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No una, ni dos… sino tres veces fue interrumpido con aplausos el concierto del cantautor nacido en Los Andes. Y, ¿cómo no? Un espectáculo íntimo, que reflejó la esencia pura y transparente de “Decir Amor”, fue merecedor de muchísimo más que una simple escucha activa.
El Centro Cultural Gabriela Mistral fue anfitrión de una audiencia comprometida que, ovación tras ovación, evidenció el impacto de las letras y colosal talento de Nando García. Un joven que, desde distintas perspectivas, le cantó al romanticismo el pasado viernes 12 de julio.
Hoy se mira hacia atrás recordando el concierto y es indudable: la atmósfera vibrante y llena de emoción dejó claro que sus canciones tocan hasta la fibra más interna de quienes las escuchamos. ¿Es posible que, por noventa minutos, se haya creado un vínculo especial entre la estrella de la noche y sus oyentes?
La reunión de familiares, amistades, colegas y, por supuesto, fanáticos alcanzó una cifra de asistentes superior a 250 personas. El evento de lanzamiento del segundo álbum de García agotó todas sus butacas, demostrando la gran expectativa y entusiasmo que rodea cada uno de sus proyectos. Con melodías, anécdotas y errores propios de las manifestaciones en vivo, el espacio se llenó de risas, lágrimas y aplausos.
“Decir Amor” en la Sala A1: El primer encuentro material con el público
Dos años tardó el artista de 27 años en lanzar su segundo trabajo de largaduración. Tras un camino de composiciones tristes, melancólicas y nostálgicas, hoy se presenta ante la adversidad con letras alegres y con miras positivas.
Este cambio en su estilo musical no es únicamente una muestra su evolución como artista, representa también una nueva etapa en su vida personal, marcada por, como menciona el título del disco: el amor.
A lo largo de una hora y media, Nando García hizo un repaso a su discografía en el popular epicentro de la cultura nacional; desde sus inicios, hasta la actualidad. Cada canción interpretada narró una parte de su trayectoria artística, llevando al público en un viaje emocional por los rincones que cruzó en su progresión melódica.
Con una banda compuesta por Alfonsina García, Javier Barría (productor del disco), Rodrigo Muñoz y Felipe Ibar, junto a un grupo de expertos de numerosos rubros (que componen el correcto funcionamiento de un espectáculo musical en tiempo real), lograron desarrollar la ecuación perfecta.
Aunque los integrantes del quinteto hacían una sinergia perfecta, García invitó a tres íconos de la música nacional para interpretar algunas composiciones: Clara Löffel, Simón Campusano (Niños del Cerro) y Chini.png.
En definitiva, solo bastaron 17 canciones para dejar el nombre de Fernando García en alto; una figura nacional que demostró lo bonito de un producto con raíces en el folk alternativo, sumadas con el pop, sonidos eléctricos y las características cuerdas que cantan con el artista desde el primer día.