En una hora cuarenta de un potente e impecable show musical y escenográfico, Mon Laferte cautivó a las casi cuatro mil personas que llegaron este frío sábado de septiembre al Gimnasio Olímpico Ufro.
¿Qué podemos decir de la propuesta en vivo de Mon Laferte que no se haya escrito ya? Su potente calidad vocal y escénica característica no deja de sorprender, por lo mismo, de ella siempre nace inspiración para escribir.
Mon Laferte es la chilena que une generaciones. La marea de personas usando flores rojas y marcianos verdes en la noche del sábado pasado no excluía edades ni género. Cabellos naturales, teñidos de colores de fantasía y algunos con canas fueron los que llegaron para escuchar en vivo la gira que la chilena ha probado por Europa y Estados Unidos.
Escena uno: el Gimnasio Olímpico se llena tímidamente, luces blancas plenas. Al fondo, un escenario oscuro ocupado por un montón de instrumentos y tres pantallas apagadas. Nada impactante.
Escena dos: Poco después de las 21:30 las luces se apagan y una banda completamente vestida con overoles blancos manchados con trazos de pintura se instala en el escenario. Las luces que parecían insignificantes cobran vida, cambian de tonalidad entre colores rojos, morados y verdes de acuerdo a la canción, dándoles intención e intensidad. Y solo así, Mon Laferte, también vestida de un overol rojo, es definitivamente la dueña del ánimo de las casi cuatro mil personas que prefirieron pasar una fría noche de septiembre con la cantante viñamarina, todas con sus celulares levantados, tomando fotos, iluminando también con sus flashes desde el fondo en el sector Galería.
Pero antes del número central, por primera vez en el capítulo chileno de ‘La Gira de Norma’, Rulo abrió los fuegos junto al músico Sebastián Aravena y juntos brindaron una buena y tranquila previa a la explosión musical de Mon Laferte, de la cual los dos músicos también fueron parte más tarde.
La del sábado fue la cuarta visita de Mon Laferte a Temuco. La primera fue en el 2012 cuando presentó “Desechable” junto a Felicia Morales en el Casino Dreams ante un público que le prestaba vaga atención mientras jugaba con máquinas de azar. Ahora, siete años después, Laferte probó en un intenso show que duró un poco más de una hora y media, y que paseó por los temas más cumbieros de su última placa ‘Norma’, pero también por las canciones más queridas por los temuquenses como ‘Amor Completo’, ‘Amárrame’ y ‘Tu Falta de Querer’, por qué es la diva de la canción latinoamericana contemporánea.
En vivo logra un fenómeno extraordinario que muy pocos músicos de su generación logran, porque entra al escenario como una diosa inalcanzable, pero su espontaneidad a la hora de interactuar con su público mientras canta o la sencillez y cercanía en que conversa en medio de las canciones, la hace una conocida muy cercana que te cuenta sus desilusiones, amoríos y ocurrencias. Todo eso puedes sentirlo con sus palabras y la calidez que proyecta en la naturalidad de su actitud en el escenario.
Además de que los muchachos mexicanos y los tres chilenos que la acompañan hacen justicia de todo eso. Músicos de una calidad incuestionable que conocen a la primera confirmada para Festival de Viña del Mar 2020, anticipan sus versátiles improvisaciones siguiéndole el ritmo, al mismo tiempo que juegan y bailan con ella.
Pero, ¿qué más podemos decir de Mon Laferte en vivo que no se haya escrito ya?: solo agradecer, ¡que suerte tenemos de existir en la misma época que esta diva latina!
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