Este 15 de septiembre, ad portas de iniciar una nueva celebración de Fiestas Patrias, también es momento de conmemorar 30 años desde el lanzamiento de uno de los discos más importantes del repertorio nacional: el «Pateando Piedras» de Los Prisioneros. Segundo larga duración del grupo encabezado por Jorge González, Claudio Narea y Miguel Tapia, quienes con letras punzantes y aludiendo a una cruda realidad que estaba viviendo Chile por esos años, confirmaron su calidad musical que venían demostrando desde su debut con «La Voz de los 80».
Es por eso que esta obra no es para nada ajena en la carrera de algunos músicos chilenos, que hoy en día están dando que hablar. Muchos de ellos tienen a este álbum como un referente dentro de su proyecto o que simplemente ocupó un lugar importante en su infancia. Citamos a varios solistas y bandas para que nos comentaran qué opinaban de esta gran obra, pase a leer la primera parte:
Gonzalo García (Planeta No)
Varias veces he escuchado decir al Milton Mahan que ese disco suena técnicamente como el loli pero quedó con mucho carácter y muestra una búsqueda muy brígida, adelantada a su época. A mí me gusta que Los Prisioneros, que son personas normales, le achuntaran mucho al decir las cosas y es mi sueño ser un poco así, con la banda en la que trabajo. Además el disco me hace sentir un rollo medio Akira, como un homenaje y reinvindicación, de que se puede añorar y realzar este paisaje de ciudad y condiciones de mierda que nos crió a todos en Latinoamérica, en ciertas generaciones recientes, con escasez en muchos sentidos. Somos hijos de esta basura finalmente.
Yorka
Corría el año 2001, tenía 11 años y la piratería era un negocio redondo, mi tía nos trajo un disco doble de éxitos de Los Prisioneros que compró en su trabajo. Lo escuchaba todo el día con mis primas y me hice una gran seguidora de la banda, justo comenzaron los rumores de que se iban a juntar. Me ilusionaba el hecho de que se reunieran, llegaba a creer que podía ir al Estadio Nacional a cantar todas las canciones. Habíamos ido a Chillán con mi mamá y me compró el cancionero de los Prisioneros que vendían en la feria artesanal, no me sabía los cejillos así que sólo podía tocar algunas canciones. Luego llegó un cassette de «Ni por la razón o la fuerza», me gustaba la portada por eso lo recuerdo.
Yo creo que el «Pateando piedras» tiene grandes himnos, me marcó mucho «Muevan las industrias», principalmente por su oscuridad, siempre la encontré muy oscura y me transportaba a ese mundo mecánico y frío. El tecladito del coro, ese coro pegajoso, a mi corta edad me generaba escalofríos. «Por qué no se van», «El baile de los que sobran» y «Quieren dinero», son puros hitazos y es que lo que más admiro de Jorge Gonzalez es que cantaba un pop crítico, letras crudas y fluidas que encajaban perfecto con sus melodías pegotes y memorizables, todo calzaba en su lugar. Es perfecto y genial
Actualmente como profesora de música me sigue emocionando y llamando la atención, que gran parte de los niños comienzan a tocar con canciones de Los Prisioneros, a la misma edad que yo los conocí, entre quinto y sexto básico. Tienen la gracia de que son canciones relativamente simples y no se necesita ser un virtuoso de la música para sacarlas, a los niños les encanta poder sacar el bajo de de la voz de los 80 o el solo de guitarra de Paramar, les encanta. Los Prisioneros han marcado a un país completo y a sus músicos, eso es lo más bonito que se puede esperar de la música, poder viajar en el tiempo y seguir haciendo vibrar a los corazones.
Matías Peralta (We Are The Grand)
Recuerdo perfecto estar hace diez años en la playa un 18 de septiembre con amigos del colegio, y, en un contexto de mucho alcohol y cueca, como que muchos chilenos sólo se dignan a escucharla en las Fiestas Patrias, esperar a que alguien colocara «El baile de los que sobran». Muchos se sabían la letra y otros, debido a su estado etílico, no la recordaban bien, pero lo que sí todos aguardaban era gritar con todas sus fuerzas esa emblemática frase «¡Y dejaron a mis amigos pateando piedras!». Recuerdo que esa era la única canción que unía a todas las personas del carrete. Algunos se ponían a ladrar como el perro sampleado de la canción, otros se ponían a bailar y bajo ese panorama siempre me quedaba pensando cómo una canción pudo tener la fuerza para que décadas después, jóvenes post dictadura que no vivieron la época del atentado de Pinochet o la censura de las canciones de Los Prisioneros, sintieran este tema como si fuera de su época, de su generación.
