Cuando se presenta una película chilena como «comedia», rara vez nos podemos imaginar algo más allá que el garabato simple, de guión flojo y marcas de empresas de telefonía por todos lados. Pero «La Mentirita Blanca» es otra cosa.
Tomás Alzamora, director de «La Mentirita Blanca» y creador de los videoclips más destacados de la actual generación del rap chileno, se arriesgó al tener como protagonista a una figura pública -no actor- como Rodrigo Salinas, quien no ha sido precisamente un contribuyente a mejorar la comedia chilena con sus anteriores trabajos en «Barrio Universitario» y «Fuerzas Especiales». En esta ocasión me sorprendió gratamente, no se caricaturizó y se adaptó al papel entregado por Alzamora.
Un guión muy dinámico que va más allá de la risa fácil, te muestra un sentido irónico del periodismo y la realidad de un pueblito al sur de Chile, que ojo, además de tener un elenco completado por conocidos actores como Catalina Saavedra, Daniel Antivilo y Daniel Candia, los extras son parte fundamental y son interpretados por los mismos habitantes de la localidad.
La trama se hila perfectamente con tallas entremedio sin caer en lo vulgar y lo fome, tiene un clímax (el descubrimiento de su mentirita, una noticia falsa creada por su protagonista (un periodista fracasado). Sin duda una cinta que recomendaríamos ver, no sabría decir si es «La película chilena del año», pero es un gran paso de Alzamora para entrar en otros géneros, no tan solo comedia.