Escribir reseñas tan lejos de casa y retomar a esos artistas que marcan ciclos, siempre es interesante. Desde Cuba analizamos el disco «Milagros», lo nuevo de Fernando Milagros, artista que nunca deja de sorprender con sus nuevas apuestas musicales, eso sí, siempre con tonos familiares y propios además de Influencias andinas e indígenas, que ya hace un tiempo ha estado explorando pero con ritmos más consolidados. Una mezcla casi catártica nos entrega Fernando junto a un vaivén de emociones para disfrutar solos o acompañados.
12 canciones regala en su nuevo LP y tranquilitos empezamos con “Aurora”, casi recordándome sus inicios musicales. Luego, “Abrí” te hace mover un poquito más los pies, ya agregando sintetizadores y coros pegajosos clásicos de Milagros. Sencillo, nada muy pretencioso. Todo muy crudo y sin grandes arreglos.
“La bomba” “un espíritu” y “Nube Blanca” parecieran formar parte de un ritual andino, escondido entre instrumentos electrónicos y guitarras, todo en clave muy pop. Ya en “Cual es el secreto” nos enamoramos casi por arte de magia, con una voz femenina que se complementa con la de Fernando y una trompeta que le da un sentimiento de folclor latinoamericano en justa cantidad. Ojo, que está corta y precisa… tan así, que dan ganas de tratar de enamorar a alguien cantándosela suavecito.
Una que es ariqueña por excelencia, “Querido enemigo” transporta a ese norte árido y colorido en fecha de carnaval, con esa fuerza de la tirana en el coro que damos como respuesta al propio Milagros. Sin dudarlo, apuesto que esta canción en vivo estará como cañón (ya lo demuestra así el video callejero subido hace un par de semanas a la cuenta de Fernando).
“Marcha de las cadenas”, “Todo lo que sé” y “Pedir, robar, pedir” están un poquito más pesadas y rockeritas-alternativas. Pa’ gritar un rato y desahogarse bailando o simplemente moviendo la cabeza con esos ritmos un poco más oscuros. Cabe destacar que en la primera canción, Gepe colaboró en baterías y se nota.
“Despierto” pareciera himno de protesta, digna de agregarla a esos playlist necesarios para inyectarse energía a la hora de desafiar a alguien o algo… digo yo. Me recordó mucho a The White stripes en las guitarras y la voz, con una composición “un poco más dura” con esas guitarras eléctricas y voz electrónica. Ya para cerrar volvemos a la guitarrita acústica y la voz pura, casi como una dualidad en perfecto equilibrio. “Si siempre” finaliza este viaje de sonidos y sensaciones poli-amorosas. Un disco cargado de canciones pa’ enamorarse, enamorar, llorar, gritar,bailar o patear piedras.