Con dos singles que se suman a la espera de su primera placa, la artista hoy se encuentra sólo acelerando en planos profesionales y personales. En entrevista con SACH, nos cuenta detalles sobre su esperado trabajo y una mirada retrospectiva sobre su evolución musical.
Fotografía por @r8drygo
Princesa Alba por estos días no tiene freno. Con los estrenos que ha lanzado como antesala de su primer largaduración y la firma con su primer sello discográfico, la artista ha tenido que estar en varios lugares a la vez, pero trabajando desde su propio departamento en Santiago.
“Estoy contenta porque me pasaba que con el encierro y sin tanta intensidad, me aburría mucho. Como que necesito la intensidad de estar corriendo para todos lados siempre”, señala la autora del recién estrenado single “miss u bb”, en el cual vuelve musicalmente a sus inicios.
La producción estuvo en manos del argentino Nico Cotton y, sumada a una letra sobre amor propio, crea una atmósfera nostálgica que recuerda a sus primeros lanzamientos en “Del Cielo Mixtape” (2018), en lo que Trinidad Riveros califica como autoplagio y reciclaje de canciones que nunca sacó.
“Es super bonito volver al autotune, que a mi me gusta mucho como recurso estético. Es un poco también para los fans que me siguen desde esa época”, comenta sobre la canción que ya tiene un videoclip dirigido por Tiare Bustamante, en el que inspiró en la película “Carrie”. Al igual que en “Acelero”, la pieza audiovisual cuenta con la participación de una tiktoker chilena: Cool Cat (@coolcat2002coolcat).
Nueva era
El álbum que la cantante presentará en los próximos meses tiene un trabajo de dos años, en los que ha grabado, producido y armado un concepto central que mostrará a cabalidad su proyecto musical, tanto musical como conceptualmente. Por esto, apunta que “marca una nueva era y una nueva Princesa Alba. O sea, una Princesa Alba que ya viene en gestación hace rato”.
Acorde al momento, concluyó que tenía que firmar con un sello que pudiera llevar esta nueva etapa en su carrera. Y así lo hizo: hace algunas semanas anunció su alianza con Quemasucabeza, sello con el que ya venía trabajando en el managment. Como tal, esto significó un cambio en su manera de trabajar:
“Ha sido difícil, porque soy una persona muy ansiosa. Por mi sacaría todo al tiro. Cuando partí sola, tenía la canción lista y la subía al otro día y listo. No había estrategias ni nada. Ahora tengo que aguantarme esa ansiedad; hay una burocracia que hay que seguir”, dice.
En esta línea, agrega que “estaba acostumbrada a sacar singles y estos son como un álbum en sí mismos, entonces no tienen que haber correlación con las otras canciones. El disco, en cambio, tiene un relato que engloba todas las canciones”.
Con cuidado de no revelar nada aún, adelantó que el amor propio y el proceso de descubrimiento en el que se encuentra hoy en día serán temáticas centrales en los tracks, que tendrán colaboradores internacionales, uno de los cuales será revelado en el próximo single.
Intimidad creativa
En septiembre pasado, cuando se abrieron las fronteras, Riveros viajó hacia Argentina para trabajar en la producción del disco. Sin embargo, dice que el trabajo ha sido mayoritariamente online y desde su casa.
“Ha sido por un lado muy bacán, porque me he ensimismado mucho y he aprovechado de escribir en soledad. Antes siempre estaba corriendo de un lugar a otro, estaba en buses, en aviones y tenía que escribir entremedio, donde no había mucha intimidad”, apunta la autora de “My only one”.
Así también, dice que “me perdí varias cosas del proceso que significa tu primer disco, poder disfrutar el estudio, viajar a trabajar con los productores, hacer promoción afuera también. Varias cosas tuve que sacrificar en pos de, obviamente, cuidarnos todos”.
¿Cómo describirías estos dos últimos años de la creación de tu primer disco?
Maduración. Me ha ayudado a entenderme a mí misma, desde la intimidad (…). También es una especie de terapia; uno va revisando sus letras y poniendo las cosas en perspectiva, ya que son canciones que escribí instantáneamente de lo que pasó en ese momento. Entonces, es como sacarle una foto a ese momento, y todo lo que yo pensaba está reflejado ahí. Son super atemporales también, sentimientos que me van pasando y que me voy dando cuenta que son cíclicos. Hay canciones que saqué en mi primer mixtape que me siguen haciendo sentido y quizás siempre lo harán, porque siempre soy la misma.
Alma adolescente
Mucho camino recorrido hay desde la primera vez que se escuchó a Princesa Alba en 2018, cuando su mixtape salía a la luz. Tres años después, la artista dice que las clases, la teoría y el aprendizaje la han ayudado a crecer tanto emocional como musicalmente. Eso sí, enfatiza en que hay cosas que aún quedan intactas:
“Ha cambiado todo y nada a la vez. Soy la misma persona que escribe desde el amor, del desamor, escribiendo desde mi pieza, de mi diario, de mi celu. Mucho de eso aún queda, pero obviamente han pasado cuatro años de profesionalización”.
¿Qué tanto hay de Princesa Alba en Trinidad Riveros?
Son lo mismo. Tengo muchos alter egos, pero soy la misma persona. Tengo seis cuentas o más. Una es de mi gato, otra de mi otro gato, otra es mi cuenta privada… me gusta poder desarrollarme en distintas facetas. Princesa Alba es Trinidad Riveros, pero maximizada en sus características, más segura, porque yo soy super insegura. Es todo lo que Trinidad Riveros desea ser, pero dentro de un personaje.
¿Cómo definirías tu estilo hoy?
Muy adolescente. Siento que voy a ser una eterna adolescente. Si bien estoy más madura, vivo sola y tengo cuentas propias, siempre voy a ser una pendeja en el alma. Yo creo que mi música es bien adolescente también; una fantasía pop que se mezcla con los géneros que me van gustando: lo urbano, lo latino. Y pop lolita (ríe).
Esta esfera pop en la que se desarrolla Riveros es donde se siente más segura, ya que la escena urbana es aún, según ella, muy machista: “Aún así, hay muchas cabras que se están desarrollando en ese estilo. Las mujeres estamos liderando y, en ese sentido, me siento muy cómoda y muy acompañada en el proceso. Tenemos las mismas alegrías, las mismas penas, entonces es bacán compartirla”, concluye.