La calurosa noche del miércoles 11 de enero preparaba la grabación del primer disco en vivo de Camila Moreno, con un teatro oriente lleno y a la espera de un show que prometía sorpresas y grandes invitados. Hace pocos días habíamos visto la presentación de Camila Moreno en la tan bullada Cumbre del Rock, en donde nos mostró un show intenso, oscuro y atrapante, sin dirigir ninguna palabra tocó un par de canciones y luego estuvo largo rato experimentando sobre “Incendié”, echando una especie de maleficio a ese Estadio Nacional que le miraba extrañado e incómodo. Nos encontramos cuatro días después esperando uno de los shows más importantes de su carrera, no es menor grabar un disco en vivo, requiere de análisis, preparación y mucho ensayo. Un registro que perdurará por el resto de su vida, que tendrá que escuchar una y otra vez.
Eran las 21.30 hrs. cuando se apagaron las luces y se dio inicio al ritual con “Pupila Spectra”, proyecto de Diego Perinetti que lleva cuatro años de duración y se prepara a lanzar su primer larga duración. Un sonido bastante experimental, con guitarras protagonistas y letras reflexivas que podían enganchar a quienes lo escuchaban, tenía ciertas similitudes con el sonido de Camila, pero esta vez cantaba un hombre. El momento fuerte del show fue cuando invitaron a la cantante Yanara Zarhi (Columpios al suelo). La mezcla de sus voces al cantar logró un resultado muy fresco y generó otro color en el ambiente, dedito para arriba para ese momento. Finalmente Diego Perinetti se despidió del escenario con un público cálido y que lo escuchó, en unos minutos debía subir como parte de la banda de Camila en donde la acompaña hace ya un buen tiempo en los teclados y las guitarras eléctricas. Escúchenlos acá: https://pupilaspectra.bandcamp.com/
Faltando unos minutos para las 22.00 hrs. comenzó el concierto, el escenario que estaba adornado con atrapa sueños, hilos, unos objetos color plata y un altar con unos huesos, ángeles y velas recibió a la banda que vestía completamente de negro y comenzó el show con la grandiosa: “Tu mamá te mató”, seguido de la entrada de Camila al escenario con una capucha negra con plumas de colores y un Teatro Oriente recibiéndola con ansias y expectación.
El concierto concentró gran parte del repertorio en “Mala Madre” (2015), disco que consagró un sonido y posicionó a Camila Moreno como una de las artistas destacadas de Chile, con una propuesta sólida que vale la pena escuchar. Más tarde ella misma afirmaría en el show “Mala Madre me cambió la vida por completo” . Fue así como siguió “No para de cerrar” , “Bailas en los polos”, “Julia” y “Piedad”, esta primera parte se potenció con un juego de luces que matizó cada una de las canciones y qué además contaba con tres pantallas que proyectaban visuales. A esta altura el público se comenzaba a escuchar con más presencia y la banda estaba cómoda, se lograba una gran sensación de celebración por estos ocho años de trabajo que estaban siendo registrados completamente en vivo.
El primer guiño a “Panal” (2012) fue la poderosa “Raptado” y que además abrió la ceremonia de los invitados con Natisú, la única mujer que acompañó a Camila durante su show. En seguida llegó el turno de Gepe con “Esta noche o nunca” , en donde pudimos ver esa extraña y pocas veces vista combinación. Entonces siguió “Sin mí” la balada de Mala Madre que logró hacer cantar a todos los asistentes y que cerró la primera parte de este disco en vivo para dar comienzo a la sección acústica.
Sin micrófonos, desenchufados, todos juntos al borde del escenario empezó “Caer”, todo en silencio y ese pequeño formato llenaba todo el teatro. Los invitados continuaron con el Laboratorio Coral que dirige Natisú, que contaba entre sus filas con Diego Lorezini y Chini and the tecnichians y que acompaño al formato en “Cuatro Heridas” y “Sabré el final”, canción recordada por ser parte de la serie nacional “Prófugos”. Llegó el turno de “Lo cierto” primera canción de la trilogía del despecho y parte de su primer disco “Al mismo tiempo” (2009). El invitado fue Fernando Milagros, que con su voz raposa y susurrada logró un dueto que se complementó y brilló, logrando uno de los puntos altos de la noche. Todos cantaban a coro una de las canciones insigne de la carrera de Moreno.
Vuelve la banda y entra en escena Me llamo Sebastián, “un nuevo amigo” comentó Camila para cantar “Delfín del deseo” y que mostró la siempre teatral y dramática interpretación de Sebastián, para muchos uno de los feats favoritos. Luego vino “Panal”, “Yo enterré a mis muertos en tierra”, para luego dar paso a una canción conjuro como lo llamo ella e invitando a todos sus invitados a subir nuevamente a escena: “Que se caiga lo que se tenga que caer y se levante lo que se tenga que levantar” exclamó Camila.
Primera salida del escenario para entrar nuevamente por petición de los más de 900 asistentes con “Libres y estúpidos” y “Antes que”. Fue entonces cuando llegó el turno de “Millones” canción que nos dio a conocer a Camila hace ocho años atrás y que normalmente no forma parte de sus presentaciones en vivo, fue una fresca y bonita versión, con más experiencia y agua bajo el puente. Entre medio se metió “Cae y calla” y dio cierre a ese viaje por las primeras canciones que ya no aparecen tanto, pero que recordamos con cariño. La segunda salida del escenario vino después de “Máquinas sin Dios” una de las canciones más potentes y directas de su último trabajo para terminar con el show arriba. El público no se iría, querían más y Camila entró a cantar “Te quise”, balada y segunda canción de la trilogía que se ha transformado en una de las favoritas del repertorio, todos los corazones despechados cantaron y fuerte. Para finalizar con “Incendié” y la banda salió por última vez del escenario con un teatro agradecido y satisfecho por el gran show que habían presenciado.
Más aplausos y vitoreo, queríamos más, entonces Camila volvió a salir con su guitarra y agradeció a todos por la velada, agradeció a su equipo, a su banda y a su padre Rodrigo Moreno que estaba a cargo del registro audiovisual de todo el concierto que posteriormente pasará a ser parte de un DVD documental. El último agradecimiento fue para su pequeño “Voy a agradecer a mi hijo que me hizo una gran mala madre» y cerró con su versión en solitario de la popular canción “Ojos azules”.
Cada artista se encarga de crear su propia realidad en el escenario y crear atmósferas, sensaciones que comparten con la gente que asiste a sus shows, Camila nos invita a entrar a su ritual, a ser parte de sus emociones y lo logra, con creces. El show del miércoles 11 en Teatro Oriente fue un regalo para todos, tanto para la gente que asistió como para el equipo de Camila Moreno que vio en dos horas de show un resumen de un trabajo que ha perdurado y marcado la historia de nuestra música chilena. Ahora sólo nos queda esperar el disco en vivo y documental para volver a disfrutar de este resumen de sus tres discos y su creciente carrera.
Reseña por Francisca Sanhueza Fotografías por Fer Rodríguez