Hoy empezamos a contarles lo ocurrido en la 23° edición del “Festival Internacional de Cine de Valdivia», donde se exhibieron importantes largometrajes, cortometrajes y documentales tanto locales como extranjeros. La ciudad de Valdivia se convirtió durante una semana, en el espacio local donde convergió la industria del cine, todo en el bello espacio de la Universidad Austral de Chile.
Comenzaremos por las cintas que día a día fuimos viendo. Hoy nos toca el tercer largometraje del hijo del fundador de “Educación2020”, Andrés Waissbluth con “Un caballo llamado elefante”.
La cinta, valga la redundancia del nombre, insta al espectador a ser cómplice de la magia que supondrá la trama. Los protagonistas, Roberto (Tomás Arriagada) y Lalo (Joaquín Saldaña) son dos jóvenes hermanos, quienes han sido introducidos a los relatos mágicos de su abuelo, quien por su enfermedad y su venidera muerte les cuenta que Elefante, el caballo que está bajo sus cuidados, debe ser libre si él deja este mundo.
Lalo, más pequeño que Roberto cree indiscutiblemente en la magia, decide cumplir con los deseos de su abuelo y será una historieta, protagonizada por Jinete y Elefante, que conducirá a estos hermanos a una historia de surrealismo y magia.
La trama no es fácil para estos pequeños, Roberto sustrae un reloj que es devorado por Elefante y se suma a Lalo, quien decide devolver a la naturaleza a Elefante, para que sea libre y feliz, para que el universo una a su abuelo con Elefante.
La sencillez de la trama, las torpezas y las interpretaciones de estos carismáticos niños, merma en el público una suerte de consuelo y una complicidad en las carcajadas tanto como en los momentos tristes. EL secuestro de Elefante por una empresa circense a manos de Infausto y Tatuado, la aparición de Manuela (Ana Sofía Durand), la cuarta compañera en este viaje luego de Elefante, la administración de los dueños del circo Pavón y la Señora Juana, transforman esta producción en un relato sencillo, una puesta en escena maravillosa, un juego de imágenes que superan la ficción. Un ópera prima para ver en familia y llevar a los más pequeños, que la magia sigue intacta, casi tocando lo real.