Dos horas dura “Sesión 3000”, el nuevo espectáculo que Eduardo, Cote y Claudio están presentando en los principales teatros del país. En entrevista con SACH, la banda cuenta cómo han visto crecer a su público en una sumatoria generacional y cómo será el archivo audiovisual que retratará sus conciertos en el Municipal de Santiago.
Lucybell es una banda que a lo largo de su trayectoria se ha mantenido vigente en la escena de la música chilena y latinoamericana. A eso se debe la llegada de nuevas generaciones a su fanaticada: “es una banda que se va reinventando y que es un poquito atemporal. Es rico escuchar bandas que son de cabecera y que tienen cierta sonoridad y después escuchar bandas que son como Lucybell, que son bien camaleónicas”, dice Cote Foncea sentado al lado de sus compañeros en Estudios Foncea, el refugio de la banda en Santiago.
El éxito de ventas que ha tenido la gira en el país ha empujado a la producción a sumar segundas fechas en ciudades como Valparaíso y Valdivia, que ya cuentan con un show sold out. Además de la tercera fecha en Santiago en Sala Master de la Universidad de Chile, que luego de dos conciertos agotados en el Teatro Municipal, vendría siendo un espacio más íntimo para compartir con sus seguidores.
En octubre la banda viaja a México, un país importante para su carrera musical, donde se presentarán en ciudades como Tijuana, Monterrey, Puebla y DF donde por segunda vez tocarán en el Black Berry, un reconocido auditorio de la capital. De vuelta al sur piensan sumar fechas en Perú: “El motivo principal de la banda es tocar en vivo y conectar con la gente», comenta Cote, y agrega: «es un resultado instantáneo de un esfuerzo de años”.
— Ya cuentan con varios shows desde que comenzó la gira, ¿cómo se han sentido? ¿cómo ha sido el recibimiento del público?
Claudio: ¡Nos hemos sentido increíble! Yo creo que desde el primer show ha sido una recepción muy, muy mágica. Esta gira fue planteada también con varios desafíos. No tocamos de febrero, entonces queríamos presentar algo que fuera diferente, hacer algo diferente y presentar canciones nuevas y este proyecto de grabar en vivo en las dos noches del Teatro Municipal y de ahí sacar los singles, etcétera. Y todo es un mega trabajo, además de todo el trabajo aparte técnico de iluminación y proyecciones, de miles de cosas, etcétera. Creo que valió más que la pena. Creo que han sido shows increíbles, cada uno ha ido in crescendo, yo diría de alguna forma que también nosotros nos hemos sentido más como un todo. Hay que entender que tocar por primera vez un tema nuevo siempre es un momento de acostumbrarse y yo creo que está súper apretado eso es muy bueno para nosotros primero. Y lo de la gente es mágico, darse cuenta que el niño de cinco años es tan exigente como quien nos viene siguiendo desde que partió la banda.
— Con respecto a haber tocado en el Municipal, que claramente es un lugar que tiene una historia detrás y tiene una carga distinta, ¿cómo fue para ustedes tocar ahí?
Eduardo: Para mí sigue siendo un concierto. Es un concierto donde hay un setlist, están los equipos, los instrumentos y empiezas a levantar la vista y empiezas a ver que hay un espacio que alberga, que te proyecta, que le da profundidad. (…) Alberga esa tradición musical, la música docta como le llaman, y que también no es primera vez. Cote había estado tocando y creo que inauguró el teatro en forma de que el pop rock se adueñara o tomara parte de esa tradición donde descansa un poco la música que representa a un cierto tipo de gente o que representa un tipo de cultura. El hecho que se abra a la música pop y rock, supongo que eso también te da credibilidad, te identifica y también le muestras a las personas que a lo mejor les llega la programación y que dicen «oh, no sabía que iba a estar Lucybell en el Teatro Municipal». Fueron curiosos también, gente que tomó el ticket y fue a ver la banda, a escuchar esta banda en un lugar que le es para otro tipo de música y me llena de orgullo en lo personal y como banda también de poder haber colocado el nombre de Lucybell en ese punto.
— El Teatro Municipal es un espacio más rígido, donde cada uno tiene su asiento y quizás es todo lo contrario a un concierto de rock. Uno veía gente que de repente se paraba porque ya no aguantaba más el estar sentada, ¿cómo funciona eso para ustedes? ¿fue extraño tener a su público sentado?
