El 2009 fue un año movido para la música chilena, no tanto como el anterior, pero sí hubo algunas producciones dignas de destacar. Incluso, fueron el debut de comprometedoras carreras a futuro.
El primero que destacamos es «1977», de Ana Tijoux. A dos años de su primer disco solista «Kaos», la ex integrante de Makiza publica una de sus placas más íntimas y autobiográficas, cuyo título hace alusión al año de su nacimiento. Junto a Hordatoj, Dj Tee y Foex en la producción, la compositora vuelve a sus raíces del rap junto a invitados como Solo Di Medina, Stailok, Panty, Bubaseta, Dj Dacel, Como Asesinar a Felipes y Quique Neira.
El álbum recibió una nominación a los Grammy por Mejor Álbum Rock/Alternativo Latino y una de sus canciones más destacadas, «1977», fue parte de la banda sonora de la serie Breaking Bad. Sin duda, una vitrina enorme para el salto internacional de la artista chilena.
Por su parte, Fother Muckers hacía de las suyas con «Si no tienes nada que decir entonces calla». Este es el penúltimo trabajo bajo ese nombre, si se escucha con atención, se puede percibir el cambio que comenzaba dentro de la banda. El inicio instrumental en los primeros minutos del disco, el cambio de sonidos en piezas como “Ola de Terror” o “Decirlo y No Decirlo” y la experimentación con el uso de samplers nos anunciaban el fin de los tiempos, al igual que el último tema de la placa: “Buscando oro”.
A 10 años de su lanzamiento, podemos ver que Cristóbal Briceño junto a Simón Sánchez, Héctor Muñoz y Martín del Real; se encontraban en la búsqueda que marcaría sus últimas creaciones y en lo que posteriormente se convertiría en Ases Falsos.
Si hablamos de un disco notable de principio a fin es «Un Disparo al Centro» de Como Asesinar A Felipes. La segunda parte del asalto confirma el gran puñetazo que fue su debut, en este caso en un formato más directo. El quinteto intentó indagar mucho más en la perfección artística, combinando sonoridades que se acercan más a sonidos cinematográficos. Decir Jazz-rap es poco para todo lo que pasa en un viaje de 20 minutos. Aquí entramos a sonoridades que no siempre aparecen en este género.
En este álbum, los teclados y las partes más orientado a la «música de cámara», las cuales son tocadas por la Orquesta Sinfónica Juvenil, son parte de las instrumentales básicas de este trabajo, que con la mordaz lírica de Koala Contreras, se combinan con los samples de programas de conversación televisados que siempre nos dejan reflexionando. Esta música es capaz de «reventar tus tímpanos» como dice el track 3 «La puerta no se abre sola» y luego nos levanta con otra visión del mundo.
No es fácil ser debutante, ya que debes mostrarte ante un público que te desconoce en lo absoluto. Algo así le sucedió a Camila Moreno, quien a sus 23 años -en tiempos de MySpace- lanzó su ópera prima «Almismotiempo», un trabajo de 12 canciones cubiertas de sensibilidad, inquietudes y reflexiones; pasando por diversas emociones, desde la rabia en «Millones» al amor en «La Necesidad».
Con este debut, muchos la encasillaron en la música trova a la par de Violeta Parra o algo más novedoso como Chinoy; pero la verdad es que «Almismotiempo» escapaba de eso. La influencia de Violeta al cantar «a grito pelado» junto a su guitarra se puede apreciar claramente, pero también agregó un cuarteto de saxos en «Pera», lo cual indicaba una propuesta distinta a la trova tradicional.
Javier Barría es de esos artistas que nunca nos dejaremos de explorar. En 2009 publicó su décimo trabajo discográfico, «Introducción a la geometría», que en un principio se le ofreció como una reedición de un disco antiguo o un compilado de canciones viejas. Terminó con una contrapuesta de Javier al sello Infanta Terrible, ofreciéndoles hacer un trabajo nuevo; y literalmente nuevo, pues el tinte y esencia de este álbum es esperanzadora y más de amor que desamor, no así en trabajos anteriores donde prima la tristeza y la melancolía.
Escuchando el disco navegarás por las letras y pegajosas composiciones, siempre acompañado de dulces y sencillos arreglos de piano y rítmicos, además de delicadas guitarras, bajos y arreglos electrónicos muy piola. Un álbum adictivo que sin duda conectará tu alma con perfecta geometría.
Otro debutante del 2009 fue Mauricio Castillo, cantautor porteño más conocido como Chinoy, quien ese año publicó su primera placa «Que salgan los dragones». Luego de pertenecer a una banda punk (Don Nadie), Mauricio se aventuró en solitario con canciones que venía acumulando desde muchas presentaciones en vivo. Decenas de videos en vivo circulaban en YouTube y con ese mismo material los fans iban a sus tocatas coreando las canciones de principio a fin.
