Foto por Tais Contreras
Luego de una exitosa participación por el Festival REC 2023 y el lanzamiento de su primer trabajo discográfico, la artista oriunda de Penco se encuentra preparándose para los nuevos desafíos que se presentan en su carrera. En conversación con SACH, nos contó sobre los inicios de su proyecto y sus nuevos objetivos musicales.
Si le hubiéramos dicho a Valentina Ascencio (24) en 2019 que iba a ser cantante, ella de seguro no nos hubiera creído. Incluso si le hubiéramos dicho que en 2024 sería uno de los proyectos musicales urbanos más prometedores de la región del Biobío.
“Siempre estuve vinculada a la música de alguna manera. Cuando era chica me gustaba caleta bailar y estuve bailando durante toda mi etapa escolar, pero cantar era algo que me daba más vergüenza”, confiesa al preguntarle sobre sus primeros acercamientos a la música.
Pero como la vida de a poco nos va mostrando el camino, los covers que la joven oriunda de Penco fue subiendo a sus redes sociales recibieron el apoyo no sólo de sus cercanos, sino también de desconocidos.
Y uno de los más elogiados fue el de la canción En Paro de Ana Tijoux, tanto por la interpretación de Ascencio como por la secuencia de videos que rememoran los caóticos días del estallido social en la ciudad de Concepción.
“De alguna manera eso me ayudó a no sentirme tan vulnerable con lo que sentía y me ayudaron a empezar. Si no hubiera pasado el Estallido Social, yo creo que jamás habría tenido el impulso para poder tomar esa decisión. O quizás me hubiera demorado años en hacerlo”, afirma la autora de Qué sabes de amor.
“En Chile está quedando la cagá y mi mejor arma es una voz a prueba de balas que intenta ser brutalmente honesta”.
Descripción del cover En Paro de Ana Tijoux.
Una decisión difícil
Corría el 2019 y Valentina Ascencio cursaba tercer año de Arquitectura en la Universidad de Concepción, mientras las manifestaciones por una vida más justa en Chile se iban tomando las calles de Concepción. Eso, en palabras de la artista, fue lo que le instaló la idea de repensar su vida hacia la música y jugársela por su deseo de convertirse en cantante.
Siguiendo los pasos de un compañero de su carrera que se salió para dedicarse a la música, Valentina decide congelar. Así es como nace Antipatriarka.
“Para mí eso fue como ‘wow, uno puede cambiar su camino’. Eso me pasó en Estallido, estuve muy metida en la calle y fue muy impactante ver a tanta gente con esa pasión. Yo siento que la gente acá en Conce es apasionada por lo que hace, sobre todo si se trata de arte. Y en la calle no hay más industria que lo colectivo”, recuerda.
Sin embargo, el punto de inflexión que terminó por encaminar su vida artística llegó gracias a Difícil, una de las primeras composiciones con la que la artista se hizo conocida y que fue escrita cuando sólo tenía 13 años.
Por entonces, sólo había visto la luz en un registro subido a redes sociales, pero no bastó más que eso para que llamara la atención de Hache, un productor de Penco que la invitó a grabar. “Sentí que realmente podía hacer algo por mí misma y sin importarme nada de lo que pasara afuera”, dice.
Aunque también admite que hubo comentarios que la criticaron. “Que era pendeja, que hablaba puras hueás, o se reían de mi nombre, varias cosas… pero después de publicarla yo sentí que podía hacer lo que yo quisiera”, afirma la joven cuyo nombre artístico nació de la canción de Ana Tijoux que lleva el mismo nombre.
“Estoy pensando en dejarlo en solo ‘Anti’, pero me pasa que igual me gusta ‘Antipatriarka’, me gusta que sea confrontacional y que al acercarse a mi música, la gente entienda al toque mi postura”, agrega.
— ¿Qué te dijo tu familia cuando decidiste apostar por este camino?
