La banda nos confidenció cómo son sus procesos creativos, los ciclos de creatividad con que surge su música y el concepto detrás de su recién estrenado EP, llamado «Cautiverio». Este lanzamiento es la segunda parte de su debut, compuesto de un lado A y un lado B.
Tras el lanzamiento de su EP homónimo en el 2020, Los Días Silvestres lanzaron hoy la segunda parte. La banda, compuesta por Jorge Calvo, Pablo Oróstica, Pilar Vargas, Gino Navarro y Felipe Silva, nos entregó el año pasado un debut que incluimos dentro de nuestro recuento de fin de año, el que destacamos por su frescura. Conversamos con tres de sus integrantes (Pilar, Pablo y Jorge) sobre la memoria, el arte visual de sus proyectos, y el concepto detrás de Cautiverio. El éxito de su primer lanzamiento los llevó a firmar con Beast Discos, la misma casa de Slowkiss, Miss Garrison e Intimate Stranger.
¿Cómo surgen Los Días Silvestres?
Jorge: Antes de su versión banda existíamos no como el nombre, pero sí con canciones que yo tenía y que no estaban asignadas a ningún proyecto. Eran de la adolescencia, y ya el año 2018, estando en la U y conociendo a los cabros quise armar este proyecto en formato banda porque en ese tiempo, cuando se podía tocar, la mano antes de sacar algo era estar tocando. Había un local en Barrio Italia, tenía la mano pa’ tocar ahí y le dije a los cabros que quería tocar unos temas, pero en el camino ya había elegido el nombre del proyecto y los cabros se entusiasmaron. Al día de hoy el proyecto no son solo mis canciones sino que es colectivo, todos participamos de manera equitativa. Obviamente cada uno tiene su fuerte, pero sí es equitativo en la forma de relacionarnos y decir las cosas.
¿Cómo fue el proceso de grabación de Cautiverio?
Pilar: Tuvimos la bendición o suerte de ir a grabar al Teatro Regional del Maule y ahí aprovechamos de ver algunos temas pendientes de Los días, que les habíamos puesto harto cariño a las presentaciones en vivo. Ahí justo se dio el momento en Felino Estudio de grabar las baterías de los temas del EP. De a poquito fuimos juntando todas las partes, acá en Santiago trabajamos con nuestro productor, el Félix Encina, y fuimos juntándonos cuando la cuarentena se liberó un poco. Teníamos eso, nos faltaban las voces, teníamos claritos los arreglos, fue solamente concretar.
Jorge: La gran mayoría de las guitarras estaban grabadas en antes del primer EP y el bajo también lo grabamos en Felino Estudio. Todos los sintetizadores estaban definidos, lo único que hicimos fue ordenarlos bien, le dimos los colores que queríamos, con Félix nos pudimos explayar bien y lograr el sonido que queríamos.
Pablo: Estos temas estaban listos hace mucho tiempo y siempre lo pensamos como una segunda parte de lo que lanzamos a fines del año pasado. Era un concepto de parte A y parte B, eran temas distintos entre sí, este es un álbum mucho más tranquilo, con otras vibras. Al final fue un proceso más de producción que de composición.
El nombre suena muy pandémico, ¿lo eligieron antes o durante de todo esto?
Pilar: Era de antes (risas). Pablo quería mucho esa palabra y ahora sucedió.
Jorge: Es parte de una letra, de “El efecto de los dulces hogares”, pero no es como cuarentena. Lo pensamos, dijimos “pucha ya”, pero no es un EP de cuarentena (risas).
Tenemos entendido que el arte de sus trabajos también lo hacen ustedes, cuéntenme sobre eso.
Jorge: Las últimas portadas son las más simples, son fotos que rescatamos de los 90 y de los 2000 de un familiar mío. De hecho hay fotos que tenemos ganas de usar y están ahí. Las seleccionamos en conjunto, hicimos los recortes y la Pilar hizo la corrección de color. Es lo que más le venía a estos temas, expresaban mucho el mundo sonoro. La vez anterior fue un collage, más o menos de la misma onda.
Pilar: Claro, con Vicente Farías, y lo otro fue hacer prueba y error de trabajo con los chiquillos. Yo hice las portadas de los singles, pero el último trabajo fue un poco más orgánico en el sentido de que estaban las fotos.