Eso fue hace 10 años. Hoy escucho el segundo disco de Los Prisioneros con mucha nostalgia, porque me imagino que ahora deben haber otros adolescentes cantando fuerte las canciones de esta banda, que trascendieron con su música y sus letras, para leer el futuro que 30 años después nos muestra a una sociedad desigual que no ha cambiado nada. Yo creo que lo más importante de este disco, es que con temas como «Quieren dinero», «Muevan las industrias», o «¿Por qué no se van?», Los Prisioneros pasaron a ser una agrupación que ya no se podía negar, o ningunear. Porque después de su lanzamiento ya no hubo persona en Chile que no conociera esas canciones.
También cabe destacar el resto del disco. Aparte de los clásicos hay temas de gran factura como «Exijo ser un héroe», «Por favor» y «Una mujer que no llame la atención», que aportan con clase las influencias de la banda con el New Wave, que continuaron desarrollando en sus siguientes discos. Uno si escucha «La voz de los 80′» y el «Pateando Piedras» se puede dar cuenta que a pesar del cambio de sonido, de uno rockero a uno más electrónico, seguían sonando como Los Prisioneros y que las potentes letras de González, lograron la trascendencia para que su música siguiera escuchándose de forma ininterrumpida por 30 años. Un gran disco, que me acercó por primera vez a la banda de González, Narea y Tapia, y que tiene temas increíbles para cantar a viva voz a altas horas de la madrugada.
Diego Ridolfi (Fármacos)
Para mí Los Prisioneros son algo que comencé a escuchar con una mayor conciencia siendo ya más grande. Agradezco que haya sido así porque me hace apreciar la obra de Jorge González de una manera mucho más libre y también desde el oído en como un músico escucha, o al menos yo, analizando y estudiando todo el tiempo.
Creo que lo que más admiro del «Pateando Piedras» es que las canciones pueden ser perfectamente disfrutadas por las personas en las cuales fueron inspiradas en ese momento. Creo que la gran magia está en que las letras son mucho más profundas que una critica social o de contingencia de cierto momento, son himnos que apelan a una conciencia de una forma de vivir, resistir y ver las cosas. Cosas que hoy también uno se puede sentir y vivir así en el día a día. Las letras tienen el mismo sentido y hacen el mismo efecto en el 2016 como hace 30 años (claramente desde un contexto social y humano muy distinto).
Las canciones que más estoy disfrutando hoy al reencontrarme con este disco son «Estar Solo» y «Por Favor». Me sorprende el quiebre musical y lírico que hacen esas dos canciones dentro del disco. Escuchar a Jorge González cantando de manera mucho más oscura y escribiendo desde otros sentimientos de la línea que siguen gran parte de las canciones del álbum.
Carlos Contreras (De Mónaco)
Sin ser un fan de Los Prisioneros, lo que me llama la atención de “Pateando Piedras” son los nuevos sonidos que se incluyeron en el proceso. Escuchar la presencia de elementos más electrónicos como sintetizadores, sonidos sampleados o cajas de ritmos, a mí parecer marcan un camino en el cual la banda posteriormente explotaría su mejor faceta. Las marcadas influencias del Pop Británico se dejan caer sobre su música, marcando también una tendencia y sincronía sonora con lo que estaba pasando en otros países de Latinoamérica, digamos que las cosas comenzaron a alinearse y Los Prisioneros eran la cara de Chile en el movimiento.
Canciones como “Estar solo” o “Exijo ser un héroe” denotan la necesidad musical de incluir nuevos sonidos e influencias, incluso hasta un piano se grabo para “Por favor”, algo quizás inesperado para los que fueron los creadores de “La voz de los 80´s”. Siento que con este disco, la banda comienza a dar pinceladas sobre lo que vemos hoy en día, un Jorge Gonzalez que ha sido capaz de incursionar en los mas diversos estilos y propuestas musicales, conectándose con otros puntos de sensibilidad artística, mas allá de la historia y consigna política que envuelven sus composiciones pasadas.