A días de haber lanzado su disco debut Rosa, conversamos con Camila sobre el trabajo duro, la música chilena y la fuerza. Con confianza, nos adentramos en su mundo y hallamos gratas sorpresas.
Este 8 de junio, Camila Gallardo lanzó su disco debut bajo el sello Universal Music Chile, el que ese mismo día logró condecorarse como sextuple platino. Con una velocidad que podría haberla dejado sin aliento, su carrera ha escalado desde que fue descubierta en la versión nacional de The Voice, con sencillos que se aventuran a los rankings nacionales y aclamados shows: pareciera que ella no descansa.
Los pasados 22, 23 y 24 de junio realizó el lanzamiento en vivo en el Teatro Municipal de Las Condes, tres fechas con entradas agotadas y con una multitud coreando sus canciones de principio a fin, a pesar del reciente estreno en streaming.
Con todos estos antecedentes en mano, nos dirigimos hasta las oficinas del sello y nos encontramos no solo con una recepción muy cálida, sino con una artista confiada y transparente que nos habló de lo más metódico hasta lo más emocional.
Antes de lanzar Rosa, se especulaba que sería un gran disco. ¿Cómo te enfrentaste a estas expectativas?
Nunca vi como que tenía que cumplir las expectativas de nadie, sino que estaba tranquila porque sabía que lo que estábamos haciendo estaba bien y era algo súper honesto, o sea todas las canciones tienen una historia, tienen un trasfondo, tienen un nivel de transparencia. Soy yo en todas las canciones, por eso nunca me daba miedo.
¿Cómo fue el proceso de creación de Rosa?
Bueno, fue un año entre escribir y producción del disco. Sí, poco menos de un año, estuvimos grabando en Los Ángeles. Estoy súper feliz porque son temas que compuse yo y que obviamente tuvimos coautores involucrados, pero estuve súper metida en todo el tema de producción. Fue producido por un increíble productor que es Sebastián Krys, que yo le digo que tiene más Grammys que pelos en la cabeza, definitivamente, y él es bacán. De verdad que me dio la confianza, estuve súper tranquila todo el proceso. Aprendí muchísimo, ha sido un proceso en que he podido aprender mucho y nada, estoy muy feliz y agradecida por las oportunidades que se me están dando.
No sé si esto es incómodo o no, pero generalmente tu audiencia es muy positiva con todos tus logros, pero no todos son así. ¿Cómo lidias tú con el chaqueteo? Porque eso es brígido.
Sí, creo que eso es algo que existe aquí o en la quebrá del ají, algo que uno nunca va a poder como controlar, la infelicidad de la gente es algo que tú no puedes controlar. Entonces no me hago responsable de la infelicidad de otras personas, sino que me concentro en hacer bien mi trabajo.
El contenido del disco va de baladas, al pop, al folclore, muy variopinto. Pero más allá del género musical, ¿cómo presentarías tú el disco en cuanto a panorama general o a hilo conductor?
Es un disco súper intenso. Es un disco que uno puede personificar todas las canciones, yo le podría poner rostro y cara. Yo podría personificar a todas las canciones, eso es lindo porque yo les tengo cara a los temas, ¿cachai? Les tengo cuerpo, les tengo hasta ropa. Y ha sido bonito, porque al final son como hijos, son como compañeros que me acompañan. Van mutando, claro, van mutando un poco, van progresando, ahora que tocamos los temas en vivo como que cada vez siento a cada canción más empoderada. Pero sí tengo que describir en una palabra, describirme a mí y al disco, sería intensidad. Yo soy una persona súper intensa entonces siento que eso se vería reflejado en el disco.
A propósito de la reivindicación feminista, ¿cómo sientes que se inserta tu disco en este contexto?
Creo que canciones como Fuerte, que es una canción que me hice a mí misma, a la Cami chiquitita, a la Cami de 13, 14 años, que vive en un mundo machista, de inseguridades, de prejuicios, de complejos internos… para yo sanarme ahora de grande tenía que hablarle a esa Cami. Que es la Cami que generalmente la gente deja botá, que es por lo que pasan todos los seres humanos, de hecho cuando tú tienes una conversación ya en profundo con una persona te das cuenta que los grandes traumas se viven de los 8 a los 18 años. Entonces esa etapa de crecimiento y madurez es una etapa que todos tenemos que sanar en algún momento, en alguna etapa de nuestras vidas.
Y claro, yo la hablo (sic) a esa Cami pero yo también la hablo (sic) a la Cami de ahora, esa canción como que es tan transversal y tan flexible que se puede adecuar a cualquier instancia, a cualquier contexto, a cualquier situación, a cualquier tipo de persona. O sea puede ser hombre, mujer, grande, flaco, gordo, rico o pobre, y es lindo porque al final la música es eso, es transversal. El arte lindo, el arte sano, es transversal, y eso es lo que quería reflejar con esta canción.
