Fotografías por Víctor S. Gálvez
“Yo Nunca Vi Televisión” es, sin duda alguna, el concierto que consolida con creces el cariño al programa y a su música.
La expectación era tremenda. 20 años del noticiero más querido de la televisión no es solo un aniversario más, es un acontecimiento cultural histórico. Más de 10 mil personas pudieron ser parte de esta gran celebración en el Movistar Arena el pasado 9 de julio, tanto grandes como chicos, unos más fanáticos que otros que llevaron sus pancartas, peluches, títeres, poleras y una que otra merchandising de la serie.
No hubo canción cuyos coros no fuesen enérgicamente cantados por los asistentes. De inicio a fin, la euforia nunca cedió y es que, ¿cómo no?, si desde mediados del 2000 que sus temas son una pieza fundamental de la memoria colectiva chilena y también a nivel latinoamericano. Todo esto transmitido y apreciado en las casi dos horas de concierto que demostraron la trayectoria de un programa de televisión, del cual su mayor éxito lo vio en la música, cuestión aprovechada al máximo por sus creadores Álvaro Díaz, Pedro Peirano y Juan Manuel Egaña.
“Yo Nunca Vi Televisión” no es cualquier concepto de show musical. Su puesta en escena goza de ambición, y es probablemente el formato más interesante de 31 Minutos en vivo hasta la fecha: una estructura de casi 10 metros de altura con visuales sumamente creativas para cada canción, con títeres y titiriteros en los primeros dos pisos, y la banda y sus cantantes, en los últimos dos, como si fuese el estudio de televisión.
Tulio, ¡estamos al aire!
Abre telón. Un segundo de la intro del programa y el Movistar se transforma en gritos y gritos. Como en un capítulo más, aparece uno de los conductores más queridos de la televisión chilena: Tulio Triviño, quien no tiene idea de que está frente a miles de personas viéndolo hasta que logra recobrar su sentido de que se encuentra en el estadio y empieza a entonar “La desgracia ajena”, último lanzamiento para conmemorar estos 20 años de programa.
Toda persona que conoce 31 Minutos en vivo sabe que sus presentaciones son como un episodio más. Para “Yo Nunca Vi Televisión”, el “capítulo” parte con un extra noticioso que al momento de leerlo desmaya a Tulio, Juan Carlos Bodoque y a Patana. Nadie puede decirlo y Juanín, nervioso, no sabe qué hacer y decide exhibir una cortina de “problemas técnicos”, corte con el que se introduce a “Rin Raja”, un clásico de antaño.
¡Y ya estamos de vuelta a la programación habitual! Se revela la noticia y es el lanzamiento de la pizza más grande del mundo por parte de la Agencia Espacial de Titirilquén, expulsada erróneamente por Tulio y que cae en el planeta Siluris donde vive C-Lurio, el extraterrestre que busca dominar la tierra con su «Ritmo Sideral«.
A lo largo de la historia, C-Lurio busca toda forma de controlar a la tierra en forma de venganza por lo sucedido. Una trama brillante, hilarante y cómica muy al estilo 31 Minutos en la que participan Tulio, Juanín, Patana, Mario Hugo, Guaripolo, Calcetín con Rombos Man, insignes personajes de la cultura pop y que son cariñosamente ovacionados.
Mientras, la música se hace más que presente con la banda y la compañía de los intensos coros del público presente a icónicos temas de viejas temporadas como “Tangananica Tangananá”, “Señora Devuélvame la Pelota”, “La Señora Interesante”, “La Regla Primordial”, “Mi Equilibrio Espiritual», “Bailan Sin Cesar” y “Mi Muñeca Me Habló”. Por otra parte, de las nuevas, los hits “Son Pololos”, «Mundo Interior» y «Drácula, Calígula, Tarántula».
Si hay algo que destaca a esta presentación de 31 Minutos son sus intervenciones. Para “Ríe”, uno de los titiriteros sale de su plataforma y teatraliza junto a la marioneta de Cucho Lambreta una dramática caída. Después, para “Diente blanco, no te vayas” se mezcla su melodía con “Querida” de Juan Gabriel, una especie de parodia-tributo que lleva algunos años en los shows en vivo y que puede ser tal vez un guiño a la ferviente fanaticada mexicana tan entusiastas como nosotros.
Pero si toca hablar de los momentos más memorables de esta gran celebración en el Movistar, son para los últimos tres temas. Primero, «Arwrarwrirwrarwro”, en la que se da un espacio para el clásico “eo” de Freddy Mercury, pero con la canción interpretada por Bombi, el zombi.
Luego, el peak más emotivo y que saca más de una lágrima: “El Dinosaurio Anacleto”, donde Álvaro Díaz se para en el escenario con su guitarra a cantar mientras Anacleto lo hace desde la estructura. Mientras tanto, un Movistar iluminado por los celulares crea una bella postal. Esto deja lugar para “Birthday” de The Beatles junto al himno “Yo Nunca Vi Televisión” para un sorprendente final que invitaría a seguir la celebración en la casa de Juanín.
31 Minutos deja en la memoria una presentación que mantuvo la completa atención de su público, cautivos por cada movimiento de los títeres en el escenario en aquel espacio diminuto con sus jocosas intervenciones que sacaron más de una risa. Así también nos recuerda lo rápido que han pasado 20 años, sobre todo para quienes crecieron con el programa. En simples palabras, el teletransportarse a la infancia y en cuanto a los más chicos, el encanto de un panorama increíble de vacaciones.