Cuatro escenarios, 16 horas de show por día en cada uno: Rock, Enjambre, Woodstaquitos para los más pequeños y el regreso del escenario Blesstaco sellaron la doceava versión del festival de música independiente más intenso del país.
Fotografías de Ricardo Crisosto
Más de 80 bandas en tres días y dos noches llenaron de música, vida y corazón a las montañas de la cordillera Los Andes en la Séptima Región. Aguaturbia, Pentagram, Pascuala Ilabaca, Tata Barahona, La Blues Willis, Benja Walker, Panteras Negras, Sonora De Llegar y muchas otras bandas y DJs ayudaron a celebrar 12 años de historia, amor y rock and roll, el festival Woodstaco apagó velitas en una fiesta de tres días a las orillas del Río Perquilauquén, en la Villa de San Carlos a los pies del cerro Kukachoro, en Parral.
La fiesta comenzó a las 18 horas del viernes puntual para las fieles almas devotas con La Rabla tocando en el escenario Rock, que esa misma tarde presentó a The Ganjas, Alasido y tuvo un verdadero espectáculo de arte para el cierre con Pulgas con Bata. Tata Barahona hizo desgarrar las voces en el primer atardecer del escenario Blesstaco, que regresó luego de dos festivales.
Al mediodía del sábado Konunantu cantó su rock folck con conciencia en Woodstaquitos para los más pequeños, el carnaval llegó a docenas de familias a la orilla de una laguna al costado del escenario. La Blues Willis levantó polvo bajo el sol que no daba tregua en el Rock. Pentagram desató la furia, se levantaron las calaveras animales y se abrió la tierra. Pegotes y Dezaztre Natural avivaron el fuego. Luego algunos aseguran que Black Sabbath continuó la fiesta, yo no vi nada.
Benja Walker, Pascuala Ilabaca, Golosa La Orquesta y Bronko Yotte se presentaron en Escenario Enjambre la noche del sábado, en medio de un bosque nativo perdido entre los senderos. Al amanecer del domingo la nostalgia festivalera se apoderaba de todos, el fin estaba cerca.
Panteras Negras hizo recargar las pilas, piqueros al barro para después el cierre que brindó Aguaturbia en el escenario Rock. Un viaje en el tiempo para avisarnos que existe todo cuando no nos ocupamos de nada. Denisse, Carlos Corales y compañía nos recordaron por que amamos tanto el rock. La tarde languidece y renace la sombra, carpas abajo, sol en la frente, camino de vuelta. Un festival con nivel. La cumbre que nos merecíamos.
Pronto galería y entrevistas.