras cinco composiciones, por fin encontró.
Con 27 años, la cantautora que comenzó a lanzar sus composiciones en 2016 tiene la película más clara que nunca. Al consultarle qué aspectos se mantienen en ella de esa joven de Rosa, su disco debut, su respuesta fue rotunda: “No queda casi nada”.
Cami confesó que a veces en la vida y en el rubro es agradable asegurarse con una tradición para así estar en tranquilidad; sin embargo, con esta nueva entrega rompió su propia creencia sobre la seguridad de una artista dentro de la industria.
“Siempre hueveo a mis cercanos como que siento que ‘I killed her‘, como dijo Taylor Swift: ‘I’m sorry, the old Taylor can’t come to the phone right now… Why? Oh. ‘Cause she’s dead!‘. Siento que maté a la antigua Cami”.
A pesar de lo anterior, agregó que rescata de su versión anterior la búsqueda insaciable por seguir sus sueños y todo el folclor que traía y que la guiaba en el sendero del arte. Sin embargo, sus patrones de creación musical ahora son diferentes: “(A Cami) la redirecciono a un lugar mucho más experimental y quizás a dónde me va a llevar eso, que no tengo idea, pero obvio que siempre la música manda, y si la música me manda para allá, yo tengo que seguirla”, contó con decisión.
“Yo creo que antes estaba entendiéndome y descifrando ‘¿qué me pasó y por qué de la noche a la mañana la gente quiere escucharme?‘”, reflexionó, agregando que “ahora que entendí por qué quieren escucharme, estoy retándome un poco y jugando un poco a no conformarme con eso. Intentar yo educarme y yo volverme más virtuosa con lo que hago”.
Al día de hoy, la Ganadora no quiere arriesgarse con algunas cosas asegurándose con otras para agradar a la industria, pues quiere seguir sus propios instintos para experimentar la libertad creativa. “No voy a volver a sentirme incómoda al lanzar un trabajo, eso es algo que me prometí a mí misma”, aseguró.
Las ganas de salirse de los esquemas estuvo muy presente en la carrera de Cami. Revisando los inicios de su discografía, cuando le inundaban las ganas de lanzar un folclor tradicional en la industria mainstream también era disruptivo, y aún así, se aventuró con Querida Rosa.
Incluso, agregó, pasó lo mismo al momento de ubicar a Monstruo (2020) en las plataformas digitales. Según su propio análisis, después Rosa (2018) venía Monstruo; por tanto, una apuesta riesgosa. De algo mucho más soft e infantil, de acuerdo a su punto de vista, pasó a algo mucho más oscuro.
“Nunca he hecho lo que la gente espera, pero una vez que lo reconocen, lo integran y lo internalizan y ahí lo aceptan. Después tengo que volver con otro proceso y seguir, porque soy así, necesito transformarme”, afirmó.
El proceso creativo detrás de ANNA
Este nuevo proyecto continua la misma idea de lo expuesto anteriormente: un renacer en su forma de componer. Su hambre insaciable por el cambio, por la transformación y por encontrar virtuosidad en ella misma la llevó a darle vida a ANNA.
Para lograr concretar el proyecto que Cami tenía en mente, tomó a su productor, a sus dos perros y a su pareja para ir a encerrarse al sur de Chile. “Fue como que si me hubiesen sacado el pestillo y dejaran la puerta abrirse para derretirme ante la naturaleza. Me sumergí, fui completamente sumisa a lo que estaba alrededor mío y no tuve miedo”, sinceró a través de analogías.
La deconstrucción también fue un proceso trascendental en la creación de esta placa. Tras entender que la lucha por los charts se resume a un algoritmo sin sensaciones ni emociones, quiso dejar la normativa teórica a un lado para enfocarse en las configuraciones musicales que ella realmente quería hacer: “Si ya estoy en esta, voy a deconstruir la estructura de una canción”, pensó, añadiendo que esto de las plataformas y los hábitos de consumo musical “es muy Black Mirror y no nos estamos dando cuenta”.
“Por eso, por ejemplo Piernas de Agua son cuatro partes, ¿cachai?; Ganadora tiene tres partes; Nacimiento tiene una estrofa, dos coros y una parte como un puente y Alucinando creo que es la única que tiene como más claro el coro, pero igual tiene un post-coro que es una instrumental”.
Sus ganas de explorar en estos sonidos nacieron hace dos años, mientras estaba inmersa en otro impulso creativo. Tras una reflexión interna resumida en no sentirse cómoda ni feliz, Cami decidió hacerle caso a sus necesidades: “Como que se fueron acumulando ganas e informaciones en mi cabeza que necesitaba bajar”, indicó la cantautora.
“Ya había empezado el disco ANASTASIA, entonces tenía que terminarlo y por eso termina con TRIP, porque fue como el anclaje para poder agarrar este proyecto y aquí está el hilo”, añadió, demostrando que esta etapa había comenzado de la mano de su material discográfico anterior.
Incluso, canciones publicadas anteriormente como CARNE Y ORO, Pena Negra y VENGANZA, comentó, también guardan tintes definidos por ella como “ritualisticos” pero que, a diferencia de las producciones de ANNA, no tocan tanto la electrónica.
En definitiva, esta etapa sonora se resume a su esencia auténtica: “Soy yo nomás, es mi sonido y coartarlo creo que sería muy injusto para mí”, definió, complementando que “no puedo definirla, y me encanta no poder definirla”.
“Le estamos quitando las etiquetas a todo hoy día y eso creo que nos está haciendo libres de alguna forma, ¿por qué no lo podemos hacer con la música también”, agregó.
