Estrenada internacionalmente durante la 67ª versión del Festival Internacional de Berlín, adjudicándose el premio a mejor guion en dicho certamen, “Una Mujer Fantástica” ha dado de que hablar y estuvimos en su estreno nacional el pasado jueves para contártelo.
El largometraje bajo la dirección del cineasta “Sebastián Lelio”, cuenta la historia de Marina una persona trans, quien debe sopesar la abrupta muerte de su amado Orlando, un hombre 20 años mayor. Esto revelará el duro enfrentar con la antigua familia de éste, quienes no aceptarán su presencia, su identidad, ni como ellos consideran esta relación perversa.
¿Por qué ir a ver «Una Mujer Fantástica»? Por ser la apertura a un nuevo cine de género nunca antes visto en Chile, por retratar a la sociedad chilena frente a sus prejuicios sobre el género de las personas, por hablar sobre los límites de la empatía entre lo que sabemos y lo que eso y por tener guión excepcional en torno al amor, la muerte, el género y la humillación.
Tal como señalamos arriba, el relato se torna a priori en Orlando (Francisco Reyes). Este conoce a Marina (Daniela Vega), una chica transexual con la que comenzará una relación, siendo ella la nueva protagonista. Vertiginosamente, acontece el padecer de Orlando, quien muere abruptamente, deja a Marina expuesta a la incertidumbre de como reaccionará su familia y el inicio de un conflicto que se yuxtapone entre la relación de una pareja y la identidad de los géneros en torno a lo sexual.
Marina comienza entonces una travesía, un nuevo viaje que le permitirá entre el conflicto, el amor y la muerte aprender sobre ella misma, sobre su identidad y su propio calor, que es lo que resulta agonizante de la muerte de su brazo, de su amado, de su propia identidad. El antagonismo aparece en escena de forma gatillante, quebrando esquemas amorosos y elocuentes. Pertenecientes a una esfera social distinta, la antigua familia de Orlando representa a la sociedad del conflicto , quienes llevan muchas veces, y sobre en este caso, la voz de la moralidad y de lo correspondiente al orden y las buenas costumbres. La protagonista lucha por consiguiente contra esa enredadera de ideas, de prejuicios y de valores que resultarán el devenir de la mujer fantástica.
La cinta, al igual que la actual sociedad en que vivimos, demuestra lo absurdo y hasta incompresible que puede ser lo mundano de nuestros actos, dejando entrever como; en el caso de la antigua familia del fallecido Orlando, que el acto de la oratoria puede ser agresivo, humillante hasta despreciable. Es por ello, que la aparición de Marina contra el leviatán, permite a dar espacio a la lucha de las pequeñas voces, y por sobre todo, derrumbar aquellos prejuicios que hoy son ley social y que no deben continuar reproduciéndose jamás.