Sin embargo, el sello Quemasucabeza puso sus ojos en el cantautor para editar el álbum en estudio, creado en plena época del Movimiento Estudiantil y la Protesta Social, por lo que era un invitado frecuente a tocatas en tomas de universidades y canciones como «Solo Resistir» eran utilizadas como consigna de lucha en ese entonces. Su particular timbre de voz lo hizo un artista único en la escena nacional independiente, quien se vio acompañado de violines en «Klara» o el hermoso sonido de una armónica en «Llegaste de flor».
Otro debutante del 2009 fue Pedro Subercaseaux García de la Huerta a.k.a Pedropiedra. Después de haber trabajado varios años en sus demás proyectos –CHC y Tropiflaite-, el multinstrumentista decidió dar inicio a su carrera como solista en México. Junto a la ayuda de sus amigos Gepe y Jorge González, el músico grabó las voces, guitarras, teclados, bajos y baterías de las 13 canciones que componen el homónimo.
Alejado de su faceta Hip-Hop, Pedro mezcló todas las influencias posibles pasando desde el rock y el pop hasta el funk y el R&B en un álbum que ya se convirtió en un verdadero clásico contemporáneo de la música chilena. Himnos como “Inteligencia Dormida”, “Sol Mayor” y Las Niñas Quieren…” encantaron a una juventud con sus simples, conmovedoras y representativas narraciones sobre las frustraciones, el amor, la vida. La muerte y la eternidad. Un disco para conocer a Pedropiedra y para conocernos a nosotros mismos.
Ya con un disco bajo el brazo, Fernando Milagros fue otro nombre destacado hace 10 años atrás con la publicación de «Por su atención, gracias» que, a diferencia de su LP anterior, consolida su música ya no desde el trabajo en solitario sino que incorporó una banda bautizada como «The Falsos», integrada por Cristóbal Carvajal y Chalo González, donde el compositor pudo desenvolverse de mejor forma no solo en sus shows en vivo, sino que también en el proceso de producción.
Este trabajo de 12 canciones editado por Oveja Negra, puso al diseñador teatral en el mapa musical chileno y pavimentó aún más su neofolk que, inevitablemente, se comparaba con artistas como Devendra Banhart.
Pero si de bandas consolidadas se trata, Chancho en Piedra publicó en 2009 su séptimo LP: «Combo Show», el cual nos remonta a la juventud del grupo y de quien lo escuchó. Un trabajo musical pegajoso, simpático, alegre, pero que al mismo tiempo fue cuestionado por no reinventarse. Aplicando una fórmula un tanto repetitiva en la carrera de la agrupación, perdiendo quizás un poco del funk característico de la banda.
Pero qué más da, las nuevas generaciones -y las no tanto- que se han unido a la comunidad marrana, goza y salta estos temas que son pocas veces tocados en los conciertos. Un disco que está en el olvido de la banda, un disco que se está empolvando en los recuerdos de los que asistieron al lanzamiento en el Teatro Caupolicán. Un disco que merece ser rescatado y llevado al tarareo de la multitud, un disco que aún no madura, ¿a cuántos personajes de la TV dedicaríamos actualmente «Ella Quiere»?
El año 2009 también se publicaron dos epés importantes de rescatar. El primero de ellos: «EP 1» de Protistas que es, probablemente, el disco más desconocido y querido por los antiguos seguidores de la banda. Con una duración de menos de 15 minutos y con solo cuatro canciones, este álbum resume en gran parte la identidad del grupo, que 10 años después demostraría ser una de las mejores bandas de indie del país.
Un trabajo grabado en forma casera, que exprime el sonido más crudo y visceral del cuarteto, que en aquellos años se encontraba dotado de alta materia prima de la mano de canciones como “Mi Pieza” y “Videocámara”, que verían la luz en sus próximos álbumes. La lírica está cargada de desolación y monotonía que cimentó las futuras composiciones y el estilo de escribir de Álvaro Solar. Sin duda un disco clave en la discografía de Protistas.
Finalmente, el otro EP destacable es el debut discográfico de Astro, titulado «Le Disc de Astrou». Andrés, Nicolás, Daniel y Octavio se agruparon para este proyecto que irrumpió en la escena nacional y nadie entendía de qué rayos se trataba. Fueron siete canciones que les validó para presentarse en diferentes escenarios hasta la publicación de su álbum debut homónimo en 2011.
Sonidos atmosféricos, letras pachamámicas y el uso de sintetizadores fusionado con guitarras eléctricas y batería, lo hacían un proyecto único en el país. Aunque para muchos críticos de la época decían que tenían poco de original, comparándolos frecuentemente con MGMT. Pero el sello mexicano Terrícolas Imbéciles no opinó lo mismo y apostó por la banda con la edición física del EP y presentaciones en el país de los mariachis. Tiempo después, el EP llegó a Chile de forma física por la alianza entre Discos Tue Tue y Discos Río Bueno.
Participaron en este recuento: Camila Rodríguez, José Ignacio Frías, Javier Castro, Yasna Rodríguez y Cristóbal Galleguillos.