En una entrevista exclusiva con El Desconcierto, el arquitecto detrás de “Corazones” se tomó el tiempo para profundizar y compartir sobre el impacto del disco, y, por su puesto, sobre la figura de Jorge González.
Gustavo Santaolalla trabaja como productor musical, desde hace décadas y a la fecha. En su catálogo hay documentales, videojuegos, series y cine, y en este momento se enfoca en la reedición de su disco GAS (1995). Sin embargo, el argentino le concedió a Cristofer Rodríguez una lujosa entrevista. La leyenda urbana comienza con Claudio Narea en retirada, Miguel Tapia con la visa a Estados Unidos denegada, y Jorge González embriagado de un amor prohibido, alimentándose de los pancitos que Santaolalla le llevaba y probando por primera vez las drogas. Esa es la leyenda.
«Me encanta Corazones rojos, Cuéntame una historia original, hay tantos temas buenos… todo el disco es bueno», se explica al tejer los hilos entre el trabajo y la memoria. “Corazones es un álbum que es increíble, que hoy en día, vos vas a una noche acá a algún club donde pasen rock en cualquier esquina y en algún momento van a poner Tren al sur y Estrechez de corazón, clavado. Ya es clásico”, cuenta con orgullo cuando le preguntan por esos días.
Al referirse a su relación con Jorge, detalla: “Es mi gran amigo, un tipo que yo aprecio, admiro y valoro muchísimo como artista, como persona. Lo quiero mucho. Para mí ha sido un honor trabajar con él, aprendí mucho. Y poder participar en este proyecto ha sido maravilloso en mí (sic) vida. Sé que le encanta, le gusta mucho el disco”, y en una nota más íntima, agrega: “La verdad es que lo pasamos muy bien haciendo música y mis recuerdos son todos positivos, de mucha creatividad y trabajo en común, aprendiendo mucho entre todos. Para mí, es un referente importantísimo que no sé si tiene todo el reconocimiento que debería tener”.
La entrevista completa la encuentras aquí en El Desconcierto, y te invitamos a revisar nuestro especial 30 años de Corazones.