Cote: Tiene unas condiciones de concierto muy favorable, porque se puede explorar una puesta en escena particular. El sonido es impecable, la experiencia es distinta. Para la banda por supuesto, también yo creo que ahí coincidimos, en que cuando vamos a un festival y hay tanta gente parada hay una entrega en particular, pero hoy día hay un viaje de nuestras canciones. No necesariamente tiene que ser un show muy arriba, sino que también vamos pasando por lugares como Ten Paz, No me Olvides, Mi Propia Cruz, que son situaciones (canciones) con un poquito más de intimidad de la banda, más desnuda, por decirlo de alguna forma, frente al público. Llegando a la parte de Sembrando en el Mar en el tema número 18 (del setlist) ya nosotros invitamos a la gente a que se pare y la gente se para, y ahí ya continúa un poquitito más el concierto que estamos habituados. Pero sin duda es también un desafío musical, artístico, de poder tener cierta dinámica y de repente no estar todo el rato arriba, sino que poder viajar. Para nosotros nos sirve mucho musicalmente ese viaje porque estamos súper conectados arriba en el escenario. En un teatro pasan cosas que no pasan en los eventos más multitudinarios porque es más vertiginoso y es como una montaña rusa. Pero esto es para fijar más la atención.
— Sabemos que Lucybell hace reversiones en el formato de sus canciones en vivo, en vez de tocar el mismo single de estudio, ¿cuál es la importancia para ustedes de presentar de nuevo este mismo formato?
Cote: Fue la idea de seguir con la tradición de las sesiones. Sesión Futura en un comienzo, fue una entrega donde se editaron dos canciones nuevas que estaban en ese disco que fue Mil Caminos y Tu sangre. Y después vino Sesión Primitiva donde yo ya había entrado a la banda y teníamos unas canciones de Comiendo Fuego que nos permitimos en el fondo reeditar o remezclar y que se llama una Juro al Sol y otra Es Como un Cristal.
Entonces son entregas en el formato sesión, un formato muy particular que es un pretexto para explorar canciones nuevas y canciones viejas. Pero en esta vez, es la primera vez que decidimos que iba a ser una apuesta de cuatro canciones nuevas y que, además, vamos a tocar durante todo el evento. No están grabadas antes, no están ni siquiera en formato que tengamos la posibilidad de editar. El desafío fue ese, yo creo que tal cual como fue Mil Caminos en la versiones acústicas, de las canciones históricas de Lucybell y una canción en formato nuevo que era Culpable, siento que siempre es un desafío que nos mantengan artísticamente ocupados. Tocar Dame Calma hoy día es tocar una canción trascendental de un disco antiguo, pero que tiene un formato 2024 para nosotros y tiene una entrega 2024 para nosotros, porque las nuevas canciones agarran las viejas y hace que tengamos una coincidencia sónica que por lo mismo todas convergen en un mismo espacio.
— Hablando de la grabación que hicieron en el Teatro Municipal, ¿el formato que saldrá de ahí será un video musical o un documental?
Cote: Ha habido una documentación audiovisual que preparamos y que convocamos un equipo en paralelo para que pudiera documentar esto. Además va a haber participación de algunos fanáticos durante la gira, nuestro equipo también va fotografiando. Gran parte de la información de Lucybell es también audiovisual, permanentemente como nos comunicamos nosotros con la gente, por Instagram, por distintas plataformas para para poder ya sea avisar o simplemente tener un contacto espontáneo con nuestros seguidores y de ahí se genera este contenido que tiene que ir en paralelo. Pasó en Mil Caminos que hicimos un documental que se llama Pasos, que es justamente el trayecto desde este estudio, desde los ensayos hasta el estudio del sur. Entonces es rico de repente estar en la tranquilidad de tu casa y de repente decir «sabes que voy a ver el documental de Sesión 3000«. Hay mucha entrevista interna, hay mucho desafío también de producción, hay cosas que habitualmente no hablamos, que generalmente estamos hablando de las canciones y nuestra vivencia y lo que significa el tour, pero hay ahí como un toque un poquitito más íntimo de lo que pasó en el Teatro Municipal.
El documental más allá de ser los preparativos de un concierto en un gran teatro, promete ser una infidencia, un detrás de escenas que muestre a sus integrantes trabajando, compartiendo y contando su historia más allá de la música. «Siempre digo lo mismo: con inspirar a una sola persona en que sea músico, ingeniero técnico, o iluminador, o escenógrafo, yo creo que ya está pagado el lugar, como me pasó a mí» cuenta Eduardo Caces con respecto a la motivación y la esperada recepción del proyecto.