“Uff…”, responde riendo. “Me acuerdo de que lo primero que pasó fue que yo tenía una entrega importante en la carrera y estaba pa’l hoyo, muy colapsada y siempre me pasaba que las entregas eran tan largas que yo me quedaba toda la noche despierta, y la única forma que tenía para estar despierta era poner karaokes en YouTube y cantar. Yo sólo quería cantar, no quería hacer maquetas. Así que entré en colapso y le conté a mi mamá que me quería salir. Ella me dijo ‘ok, hazlo’, pero mi papá por otro lado… sin dar tanto detalle, para él fue una pésima decisión. A mí siempre me fue bien en el colegio, entonces fue casi como que me descarrilé”.
A raíz de eso, Valentina cuenta que fue un período muy difícil, que la llevó a decidir irse de su casa. “En ese momento estaba comenzando mi carrera y de alguna forma también estaba empezando a ser yo misma. Estaba tomando decisiones por lo que genuinamente quería y no sentir esa calidez familiar fue complejo”, dice, aunque también aclara que eso fue sólo al principio, ya que ahora que cuenta con su carrera más sólida, sus padres la apoyan mucho.
“Yo pienso que no debería ser así. Hay compañeros de otros proyectos que trabajan igual o más que yo y no han obtenido los mismos resultados, y a veces son esos resultados los que te dan credibilidad. Cuando me invitaron al Festival REC me llegaron felicitaciones de todas partes, pero ¿por qué tiene que llegar a ese espacio para que crean que lo que estás haciendo es en serio? ¿Y por qué antes es una broma? Creo que es un poco hipócrita apoyarte cuando ya te está yendo bien. Y yo sentía que me tenía que ir bien a toda costa”, cuenta.
Una canción trascendental
El domingo 29 de octubre de 2023, Antipatriarka y la Qulo Gang se presentaban en el escenario Llacolén del Festival REC, en una de las presentaciones más importantes de su carrera. La noticia de que su nombre figuraría en el line-up llegó en julio del mismo año, cuando la artista se encontraba trabajando en su primer EP, titulado Antídoto (2023), el cual tenía fecha para fines del mismo año.
“Fue caótico, pero valoro ese tipo de experiencia, nos ayuda a saber si lo repetiríamos o no. Eso no lo volvería a hacer, pese a que es una buena estrategia de marketing. Recuerdo que con los cabros estábamos súper nerviosos. No sabíamos si iba a salir como queríamos, grabar los videos fue muy intenso, no teníamos tiempo para nada. Y yo no tenía tiempo para nada”, recuerda la joven que, además, hoy se encuentra cursando tercer año de Diseño Gráfico en DUOC de Concepción.
— ¿Y salió como querían? ¿Cómo ves ese momento ahora en retrospectiva?
“Si soy muy honesta, pienso que no es para tanto. Pienso que a veces la gente enaltece festivales, a tal punto que uno siente que la hueá va a terminar ahí, pero después uno se baja del escenario, te despiertas al día siguiente, y tienes que lavar la ropa, ordenar todo lo que dejaste de hacer… Siento que si pudiera darme un consejo a mí misma sería tomármelo con más calma, porque este tipo de experiencias se vuelven a repetir. También estoy muy feliz de poder haberlo hecho cerca de mi comuna para poder probar todas las cosas que necesitaba probar. Para mí sólo ha significado aprendizaje”.
Uno de los momentos más importantes que tuvo esa presentación fue un homenaje que le hicieron a Rennatta Rozas, joven de 20 años que desapareció a inicios de mayo de 2023 y que semanas más tarde fue encontrada muerta en Lirquén. “Nosotros la conocíamos de chica. La Elisa, mi bailarina, era de sus mejores amigas. Nos chocó fuerte a todos”, expresa.
El show se detuvo para comenzar a proyectar videos de Rennatta cuando era una niña y comenzó a sonar Ella, una canción que no figura en plataformas musicales y que sólo ha sido tocada en vivo en ocasiones puntuales.
En esa línea, Valentina afirma que tras lo que pasó con Rennatta “ya no podíamos hacer las cosas como normalmente las hacíamos. Ya no podíamos presentar los mismos shows que eran de mucha alegría, ya no era ese el mood. Y yo pensaba ‘no puedo escribir cosas que sean dembow y reggaetón si no tengo el ánimo’”.