A su vez, para esta primera entrega de ANNA, Cami repitió la fórmula utilizada en el disco Monstruo. Quebrando también lo establecido por los sencillos y el consumo del streaming musical, decidió optar por los volúmenes. “Ahora viene ANNA, que es una especie de Monstruo también (…) Me ayuda a poder como mostrar un poco el nuevo proyecto, pero que tiene otra parte, entonces te ayuda a no matar el proyecto lanzando de una el disco. Es como un single largo que tiene un live set también”, indicó la cantautora.
ANNA: Una “era” acompañada del arte visual
De acuerdo al campo de la medicina, la vista aporta el 80% de la información que recibimos del entorno. Esto fue excelentemente comprendido por el equipo creativo de Cami, pues apostaron por unir la música con cápsulas en movimiento.
Y es que todo guarda sentido en esta entrega; los detalles fueron muy cuidados y todo buscó comunicar los pensamientos de la viñamarina. Evidentemente, lo primero que llama la atención visual en este nuevo lanzamiento en formato de extended play es su portada. Al igual que pasa con Rosa, Monstruo y ANASTASIA, el personaje aparece desnudo.
Frente a esto, Cami confirmó que existe un hilo conductor entre estas cuatro fotografías: “Es el nacimiento constante, pero los fondos cambian”, aseguró. Además, puntualizó que de cierta forma “están todos los discos súper conectados a través de una evolución que no puedo retomar, porque cada versión anterior ya creció”, finalizó.
“En Monstruo yo misma me estaba matando y reviviendo al mismo tiempo… en ANASTASIA está todo oscuro alrededor mío y yo veo esto que me viene como a sacar del lugar donde estaba estancada. Ahora, con ANNA ya estoy en mi lugar. se ve mi pelo del color de lo que me está rodeando y estoy confiada, no estoy agachada, no estoy tirada, no estoy sumisa ante el momento, sino que estoy corriendo hacia algo, es una foto en movimiento”.
El material audiovisual que acompaña al estreno fue producto del universo imaginario de Cami, el que fue visualizado y proyectado en su mente.
Aquella información fue descifrada a través de conversaciones con su equipo, pues según comentó, sus ganas de ejecutar lo que imaginaba lo pedían, pero era complejas de explicar. Además, por las condiciones de las latitudes sureñas del país, no podía ensayar in situ en el volcán para demostrarlo, por ejemplo.
“Solo teníamos la casa donde estábamos que era bastante reducida. Intentábamos ensayar ahí, y claro, una vez llegando al volcán había nieve e irregularidades en el piso… entonces todo fue una improvisación tan pensada, porque claro, improvisé, pero con lo que ya había imaginado de mí misma. Yo me quedaba dormida en la noche imaginando los pasos y mi corporalidad (…) Obviamente que hay muchísimo más por mejorar, sin embargo, veo la proyección que tiene esto y me siento súper segura y tranquila”.
Los fans y los sonidos rupturistas: ¿cómo fue la recepción?
Seguidores fieles siempre van a haber. Así lo evidencia el caso de Cami, pues tiene seguridad de que ellos están creciendo a su lado desde su fase debut.
Sumado a lo anterior, le alegró la inexistencia de prejuicios frente a los estilos aventurados por la cantante, incluso, ha sido un recibimiento excelente ante algo nuevo: “Me hace bien que me digan ‘no hay nada con lo que haya conectado parecido a esto antes’… eso me hace sentir responsable acerca de que sí somos creadores de las realidades de la gente también”, sostuvo.
“Yo misma cuando voy en la calle o voy camino a hacer algo, me pongo mis audífonos, pongo una canción que me genera algo y puedo llegar hasta a llorar, porque esta canción me está acompañando en un transcurso o en un tramo de aquí para allá… las canciones son muy potentes”.
El hecho de entregar su arte a personas que puedan sentirlas hace que se vea reflejado que se cumplió su objetivo: “Saber que yo tengo la capacidad y el poder de también entregarle una ofrenda a alguien una canción o un material discográfico, me siento super privilegiada de hacer lo que amo y amar lo que hago, muy privilegiada”, contó.
“ANNA ESTÁ ALUCINADA”: El concierto
Lo que viene planeando Cami para este 9 de diciembre en el Teatro Coliseo es un espectáculo que, a través de sus palabras, es algo que no se pueden imaginar: “Para mi parecer, es tanto mejor de lo que venía proponiendo escénicamente”, aseguró. Con un equipo extraordinario a su lado, la cantautora promete un show performático, donde además de presentar las nuevas composiciones, repasará su carrera discográfica a través de nuevos ritmos.
“Limpié el escenario, voy sola. No hay nadie que me acompañe arriba. Es una experiencia visual y sensorial pero muy musical, o sea, la prima es la música. Va a ser súper teatral”.
Pero no todo ha sido tan sencillo. Para Cami montar este concierto ha sido desafiante. Con un equipo nuevo, una industria súper parada y un espectáculo producido desde cero, se demuestra que el sábado será una fecha inolvidable.
Un espectáculo único con muchas complicaciones que pudieron saldar, pues los ritmos originales de las composiciones antiguas no servían para la velada que se acerca.
“Nadie sabe lo que viene, y eso es lo que más me emociona”, mencionó la artista frente a lo que podríamos esperar aquel día. “Tuvimos una lectura de guion con todo el equipo y habían canciones que tuve que cantar porque, claro, por ejemplo, no sé, Pena Negra está en otro tempo, está electrónico, Pena Negra era más «afolclorada» antes y ahora la dimos vuelta… está más electrónica”, ejemplificó acerca de las novedades del show.
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