En el año 1997, Los Tres viven quizás su período más intenso desde su génesis, motivado por todo lo que trajo el glorioso «MTV Unplugged», trabajo que los consolida como una de las mejores bandas de la historia del país y cuyo reconocimiento llevaría al cuarteto conformado por Álvaro Henríquez, Roberto «Titae» Lindl, Pancho Molina y Ángel Parra a un estado de fama, popularidad y desenfreno, circunstancias que calarían profundamente en el núcleo de la banda, avivando un fuego distante de rencillas y tensiones.
En ese contexto, «Fome» es el zenit de una nave a punto de naufragar, una explosión de energía en medio de la
vía hacia la madurez lírica y musical, una pieza que descubre las influencias más profundas en el sonido de Los Tres (los Beatles, los Stones, algo de The Who), reflejadas en cada matiz de un trabajo de una amplitud poderosa y transversal, donde cada track está conectado con el otro de forma inconsciente, en un viaje por el espectro emocional de la tensión, el cansancio y el rock.
Este trabajo se compone de tonos distintos: desde la onda enigmática y pegajosa de «Claus», el sonido chirriante y la batería de «Revolver» de los Beatles en «Bolsa de Mareo», los lamentos personales y oscuros de Henríquez en «Toco Fondo», «Me Arrendé», «Fealdad» y «Jarabe para la Tos», hasta la explosión de Molina en «Antes», el trazo político de «De Hacerse Se Va a Hacer», el jugueteo de «Silencio» y «Restorán», la narrativa lúdica y emocional de «Torre de Babel» y «Pancho» y la calma post tormenta de «Largo»; así se estructura este camino de dientes apretados, sombras, demonios e intenso cabeceo silencioso.
Fome es una obra críptica, completa y quizás incomprendida, de un exitoso grupo en punto de estrellarse, cuyo supuesto acto final era sacudir, patear y quebrar estándares propios y cuya figura a lo largo de los años se ha ganado un bastión en los discos elementales de nuestra música (la extinta versión chilensis de la revista Rolling Stone lo calificaba con el lugar 29 de los mejores discos criollos de todos los tiempos) con un sonido que sigue siendo igual de fresco tras 20 años de existencia.