“Ahí el Masalá me dijo ‘el presente es este, no podemos estar pensando en lo que nos gustaría hacer o lo que quisiéramos hacer. Nosotros somos estas personas, vivimos en este contexto y no podemos pasarlo por alto. Quedémonos en esta sensación. Guardémosla para nosotros y el hecho de que nuestro arte lo refleje va a hacer marcar ese momento’. Yo siento que por eso fue tan valioso el EP”, asegura.
— ¿Sientes que el EP va un poco dedicado a Renatta?
“No podría decir que va ‘dedicado’, porque si fuera así, quizás yo habría hecho otra cosa, pero sí el dolor por el que estábamos pasando fue crucial para escribir todas las cosas. Yo de verdad pienso que, si no hubiera pasado lo que pasó, la música que hubiéramos hecho hubiera sido más reguetón, más afro, más dembow… A veces me cuesta hablar de Antídoto, porque siento que son muchas cosas, como que no sé si es un sólo concepto. La medicina no es una cosa más, uno se puede sanar yendo al médico, pero también estando con amigos, o trotando, o leyendo un libro (…) Creo que ha sido un aprendizaje constante entender que uno es lo que es no más, que no puedes intentar meterte en algo que uno no eso. Ese es el Antídoto: abrazar la parte más mía y no dejarla de lado, no intentar taparla”.
Respecto a la canción Ella, la artista nos revela que fue grabada el año pasado gracias a un proyecto canadiense que la artista se ganó, sin embargo, hay una razón por la cual no la hemos podido escuchar aún. “No me gustó. Sentí que quedó muy agringada, le faltaba la raíz más latina. La escucho y no la siento como me gustaría”, confesó, agregando que espera soltarla antes de que termine este año luego de regrabar la instrumental.
Este estreno, en palabras de la cantante, será uno de los más grandes de este año, ya que es parte de un proyecto documental en el que se encuentra trabajando, que incluirá testimonios de 10 mujeres de distintas edades de la región del Biobío que la han inspirado en diferentes momentos de la vida.
“Esa canción es trascendental. Llevo tres años tocándola. Siempre la toco y siempre es la que más me preguntan. En un momento se me ocurrió la idea de que sólo fuera una canción de show y que sólo pudieran escucharlo en vivo, como un regalo. Siempre la pensé como una recopilación de todo lo que todas las mujeres que había conocido en mi vida me enseñaron. A mí me criaron distintas mujeres, porque a mi mamá le tocaba trabajar. Son muchas las mujeres que me inspiraron. Está muy bonita la idea y me tiene muy emocionada”, revela.
La Qulo Gang
Antes de concebir Antídoto (2023), Ascencio pasó por varias ideas de EP, pero no había dado con algo que la dejara conforme, hasta que grabaron HiGH QUALITi, la primera canción que hicieron para el trabajo discográfico y que finalmente terminó por encausarlo.
“Sentía que era una canción que transmitía lo que era para mí el trabajo en grupo. Yo desde que empecé mi carrera jamás estuve sola, siempre estuve con mis amigos, que ahora son mi equipo de trabajo, entonces para mí era importante transmitir que Antipatriarka no soy yo no más”, explica la intérprete de Exxxceso. Ese equipo de trabajo es la Qulo Gang, un grupo de 14 personas que trabajan para el proyecto de la artista.
— ¿Es complejo coordinar un grupo grande de personas?
“Es super desafiante. Tiene lados súper positivos y otros más complejos. Coordinar tiempos, hacer vestuarios para la mayoría, coordinar sus instrumentos, las cosas que necesitan… Cada vez que me voy dando cuenta que he tenido que variar el formato de mi equipo, con tal de poder seguir haciendo cosas. En un momento me pasó que yo me llevaba todas las labores y después comunicaba, pero este año estoy delegando más, por eso Iris es mi mánager ahora”
Sin embargo, Valentina también dice que “no siempre es perfecto”. “A veces ha pasado que nos hemos dejado de lado colectivamente, porque dentro de un grupo, uno igual puede tener actitudes individualistas, como andar ultra apurada o mega estresado, y creo que es ahí cuando un grupo te ayuda a darte cuenta de tus errores”.
— ¿Cuál crees que es el mayor desafío?
