Penquista de nacimiento, cantante por vocación y música de corazón: tres características de Giyil, el proyecto musical solista perteneciente a la joven compositora Karina Ruiz, que el próximo sábado 25 de enero lanzará su último single “Tq de Vdd” en vivo el café Rendibú de la ciudad.
Por Makarena Sierra
“Desde chica he tenido ese “bichito” de escuchar y cantar música”. Así parte relatando el inicio de su gusto por la música que inspiró a la voz detrás de Giyil para seguir el camino por el que transita hoy. Con una pasión casi instantánea, empezó a tomar clases de canto y guitarra, además de ir a campamentos de verano a muy temprana edad.
La música que escuchaban sus papás mientras hacían el aseo y los videos de La Oreja de Van Gogh y Julieta Venegas fueron sus primeros acercamientos a la música. “Me acuerdo que tenía una amiga que vivía cerca de una casa abandonada a la que nos metíamos y nos poníamos a tirar melodías improvisadas. En ese momento empezó a volverse como un hobbie, nunca supe que ahora estaría dedicándome a full”, declara.
Los primeros pasos concretos en su camino musical
Sin saber mucho cómo tocar, sacaba la guitarra de su hermano a escondidas y trataba de aprenderse los acordes hasta que se metió a un curso en un campamento para aprender a manejarla bien. “Era frustrante porque al principio no me salían las notas. Un día el profe aburrido porque yo le decía tanto ‘no puedo’ me hizo entender que nunca lo iba a lograr si no lo intentaba de verdad. Me quedó marcado, así que cuando volví al campamento tiempo después, ya sabía tocar un poco más fluido”. Lo que siguió fueron más clases de guitarra, canto y coro en el Centro Artístico Cultural de Concepción y, en paralelo de estas, empezar a componer sus propias canciones.
Pero no fue hasta los 12 años que la artista pisó por primera vez un escenario: el de Super Estrellas, un programa de talentos para niños transmitido por Chilevisión. Este la llevó a Puerto Varas una vez que pasó el casting, sin embargo, no obtuvo los tres sí que necesitaba para pasar a la siguiente vuelta. “Me frustré mucho, me acuerdo que me encerré en el baño a llorar. Después me di cuenta de que no era necesario que me fuera bien para seguir dedicándome a esto porque si me afectó tanto es porque realmente me gusta”, afirma la artista.
Con este pensamiento siguió participando en festivales para ir agarrando confianza, hasta que tuvo el propósito de conformar una banda. En este punto conoció a Patricio Iturra y, tras varias formaciones, fundaron Mädel con otros dos integrantes: Sebastián y Mauro. Con ellos grabó el LP ‘Cautivo‘ y siguieron asistiendo a tocatas en la ciudad. Sin embargo, en 2015 la banda se disolvió debido a diferencias en el estilo que querían lograr.
Un trabajo musical que llegó a consolidar el proyecto
Los inicios de sus estudios universitarios coincidieron con empezar las primeras composiciones para lo que sería en un futuro su EP debut en su proyecto solista ‘Sempiterno’, que contó con Rodrigo Droguett en la producción, mientras que la mezcla y la masterización estuvo a cargo de Pablo Ramos en GatoRuso. Cuenta con cuatro temas y fue definido como soft dark pop, debido a que sus letras oscuras fueron acompañadas por una voz suave, navegando por sintetizadores y ritmos pop. Todo este trabajo, sin embargo, conllevó la salida de la primera carrera que había escogido para su futuro y numerosas diferencias con su familia por el hecho de querer dedicarse a la música.
Tras el lanzamiento de su primer trabajo de estudio, la cantante tomó la decisión de aprender producción y empezar a adquirir los equipos para poder trabajar sola, lo que significó la inactividad en su proyecto musical y un proceso largo de aprendizaje.
“Ha sido lento, debo reconocerlo. Muchas veces traté de hacer cosas y no sabía cómo resolverlas, entonces estaba como uno o dos días tratando de hacerlo, pero tenido el apoyo de Ale Aguayo, que es músico y sabe un poco de producción, y de Mario, mi bajista que es técnico en sonido”, dice.
Actualmente, Karina se encuentra estudiando Ingeniería Comercial en la Universidad del Bío Bío, carrera que le deja mucho más tiempo para componer y se relaciona bastante con su futuro artístico. “Todo el tema de la administración y finanzas van derechamente ligado a la musical porque, como una vez estuve conversando con Hans Lozano de Rendibú, al final la música igual termina siendo como una empresa: uno debe invertir en el proyecto”.
El “Tq de Vdd” y el papel de la música en tiempos de crisis
Hace un par de meses, Giyil sacó a la luz ‘Tq de Vdd‘, single producido por Iván Contreras, mezclado por Williams Martínez y masterizado por Chalo González en la capital. La canción habla de un amor no correspondido, acompañada por sintetizadores y la suave voz de la artista. Al momento de su lanzamiento, la cantante tenía planeada una gira, la que no pudo llevar a cabo debido al estallido social vivido el 18 de octubre.
A raíz de esto y del papel que debe tener la música en tiempos de crisis como los que estamos viviendo, Giyil afirma que “la cultura en general es un pilar fundamental y si se apaga en estos momentos estamos cayendo en el mismo círculo de criticar todo. He escuchado a muchas personas hablar sobre el aprovechamiento de los artistas para sacar temas y me da lata porque es súper importante que se haga música en este contexto. Para la gente que está en la casa y no cacha mucho, puede que la música los haga reaccionar”.
En estos momentos, se encuentra en camino a grabar un disco de larga duración que espera lanzar este año y señala que quiere explorar otros estilos además del pop, entre los que menciona R&B y un poco de trap, con Chita, Arca, Lana del Rey, Melanie Martínez, Björk y Denise Rosenthal como referentes musicales.
El próximo 25 de enero en el café Rendibú de la Plaza de Armas de Concepción a eso de las 16:00 horas se hará el lanzamiento en vivo de su último single, más un show acústico y firma de discos que podrás disfrutar con inscripción previa.