Súper, sobre instancias como Ruidosa, que te vimos, hay una reseña sobre ti al respecto…
Sí, me encantó, ¿quién la hizo? ¿tú?
¡Yo!
Me encantó, lloré, de hecho la publiqué en mis redes sociales. Sí, me encantaba, me encantó.
Ya, o no sé, como la Red Muchacha, no sé si la ubicai.
¡Sí!
¿Qué opinas de este proceso de apoyo hacia la mujer dentro de la música?
Creo que es súper necesario que avancemos, como no quedarnos pegadas. Siento que ha sido una montaña rusa la música chilena. Ha pasado de grandes momentos a estar muerta, de que nadie sabía qué pasaba con la música chilena y ahora como que agarró una fuerza increíble, que está muy bacán. Pero, yo hablaba este fin de semana con mis músicos, yo creo que, yo siento una responsabilidad súper grande porque yo soy de la nueva generación y de la generación que viene con otro chip, con otra mentalidad.
Y expectativas.
Y más allá de las expectativas, es lo que yo siento que está bien, o sea, yo siento que tengo que ceder mi escenario, de hecho este fin de semana tenemos tres conciertos y hay invitadas, hay mujeres invitadas, chilenas. Y eso no pasa en Chile, entre mujeres no compartimos el escenario, y sabís qué, voy a partir por casa. Eso fue lo que pensé cuando estaba organizando el show y armándolo, porque ¿por qué tengo que esperar que otras personas lo hagan por mí? Hoy día hay tanta basura musical dando vueltas, que es súper necesario que como artistas, como influyentes, te des cuenta de que tu música no es solo para ti, sino para una cantidad de gente. Eso yo lo siento como una responsabilidad, o sea, a mí se me dio la bendición de ser un instrumento para la música, esta música no es mi música, sino que es LA música, ¿cachai? Yo me siento como solamente un canal, siento que la música es una energía que no vemos, que está por sobre todo, que nadie la puede controlar y que los artistas que perduran en el tiempo, que generan cosas y generan hitos, como por ejemplo Mercedes Sosa, entienden que la música no es SU música, no son sus canciones, sino que es LA música hablando por un canal. Que es ella, que soy yo, que puede ser la Pascuala Ilabaca, puede ser la Francisca Valenzuela.
La música es una energía y eso es lo lindo de las canciones y por eso te pasan cosas que uno entiende. Por qué uno siente algo acá, por qué te dan ganas de llorar, y justamente por esa razón siento que yo soy responsable de generar un cambio, de invitar a gente, de compartir mi escenario, de que la gente entienda que somos capaces de hacer crecer algo, que no hay que irse para afuera para hacer algo. Claro, ahora nosotros estamos internacionalizando la carrera, y viajando a España y a México y está yendo todo muy bacán, pero hay que entender que la música chilena no es una fundación, ¿cachai? Porque existe este concepto de “ayudemos a la música chilena”, como “oye pobrecitos”.
Súper condescendientes.
¡Claro! como que lo miran con lástima, yo de repente voy a entrevistas y es como, así como, “qué pena que la música chilena…”, Loco, la música chilena es BACÁN, ¡es bacán! O sea, Me Llamo Sebastián, un artista que te juro que lo escucho y es como vida, él es vida, la Mariel Mariel, unos sonidos bacanes, la Ana Tijoux, el Nano Stern, o sea, son nombres que de verdad tienen una propuesta. Hay que darles las gracias por estar en la industria, por crear, no hay que tenerles pena porque son artistas bacanes. Entonces hay que dejar este concepto de “ayuda” al artista chileno. Y en mi caso, o sea, el disco entró con 6 canciones al chart nacional de Spotify, con 6, eso dice muchísimo de la gente, de lo que quieren escuchar, de lo que están escuchando, entonces dejemos a un lado el orgullo, dejemos a un lado este corte generacional porque yo sé que hay generaciones de artistas chilenos que miran a las generaciones nuevas con un poco de recelo, yo lo sé porque lo presiento y porque se huele. Como, claro, se les da todo más fácil y no, no es más fácil, es distinto no más. Me fui en volá pero creo que son como tres puntos: compartir el escenario, dejar de tener como lástima hacia la música chilena, y darse cuenta que hay una camada de artistas increíbles dando vuelta.
Ahora que ya tienes tu disco, después de hartos años de trabajo, harto tiempo, harto esfuerzo, ¿te sientes más preparada para pisar escenarios como Viña o llevarlo a competencias internacionales? Considerando cuando te lo propusieron y tú dijiste “no, no estoy lista”.