“Yo no podría decir cuál es el desafío más grande, porque hay muchas que quizás aún no nos ha tocado experimentar, pero quizás uno de ellos es el de mantenerse unidos y que el trabajo no se apodere de nosotros. Yo soy realmente muy trabajólica, de repente estoy full, los cabros me ayudan a bajarle un poco”.
Iris Arias es hoy la manager del proyecto de Antipatriarka y además se encarga del vestuario, algo que siempre ha destacado mucho en las presentaciones de la banda. Por ello, Valentina señala que en algún momento llegó a ser lo más importante y que lo preparaban con semanas de anticipación. Sin embargo, dice, en los últimos meses se transformó en algo estresante que terminó por aburrirla.
“Varias personas me empezaron a preguntar ‘oye, ¿por qué ya no te arreglai’ tanto? ¿por qué ya no te haces tanto el pelo?’ y yo como pensaba ‘me vieran como yo ando en mi casa, en mi vida diaria’. Porque yo no parezco artista, ando siempre con buzo, no estoy ni ahí. Y ahí empecé a cambiar un poco la visión que yo tenía del proyecto (…) Ahora siento que no lo necesito, siento que estoy tan segura de lo que puedo hacer con mi voz que no importa si no llevo nada puesto”, dice riendo.
— Y a las mujeres igual se les exige más en ese sentido…
“Totalmente. Nosotras dejamos de hacernos trenzas gigantes en el pelo y lo primero que nos preguntan es por qué no nos arreglamos tanto ya. Esas mismas cosas me han hecho pensar que me voy a vestir como yo quiera. Por ejemplo, cuando el Drefquila estuvo en el Partyceo de acá de Conce, creo que salió a cantar igual como llegó al aeropuerto, no se cambió de ropa y no fue tema. Ahora pienso, antes nos demorábamos como cuatro horas en arreglarnos y peinarnos, y ya no tenemos ese tiempo, porque el proyecto está creciendo, nuestras energías están puestas en otro lado. Además, ese formato de vestir no me calza, no es mi día a día”.
En la misma línea, agrega que “creo que me voy a quedar pensando en esta pregunta, porque siento que sí me importa y me preocupa, pero a la vez me da lo mismo. He tocado en eventos a beneficio, así como ando, porque no importa la ropa que andas usando, ¿para qué vai’ a ir a lucirte? Si a los niños no les importa, ¿para qué ser tan ostentoso?”.
— ¿Cómo ves el auge de proyectos liderados por mujeres en la escena urbana?
“Positivo y con fuerza. Yo veo que las cabras están haciendo cada vez más cosas que les hace sentir bien. El otro día pensaba que quizás antes, cuando yo era chica, fuera de la Ivy Queen, no había ninguna mujer que te dijera ‘hueona, perrea hasta el piso’ y ahora tienes referentes cuáticas, como la Akatumamy, la Akriila, la Anitta. Hay caleta de proyectos locales que me gustan también, la Carly ZC, la Bbnya”, dice.
— ¿Crees que es difícil aún?
“Yo creo que siempre. En grandes y bajas escalas. De repente es como si no confiaran en ti, productores no te respetan, sonidistas no te respetan. Recuerdo hace poco una prueba de sonido que tuvimos, que fue pésima, yo ni siquiera pude probar mi propio micrófono. Me dijeron como ‘tranqui, los chiquillos ya lo probaron’ y yo como ‘hueón, la que tiene que probar soy yo, yo tengo que escucharme’. Y es fome estar peleando todo el rato, reclamando tu puesto, es desgastante, frustrante. Uno intenta que no le de pena, pero te da pena igual que pasen por encima tuyo, que incluso no te saluden hasta que saben que eres la artista”.
También, dice que “de repente veo a las cabras de mi equipo y hay productores que no las saludan o de lleno no les dirigen la palabra. Nos ha pasado de repente en eventos que sólo les hablan a los hombres y es como ‘hermano, te estoy hablando, yo soy la persona a cargo, conmigo tienes que hablar’. Es frustrante y hasta ya me da risa la hueá. Yo les digo a los cabros ‘vayan ustedes a ver la huea’ (risas). A veces uno se tiene que reír para que no te de rabia”.