Cómo superar los limites comunicacionales, tocar en lugares equivocados y sacar una obra maestra del horno durante la cuarentena, son algunos de los secretos que nos reveló la compositora de Conchalí.
Desde que debutó en 2017 con un EP homónimo, Glo Herrera (26) se ha visto ligada al sonido de raíz e influencias como el bossa nova. Sin embargo, en sus últimos lanzamientos son nuevos sonidos los que nos cautivan.
Ser cantante y compositora no ha sido lo único a lo que se ha dedicado Glo durante su vida, ya que nos asegura jamás haber eliminado de sus planes convertirse en lo que hoy está construyendo: ser artista. «De hecho si en algún momento no lo hiciera, de verdad no sé qué haría con mi vida», sentencia.
En esta entrevista no sólo nos contó de su vida en los escenarios y proyectos artísticos, sino que además pudimos conocer también a Gloria Herrera, la joven tímida en la que se transforma al bajar del escenario.
¿Cómo te iniciaste en el mundo de la música?
Un profe de música cachó que yo cantaba, ahí recién empecé en el canto. Fue difícil, porque siempre he sido súper tímida, por lo que atreverme a cantar en público fue terrible (…) He superado hartas cosas hasta el momento, pero antes era terrible de verdad.
¿Cómo fue entonces, saber que tenias talento y había que «explotarlo» siendo tímida»? ¿Cómo es eso hoy?
Me acuerdo de la primera vez, en el típico acto en el colegio me dicen «ya, tenis que cantar»… fue lo peor. No sé porqué era así, o sea aun lo soy, pero ahora disfruto más estar en el escenario, antes de verdad que era una tortura, muchas veces me puse a llorar y no salía al escenario. Fue duro.
¿En que momento esto se convierte en algo serio? ¿Cuando comienzas a dedicarte más a la música?
Cuando salí del colegio. Estuve en un colegio comercial y estudié secretariado. Hice la practica y trabajé todo ese año, todo el día, entonces no podía hacer nada. Y en ese trabajo, me acuerdo que me di cuenta de que yo no quería vivir así. Como -esta hueá no es para mi- y ahí me metí a estudiar música al año siguiente. Lo bueno es que nunca dejé de tocar y nunca me desmotivé. Al siguiente año entré a estudiar música y ahí obviamente aprendí más cosas, pero me salí porque sentía que lo que menos hacia era tocar y eso era lo que más yo quería hacer. Cuando tenía como 19 o 20 años, empecé a subir covers a YouTube y como que la gente me empezó a conocer de la nada, de ahí me invitaban a tocar. Obviamente no eran cosas grandes, pero así se fue construyendo todo. Eso me motivó a hacer más canciones y a trabajar todo: la vergüenza, practicar en vivo y a aprender a crecer en ese sentido.
Bajo esa misma línea, cuando comenzaste a escribir ¿de qué se trataban tus canciones?
Cuando empecé hacía canciones sobre mí, de mi crecimiento personal y de querer estar bien. En ese tiempo estaba un poco depresiva, me sentía mal, pero siempre quise no estarlo. Así lo pienso ahora, eran canciones donde yo podía pedir estar bien. No eran mucho de amor, sino de experiencias muy personales. Después empecé a hacer canciones más de amor, cuando ya empecé a vivir una relación de adulta. Ahí uno está triste o muy feliz. Últimamente siento que hago casi todas las canciones de amor cuando estoy en esa etapa de amor o sufrimiento.
¿Y tus primeras presentaciones?
Por lo general siempre eran cosas buenas, pero con mi personalidad vergonzosa siempre que llegaba a tocar era como «¿Qué estoy haciendo aquí?«. Además, a veces me invitaban a cosas muy na’ que ver conmigo. Pero filo, en cada concierto, en cada tocata alguien me decía algo lindo o al momento de cantar todos se quedaban callados. Un día tuve una reflexión con mi pololo de ese entonces, que me acompañaba a todos lados. Le dije que siempre pasa algo que hace que todo valga la pena, porque era muy jodido ir a tocar sin tener auto, ni plata para pagar un taxi. Además de vivir lejos, en Conchalí, donde ni siquiera hay metro. Siempre tenia que andar en micro para todas partes, con la guitarra, el cuatro, con la ropa sí me iba a cambiar y sola. Era difícil, pero siempre pasa algo que me hacia pensar que valió la pena ir.
