Ganadora del premio “Especial del Jurado” en la 23° versión del Festival Internacional de Cine de Valdivia, “El Diablo Es Magnífico” de Nicolás Videla continua con el hilo conductor de su largometraje anterior “Naomi Campbel” (2013). Ahora vuelve a la escena, dando de qué hablar por su apuesta rupturista, apelando a la idoneidad del amor y la diversificación sexual de roles.
Técnica y destreza reflejan lo que se necesitó para realizar una cinta que pareciera ir contra todo pronóstico, el uso de sólo tres actores en escena, un coloquio profundo, donde la belleza del argumento enmarca toda la trama en un cuadro parisino bajo las luces de la ciudad del amor.
Manu (Manu Guevara), es un transexual que lleva diez años en la escena parisina, ha realizado un recorrido y un análisis a la ciudad de las luces, donde, como parte de un relato biográfico y desde su condición de trans va desconstruyendo el amor y su envoltura carismática. Esta perspectiva sobre la realidad disfrazada la va narrando a través de sus experiencias amorosos, su relación con Daniel (Daniel Larrieu), su decisión por dejar París, su pasado en Chile, la continua dinámica de conversaciones con amigos y amigas, su experiencia con Matthias (Vicktor Phillip) y la terapia local de conversar a la cámara hacen de la cinta una producción vertiginosa y carismática que logra desnudar la conciencia de su protagonista hasta la empatía y curiosidad.
El conducto regular y las reglas del amor que pareciera imponerse en una sociedad cada vez menos heterosexual hace de la cinta una pugna entre lo moralmente correcto y lo que hoy entendemos por amor. El idealismo de los sentimientos que pregonaba hace unos años queda obsoleto con la retórica que pone sobre la escena Nicolás Videla con evidencia y argumento en mano, lo que vuelve esta producción una de las mejores premieres de FICV23.