Jorge: Las fotos de mi papá, que le gustaba mucho viajar con una Zenit análoga y sacó muchas fotos. Esas fotos se guardaron, en algún momento las desempolvé, las revisé y se las mostré a los cabros.
Pilar: Las portadas tienen mucha relación con lo que expresan las letras, que es lo que reiteramos siempre entre nosotres; la conexión con la naturaleza, no sentirse parte de la ciudad.
En lo que me cuentan está muy presente el tema de la memoria, ¿cómo sienten eso en el Chile actual?
Pilar: Como banda estamos bien conscientes de todo lo que ha pasado históricamente y desde el estallido, estuvimos bien involucrados en las manifestaciones de lleno exigiendo derechos. Pero como teníamos los temas trabajados, no incorporamos la rabia hacia el sistema. Queremos expresar a través de esta música otras cosas, la relación que tenemos con el medio y la disconformidad con el espacio, las ciudades, la rapidez, la monotonía. Cada une tiene una postura clara.
Jorge: Soy muy honesto con mis propias creaciones, tampoco trato de incorporar cosas porque sí. He notado que hay una molestia, un duelo, en estas nuevas composiciones, que quizás saldrán en un disco. Las letras de este nuevo EP son súper introspectivas, casi libres de cualquier tipo de juicios, más que el juicio de sentirse en cierta situación. Toco harto lo de la memoria porque son canciones cíclicas, puede ser un hecho que viviste hace diez años o dos. Las cosas pasan y vuelven a pasar, constantemente. En el EP los tres temas principales, que en realidad son cinco tracks, uno habla de cómo uno se relaciona con el entorno; otro habla de estar con una persona y no estar a la vez; y el otro de la amistad. En cuanto a memoria, no me atrevería a decir que no tienen nada de político, siento que la atraviesan fácil, pero son más juicios de pensamiento introspectivos.
¿Cómo son sus procesos creativos?
Jorge: Son súper variados. El Pablo maquetea harto, entonces a veces como “esto que hiciste acá queda muy bacán con esto que hiciste hace un año”. A veces nos juntamos entre nosotros y sacamos ideas, en cuanto a lo instrumental, porque en la creación de letras eso es más personal. La Pilar tiene una canción casi entera de ella, que es “Mi casa es tu casa” que tenemos muchas ganas de sacarla, no sé si este año, pero sería bacán. Ese tema es un gran ejemplo de los últimos procesos de la banda, porque ese tema ha sido muy de todos. Nació en un ensayo, empezamos a maquetearlo juntos, casi todo el proceso lo hicimos juntos.
Pablo: Tenemos la suerte de que todos componemos harto, tenemos hartas ideas. Como nos vemos harto y somos bien amigos encajamos rápido en las ideas que tiramos sobre la mesa. De repente tenemos una idea que sacamos hace un año o ahora, y vamos haciendo un collage. También saber separar, tenemos muchas canciones y ya sabíamos que queríamos hacer para los próximos tres álbumes. Pero pasa que uno está en una onda con una canción y pasa el tiempo y eso se pierde. Lo primero que sacamos es súper popero, muy dream pop, lo que vamos a sacar ahora está más trabajado desde la nostalgia y no nos empecinamos en meter tanta cosa. Quisimos sacar lo más pulcro de los sonidos.
Sobre lo que sigue, ¿qué están esperando?
Jorge: Que se acabe la pandemia para poder tocar y viajar (risas).
Pablo: Eso es lo ideal, queremos tocar, pero también adaptarnos a nuevos métodos de buscar nuestra música, el mismo tema de las sesiones en vivo se está haciendo harto. Son buenas instancias para poder mostrar música. También queremos potenciar el lado visual, el tema de los videoclips, que creo que es lo podemos hacer durante la pandemia antes de volver al ambiente cultural. Por ejemplo, sobre el video lyric del sencillo homónimo, queríamos eso pero no quería generar una pantalla de un color con las letras, quería ponerle más narrativa. El mismo disco se llama Cautiverio y es una ensalada de emociones, es una búsqueda constante, de lo cíclico, y este video se trata de eso: de buscar a alguien que nunca se encuentra o recorrer del lado A al lado B.