Basándose en casos de abuso a menores de edad dentro de sus casas, el montaje dirigido por Juan Pablo Peragallo juega con la sonoridad para dar volumen a un relato íntimo y brutal: la entrevista de una asistente social a una madre, mientras su hija se encuentra encerrada en su habitación.
Fue mientras estudiaba Teatro en la Universidad de Chile, que Juan Pablo Peragallo se encontró con una edición que recopilaba obras cortas de Tennesse Williams. Una de ellas, La habitación oscura, llamó particularmente su atención, sin embargo, no fue hasta 2018 que se dio a la tarea de abordarla como un posible montaje. Instado por las actrices Natalia Valladares e Isidora Khamis –elenco al que luego se unieron Coca Miranda y Agustin Sanhueza–, el director se contactó con la dramaturga Carla Zúñiga para trabajar sobre el texto.
“Nos pareció más importante abordar la realidad chilena, pero quisimos mantener la situación planteada por Williams. Finalmente la escritura de Carla hizo que surgiera una obra propia donde se diluye la referencia y queda completamente actual y contemporánea”, explica Peragallo.
“María” es el nombre de este proyecto que se estrena el próximo 5 de diciembre en GAM, abriendo sus funciones presenciales de teatro. Recogiendo la esencia femenina que representa ese nombre en el imaginario colectivo, se genera la ficción de una asistente social que entrevista a una madre para conocer las condiciones en que vive la familia, mientras su hija está encerrada en su habitación.
“Me permite abordar un tema que me es recurrente: la relación madre e hija. Sobre todo en una generación donde las madres están tan lejanas de sus hijas y las diferencias de creencias que eso significa. Lo vemos hoy con todo el movimiento feminista, que es tan radical y masivo, sin embargo, seguimos conviviendo con los paradigmas de nuestras abuelas, nuestras madres… siempre me he preguntado cómo se hace para que no exista un abismo entre dos personas que piensan tan distinto”, dice Carla Zúñiga.
Creada antes de la pandemia, “María” consideraba otra puesta en escena que debió adecuarse a las características propias del formato actual de desconfinamiento. Si bien tuvo un adelanto como lectura dramatizada streaming dentro del ciclo Teatro Hoy de la Fundación Santiago a mil, el equipo consideró que el formato digital no se ajustaba a las necesidades de la obra, optando por una variación performática con fuerte énfasis en la instalación sonora.
“Como uno de los acentos más importantes del proyecto siempre estuvo puesto en la sonoridad, decidimos mantenerlo y potenciarlo. Si antes nuestra propuesta era jugar con lo visible y lo invisible, ahora lo hacemos con lo audible y lo inaudible. En donde la acción también puede ser narrada a través del sonido, donde el sistema de microfonía no implique la proyección vocal; podemos así trabajar con la sutileza y sumar los cuidados para las y los intérpretes, y el público… A veces se cree que para oír estas historias secretas hay que subir el volumen, pero también hay que hacer oídos, abrir el sentido de la escucha hacia territorios que están en silencio”, detalla Peragallo.
Desde este lugar, el montaje ganador de Fondart Regional 2019, se inclina a satisfacer la búsqueda de nuevas formas de llevar a escena una obra y la demanda de problematización en torno a temas de la contingencia social. “El abuso que está en el silencio, aún cuando empieza a sonar, sigue siendo inaudible: no se le da el peso que permita tratarlo en su verdadera dimensión y volumen. Es tremendamente importante hacer un teatro que, por sobre todo –más que ‘discursear’ –, lo que haga sea articular formas diversas de poder escuchar y escucharnos”, concluye.
Detalles del evento
Fechas y horarios: Del 5 al 20 de diciembre. Sábado y domingo, 17 hrs y 19 hrs.
Lugar: Centro Cultural Gabriela Mistral, Sala N1, (aforo 42 personas)
Sistema Paga lo que puedes: $2.000, $3.000 y $4.000
Duración: 35 minutos.
Mayores de 14 años.