“Es por la música” es un documental dirigido por Omar Saldías, el cual fue lanzado hace muy poco en el conocido festival de cine In-Edit Nescafé. Desde hace unos días está disponible íntegramente en YouTube de manera que usted pueda disfrutarlo de inmediato en la comodidad del hogar:
¿Qué tiene de particular este documental?. En primer lugar, cuenta con una filosofía “hazlo tu mismo”. Eso es algo tremendamente valioso ya que contemplas (me daré la insolente libertad de robarle una frase al programa de radio La Carpa del Diablo) “la sabrosa precariedad de la autogestión”. No esperes alta definición, con una iluminación precisa y sonido de alta calidad. Lo importante es que captas, así como una especie de fotografía instantánea, el estado actual de la música chilena dicho por sus protagonistas: los músicos chilenos.
Y en una hora de duración tenemos diferentes percepciones de artistas de muchos estilos y edades. Es decir, gente que ya tiene una larga experiencia como músicos en Chile como es el caso de Angelo Pierattini (Weichafe), quien parte comentando acerca del notable movimiento de bandas nuevas. Y a su vez ellos, de una manera más protagónica, me refiero a Planeta No, Amarga Marga, Medio Hermano, entre muchas otros, cuentan sus experiencias y visiones. Además hay apariciones de personas relacionadas a los medios como Sergio Campos (Radio Cooperativa), quienes también han visto cómo ha progresado la escena chilena a lo largo de los años.
Existen diversos temas que se repiten a lo largo del documental, uno de ellos es lo difícil que es ser un músico en Chile. Es un trabajo que demanda una cantidad bien grande de tiempo pero que la remuneración económica no lo es tanto. Si bien no es una noticia demasiado nueva, ya es hora que empiece a cambiar. Y en primer lugar debemos cambiar nosotros, me refiero a los que apreciamos, consumimos y escuchamos música chilena. Hemos sido muy hipócritas a decir verdad, los mismos músicos lo mencionan en este documental: pagamos cantidades ridículas de dinero para ir a Lollapalooza, la cual cuenta con una inmensa cobertura en publicidad, pero siempre hay un pretexto para no pagar los 3 mil pesos para ver un festival autogestionado con 10 bandas nacionales. Creo que eso ya está cambiando progresivamente, miro hacia 10 años atrás y era muy raro ir a ver a una banda chilena, ahora es cada vez más común.
Y por otra parte tenemos el lado bueno, los lindos momentos que nuestros artistas les regalan a sus seguidores en sus tocatas. Así mismo, esta gran alianza, o tal vez debería decir familia, que han formado se ha traducido en un apoyo incondicional unas con otras, ya sea para juntar fondos para una gira o el estado de salud de algún familiar de un músico como para compartir años nuevos.
Una vez terminado el documental pego un suspiro de orgullo, los muchachos están haciendo bien su trabajo. La profesionalización del oficio del músico se está empezando a dar gracias al empoderamiento de las nuevas generaciones y para ello también todos debemos cambiar el switch. Desde los que organizan eventos, sellos hasta el público. Así mismo los medios deben ponerse las pilas (incluso nosotros que nos dedicamos específicamente a lo nacional) y estar atentos a cada cosa que esté pasando de Arica a Punta Arenas, de manera que no nos peguemos cabezazos contra la pared una vez que un poeta, una pintora o músico se muere y recién ahí nos damos cuenta de que era brillante.