Es que amo lo que hago. Amo tanto lo que hago que lo quiero cuidar, siento que el gran error de los artistas es adelantarse a jugadas muy importantes en sus carreras. Y yo he tratado de ser lo más inteligente posible, he tratado de ser respetuosa porque le tengo mucho respeto al escenario de Viña del Mar y a los artistas que han pisado ese escenario y creo que en ese respeto hay que darse cuenta que hay que esperar, hay que tomarlo con calma. Estamos en una gira que estamos llenando venues muy grandes, el finde de semana pasado estuvimos en Temuco, en Puerto Montt, y en Temuco eran como 3.500 de venta de Ticket. Lo que estamos abarcando está siendo tan rico en calidad, porque la gente que está ahí se desvive con las canciones. Cantan desde el tributo que le hacemos a Eduardo Gatti con “Los momentos” hasta “Ven” que es uno de los temas, corean “Abrázame”, lloran con “Fuerte” o con “Querida Rosa”. Entonces, esa transversalidad musical es tan importante, tan tan importante, que si es que llegamos a llegar yo nunca voy a saber si es que estoy preparada o no hasta estar con el micrófono en mano. Una no sabe si es que está preparada hasta que está realmente ahí.
Incluso hasta el final, hasta que ya te bajaste.
Claro, pero lo que sé es que si es que voy, este año o cuando tenga que ir, quiero hacerlo lo mejor posible y entregar música, porque siento que es algo que falta en ese escenario: música.
Oye, ¿y en cuanto a competencias internacionales? Como postular el disco por ejemplo, internacionalizarte aún más.
Estamos en eso, yo igual estoy súper tranquila porque sé que todo viene, sé que no tengo que presionar nada. No he presionado nada hasta ahora, y todo está yendo muy bonito. Entonces quiero estar tranquila, hacer las cosas como se tengan que hacer, estoy de la mano con un sello muy importante que es internacional, entonces ellos saben dónde ponerme, cuándo. No hay que perder la cabeza: saber que primero viene la música y después los decorativos y las challas, pero primero la música. Y yo siempre voy a luchar por eso y no tengo miedo de ser mainstream.
El arte es tan lindo, ¿por qué no vai a querer que la gente te escuche? ¿por qué no? ¿por qué no te pueden escuchar? Eso es lo que no entiendo, se me está dando la bendición y la suerte, alguien en alguna parte me está dando esta cuestión que es difícil de controlar y de usar, pero es tan sagrado, es tan puro, que por qué me lo voy a guardar pa mí no más, por qué no lo voy a compartir con el resto. Creo que hay un resentimiento un poco tóxico dentro de la palabra mainstream, creo que no hay nada más lindo que la gente te escuche. Que le guste tu música, no hay nada más lindo que la coreen, que la canten, que se desvivan, llenar lugares, los conciertos y la música es un momento donde la gente es una. Es una gran masa. En los conciertos nadie pelea, todos van en son de paz, porque la música es eso, te genera paz, te genera emociones, uno va vulnerable a un concierto. Entonces dejémonos de tonteras de una vez por todas y démonos cuenta que como artistas tenemos una responsabilidad mayor, que es limpiar la basura de música que estamos teniendo hoy día, volver a que la música sea lo que siempre fue. A todo esto, yo no quiero llamar basura a los artistas que hacen música así, por el contrario, yo creo que existe la libertad de poder crear el arte que tú quieres crear.
¿A qué te refieres con estos artistas de música basura?
La música basura es la música que para mí no tiene un contenido positivo. Positivo me refiero a que no está bien que niñas pequeñas estén cantando ciertas canciones, que exista un desprestigio hacia la mujer. A mí me choca mucho cuando escucho letras de canciones que hablan de nosotras como si fuésemos un pedazo de carne, estoy muy en desacuerdo con ese tipo de letras, y no es por un tema de que yo no lo haga, sino porque creo que nos dañan. Dañan la lucha que estamos teniendo, dañan las pocas instancias de lucha que estamos teniendo, este tipo de letras en la radio nos matan. Nos terminan matando aún más e inconscientemente lo hacen, porque yo sé que son letras que van a sonar y que van a generar muchos streams y views en Youtube, pero nos están matando también.
Están contribuyendo a que sigamos teniendo una desigualdad, a que nos miren todavía como pedazos de carne, que nosotras no tengamos la libertad de poder mostrarnos cuando nosotras queremos y no cuando otros nos expongan, entonces, creo que es importante eso. Saber que con música basura no me estoy refiriendo a un género en específico, sino a letras, contenido, videos, y una serie de cosas que terminan destruyendo la lucha que estamos teniendo.