Hoy en día escuchar música en vivo en Sala Master de la Universidad de Chile es un lujo debido a la calidad del sonido que esta presenta. Y hemos presenciado diversos artistas que se han ido sumando en diferentes sesiones y otras que están por venir, como por ejemplo Javiera Mena que ya están agotadas las entradas. Y en el caso de Rosario Alfonso, no es solamente un show para seguir disfrutando de su gran disco “De Canciones Tristes y Otras Sutilezas” (2022), sino también para calentar motores para su gira por Latinoamérica junto a Niña Tormenta.
El show, el cual contaba con la ornamentación evocativa a la portada del disco, partió con la psicodélica “Alcohuaz”, en donde Rosario con su banda, la cual destacan artistas como Alfonsina García (Alfilera, Saltador) o también Felipe Ibar (Déjenme Dormir, Lepidóptera) evocan los diferentes paisajes del sur de Chile. Y con ese puntapié, en un brillante arreglo de cuerdas, batería y contrabajo, se hicieron versiones de canciones del celebrado disco y otras más antiguas del repertorio. Y en menos de lo que canta un gallo, aparece Gepe como gran invitado para realizar en una divertida versión del tema “Chamullento”, que incluso en modo acústico no perdió la potencia de su versión original.
En un instante más íntimo de la jornada “Que no te haga falta nada” fue otro de los grandes hitos, gracias a la compañía magistral de Maximiliano Villalobos (ex Cuáles i Quienes) en el piano, se hizo un arreglo musical que emocionó a toda la audiencia, gracias a los delicados matices en la performance vocal de Rosario como en lo instrumental. Para pasar con una verdadera exclusiva: una nueva canción en colaboración con Niña Tormenta, la cual se llama “La vida pasa”, que, en ritmo de bolero, Tiare y Rosario invitan a vivir el presente. Desde ya les anunciamos que se viene un hit.
En la segunda parte del show, Rosario junto a toda su banda tocaron otros grandes temas del repertorio un poco más antiguo. Como es el caso de “Haber Sabido” o “Siento Miedo de Pensar”, del disco “Lo Primero” (2018), donde la cantautora aprovechó de interactuar más con la audiencia.
Y aquí siento que en esta última parte del show se presenció algo que fue bastante novedoso y que sumó mucho al show de la artista en vivo. Ella, en los momentos en que está sin un instrumento en mano, le permite una soltura y personalidad en el escenario que es, a lo menos, magnética. Con mucha gracia y elegancia, Rosario aprovecha de bailar más y expresarse de una manera que está súper alineada con lo que evocan las canciones.
Lo genial es que, incluso en las canciones tristes de Rosario, se sintió como una gran fiesta, cerrando en un gran clímax con la bailable “Sácate las Ganas”, muy bien dirigida por ella para que el público cante con todas las fuerzas. Un broche de oro para una noche memorable para una artista que solo mejora más y más en su propuesta musical y artística.