Texto por Nicolás Navarrete
En 2017 se cumplieron 20 años del lanzamiento de “Fome” el quinto álbum de Los Tres. Por ese entonces las complicaciones en el estado de salud de Álvaro Henríquez obligaron a postergar la celebración que finalmente se llevó a cabo este viernes y sábado en el Teatro Coliseo con éxito rotundo en ambos conciertos.
Solo una banda chilena podía celebrar las dos décadas de su disco más exitoso y atrasarse en el proceso. Luego de dos intensos años, Los Tres finalmente presentaron en grande y a dos jornadas en el Teatro Coliseo su disco “Fome”, a 22 años de su lanzamiento.
Se trató de un concierto soñado para miles de fanáticos. En el año 2016 la banda recorrió el país en gira por los 20 años de su disco “MTV Unplugged”, y la expectación de cara al aniversario de “Fome” no se hizo esperar. La banda tenía pensada una nueva gira por el país con el ánimo de revisar el disco, pero los problemas de salud de su líder Álvaro Henríquez obligaron a postergar y finalmente cancelar todos los compromisos. El único show que se realizó fue en el Casino Enjoy de Antofagasta en octubre de 2017. De ahí en más el silencio reinó. En 2018 Henríquez fue sometido a un trasplante de hígado y tardó 9 meses en volver a los escenarios.
Sin embargo, los ánimos estaban intactos, y la noche del viernes a eso de las 21:15 horas, miles de fanáticos que repletaron el Teatro Coliseo por fin escucharon la secuencia inicial de “Claus”, track que da inicio a “Fome”, y vieron asomarse desde el costado derecho del escenario a Roberto “Titae” Lindl, para tomar postura frente al órgano. Le siguieron Boris Ramírez (ex Primavera de Praga y Pettinellis) en la batería, lo que echó por tierra la posibilidad de ver a Henríquez interpretando ese instrumento, tal cual lo hizo en la grabación de estudio. Luego saltaron al escenario de forma coordinada Cuti Aste, Sebastián Cabib y finalmente Álvaro Henríquez, quien –para sorpresa de muchos– tocó el bajo y dio inicio a la celebración.
Se había anunciado que la banda interpretaría las canciones en la secuencia original del disco y así sucedió. Fue casi una hora de revisión de “Fome”, con momentos de gran algarabía, como en la canción “Bolsa de Mareo”, “Silencio” y “La Torre de Babel”. También con espacios para la emoción con la interpretación de “Pancho” una canción que la banda no tocaba desde su obra “Treinta y tres horas bar”. “De Hacerse Se Va a Hacer”, “Antes” y “Fealdad” llenaron de lagrimas los ojos de muchos quienes coreaban las oscuras melodías de las canciones que componen la columna vertebral del disco.
Al cabo de los primeros minutos del segundo concierto, se encendieron las luces y entre un fuerte olor a marihuana, Henríquez con la mano derecha en alto exclamó: “que gusto de verlos, gracias por venir… aquí tienen el Fome completo” desatando la ovación de todo el teatro.
El punto de mayor emoción fue cuando terminó la canción “Libreta” y toda la banda se retiró para dejar a solas a Henríquez y su Fender Telecaster para interpretar “Me arrendé”, una balada que el músico penquista dedicó a la hija de Ángel Parra antes de su nacimiento. El público rompía en aplausos cada vez que terminaba una estrofa. Fue la canción más aplaudida de la jornada.
La puesta en escena llamaba a recordar los conciertos de los noventa. Espectaculares coordinaciones de luces, proyecciones visuales de fondo y laterales a cargo de María José Tapia, hacían parecer que estábamos en pleno 1997. Todo bajo un rojo intenso que recubría el escenario y también el telón de fondo, tal como si se tratara de la carátula del álbum celebrado.
Al momento del bis, que duró aproximadamente 35 minutos, la banda interpretó canciones poco habituales como “Moizefala” y “Morir de Viejo”, acentuando aún más el fanatismo que a esa hora ya estaba completamente desatado. Sonaron también las clásicas “Cerrar y Abrir”, “Camino”, “Déjate Caer” y “La Espada y la Pared”, canción con la que finalizó el concierto.
Puede que estemos presenciando la última era de gloria de la banda. Una que quizás sea larga y buena. Pero es tiempo de recuerdos, de rememorar las grandes canciones y las joyas olvidadas por años en los sets list en vivo. Se acercan los 30 aniversario del disco debut, y es casi seguro que la bandita de Álvaro Henríquez y compañía nos sorprenderá con nuevo material. Mientras, para la resaca de la fiesta, no está demás soñar con ver hecha realidad una de las frases que más se escuchó al salir del último show: “un concierto con los originales, y morimos tranquilos”.