Estimados Contertulios, me he de disculpar por los meses de ausencia en esta página tan mina y popular. Digamos que tuve un bloqueo creativo y con suerte escribía mi nombre en la lista de clase. Pero fui tocada por la estrella hermano, la bella estrella del Cine. Y me dije a mi misma, es hora de un análisis groso del cine de Pablo Larraín… ¿Por qué?, mejor nos preguntaremos ¿Por Qué no?
Hubo una vez un director que un día se sintió afectado por las películas que estaba viendo y decidió de que en ese momento quería pasar de ser espectador a realizador.
El director empezó con el amor a las películas cuando era joven, en su colegio proyectaban películas de Fritz Lang a Hezog, Wenders, A Murnau ( todos estos directores alemanes) y desde ahí quedo prendado. Para qué entrar en la vida personal de Larraín, porque para mí no es muy relevante de dónde viene y de quién es hijo o dónde estudio. Es el arte de este chiquillo, y como proyecta sus ideas en la pantalla.
Empezó con Fuga (2006). La historia de un genio musical atormentado por una composición inconclusa. Su gran «Rapsodia». Lo interesante de la película es que aunque se trate de un compositor, la música no es el tema central. Se presentan personajes con trastornos, escenas violentas y enfermizas, la música pasa a segundo plano pero a su vez sin la música la película perdería en sentido. Para ser una Opera Prima, la considero una película super bien hecha y que ya mostraba el sentimiento ambicioso de Larraín.
Después vino Tony Manero (2008), protagonizada por Alfredo Castro, quien personificó a Raúl Peralta, un tipo cuyo único sueño es emular a uno de sus ídolos, Tony Manero ( El famoso personaje de John Travolta en Fiebre de Sábado por la Noche). Pero sucede algo parecido que en Fuga. Como dije antes uno piensa que la película se va a focalizar en la música pero en el fondo termina dándole mayor importancia a la mente del personaje principal. Aquí pasa lo mismo. Más que un imitador de pantalones pata de elefante, es un hombre trastornado que vive en su propio universo y no responde al mundo real y palpable. Al final terminamos viendo una pelicula super cruda sin nada de humor.
Después con Post Mortem (2010), volvemos a ver a Castro pero ahora como un Mario Cornejo, un funcionario que transcribe los informes de las autopsias del Médico Legal en el Santiago de la Unidad Popular. Además la tónica de un amor no recíproco: la obseción hacia una bailarina del Bim Bam Bum. Un amor no correspondido.
Esta igual se conecta con Tony Manero primero por el actor principal, por la época en que ocurre (plena dictadura militar) y por el carácter poco inclusivo de ambos personajes. Otra cosa que los conecta, y no solo estas últimas películas, sino que también con Fuga, es que las tres hablan de gente obsesionada y hay una conexión en el escenario, el mundo atrás de las bambalinas, el espectáculo del espectáculo.
Con «No» (2012), Pablo Larraín llegó a la categoría de mejor película extranjera en los Oscars. Para mí es la mejor película de Larraín, imposible olvidarse del Footage de Florcita Motuda cantando «No», con la clásica melodía del Vals de Strauss.
Algo que me llamó la atención fue el estilo de filmación en Umatic (la proyección en ¾) (O sea con una imagen cuadrada) con una imagen sucia y deslavada, que se quema y se va a blanco en los exteriores soleados, que corta las cabezas de los actores por la mitad en el extremo superior, que se percibe muy mal iluminada, como las teleseries de la época. Eso le dio una especie de cercanía con la época en donde esta ambientada.
Bueno es mas que sabido que la trama se trata de la campaña publicitaria del plebiscito de 1988. Más que tocar la nostalgia del chileno, se centra en la difícil tarea de crear una campaña efectiva, lo que está atrás de la gran historia de «Chile la alegría ya viene«.
Ahora mientras escribo esto, me doy cuenta de que también habla mas o menos de la vida tras bambalinas como las anteriores tres películas. Estoy anonadada.
La última película ya estrenada de Larraín es «El Club» (2015)
Esa película de tonos azulados se posiciona en el pequeño pueblo de Navidad. Un lugar aislado en donde viven Los cuatro Sacerdotes que comparten delitos que remiten a distintas esferas. El padre Vidal por abuso a menores (Alfredo Castro), el padre Silva (Jaime Vadell) por sus vínculos con organismos de represión de la dictadura, el padre Ortega (Alejandro Goic) por su participación en adopciones ilegales, y el cuarto –el padre Ramírez (Alejandro Sieveking)–, es un sacerdote viejo y seníl que lleva décadas allí y ni siquiera recuerda ya las razones que lo distanciaron de la práctica sacerdotal. Es un film muy re bien pensado que no necesita mucho diálogo para sentir la atmósfera de tensión de los personajes.
Poco a poco podemos ver como se construye un pequeño purgatorio en donde se encuentran estas fallas de la iglesia, donde conviven con la culpa la sumisión y el olvido.
¿En que proyecto se encuentra el director?
Bueno contertulios, hace un tiempo atrás Pablo Larraín terminó el rodaje de la película «Neruda», protagonizada por Luis Gnecco. Esta trata de la época de clandestinidad del poeta chileno, de su estadía en Francia y la constante persecución del gobierno de Gabriel Gonzalez Videla. También contará con la actuación de Gael García Bernal, el cual representará a su perseguidor. Se espera su estreno en el invierno del 2016.
Mio Conclusione: El cabro es capo desde el comienzo, sus películas se ponen como el vino. Debemos sentirnos orgullosos de los grandes realizadores chilenos, los cuales no dudare en reportear y escribir en este blog tan mino y popular.