Sobre tu estilo musical, te inspirabas en el bossa nova. ¿Aún es así?
Si, me encanta. Siento que es algo que siempre voy a llevar conmigo, que ya es parte de mi vida. En un momento cuando me estuve perfeccionando en la guitarra, después ese momento marcó otro punto en mi carrera, porque a pesar de tocar temas como de Cranberries, que eran muy fáciles, pasé a tocar unos bossa nova, lo cual fue un gran desato. Muchas veces pensé «puta la hueá, no me sale«. Estaba muy frustrada, pero le di y le di hasta que lo logré. Además, cantar en otro idioma también fue otro punto y justo se marca con esa música. Quizás en la actualidad ya no hago tanta música o canciones así pero sigue siendo algo que me inspiró y sigue en mí.
¿Cómo definirías tu música hoy?
Si tuviera que definirla hoy, sería una fusión. El single pasado que lancé llamado «No dañarnos» es full brasileño, pero igual intentamos meterle otros elementos, como instrumentos no reales, no orgánicos y muchas cosas así. Ahora con «No es suficiente» se marcó una diferencia muy brígida y ahora vamos a sacar otro, que igual es una reversión de una canción que ya está arriba. Siento que ahora hemos podido plasmar mucho mejor toda la música que queremos mostrar, que es como más R&B, más Soul, pero conservando mis raíces.
Dentro de la escena musical nacional, ¿hay algún artista con el que te gustaría colaborar?
Me gustaría mucho hacer algo con Alex Andwanter. Aunque sería algo extraño, también sería un desafío para mi. Me encanta igual esa onda, el pop me gusta mucho y sería un sueño hacer algo así. De todas formas me gustaría hacer mucha música y de muchos estilos. Y bueno, ahora que ya lo hice con Bronko Yotte siento que teníamos mucho feeling, y se logró maravilloso.
Respecto a tu ultimo single «No es suficiente» ¿Cómo fue grabarlo a distancia?
Igual fue raro, porque una no sabe en que condiciones está trabajando la otra persona. De todas formas fue muy fácil. Es que te juro que se dio así. Quizás fue porque esta canción ya la había escrito hace rato, entonces el cómo queríamos que sonara ya estaba muy trabajado. Entonces el Bronko nos mandó su parte y teníamos miedo de que tuviera mucha mejor calidad o que estuviera en otra volá’ a la que estábamos haciendo nosotros. Pero salió todo súper limpio. A pesar de la distancia no nos frenamos, y pudimos seguir trabajando.
¿Cómo te ves de aquí a 5 años?
Pucha, espero que teniendo más frutos. Que todo el trabajo que hacemos ahora, junto a mi equipo que me ayuda en todo, sea más fácil hacer las cosas. Que no nos tengamos que limitar tanto por la plata… eso. Me imagino que tendremos más herramientas para lograr lo que queremos, lograrlas con más facilidad y no tener que sufrirla tanto. Me imagino más tranquila en ese sentido, poder enfocarme más en tocar y cantar, y no tener que trabajar en tantas cosas para poder sacar una canción.
Entonces, definitivamente te sigues viendo como artista.
Si, de todas maneras. Es algo de lo que nunca tuve dudas. De hecho, si en un momento no lo hiciera, de verdad no sé que haría con mi vida, porque no lo he pensado. Porque siento que siempre he estado al 100, aportando el 100% a esto.
Con 1.338 oyentes mensuales en Spotify y más de cinco mil seguidores en Instagram, no hay duda que a la oriunda de Conchalí le espera un futuro lleno de éxito y buenas melodías. Por nuestro lado no nos aguantamos más las ganas de escucharla en vivo cuando las presentaciones cara a cara vuelvan a ser nuestra normalidad.