Foto por Valentina Palavecino.
Eran las 7 y 30 minutos de la tarde de un domingo en la ciudad de Santiago. El encuentro era en Blondie, por segunda vez. El recinto estaba lleno total, por segunda vez también, con solo una diferencia: fue un show para todas las edades; niños de menos de 11 años entraban a la Blondie acompañados de su mamá, papá, hermana, hermano fanático de Alex Anwandter.
La música bajó gradualmente su volumen hasta llegar al silencio, topándose con los gritos de la multitud. Las luces se apagaron y sonó la canción Amiga. Su banda está en el escenario y su público ya eufórico. Alex sube, despacio, bailando -con elegancia, estilo, con actitud- se para en el centro y el escenario brilla más que nunca: está ahí, frente a todos, para darlo todo. Su voz ilumina y las luces llevan el ritmo. Agradece a los presentes y cuenta lo que significa para él estar y que estén con él en Blondie «es un lugar especial, es el templo de los raritos (ríe). Es un honor para mí que estén aquí por vez primera».
El ex Teleradio Donoso continúa brillando. Recuerda a Juan Gabriel y su canción Amor eterno, sin embargo, éste no la canta, pero menciona a su mamá, de quién aprendió a conectarse con su lado romántico, sentimental, su lado «femenino» -el que si se asocia a una mujer está bien, y si se asocia a un hombre está mal- pero no. No está mal. Alex no le tiene miedo al romanticismo. Porque todos podemos ser como se nos de la gana y podemos estar con quién se nos de la gana. Ese contexto al que nos integra me emociona, me hace sentir llena de confianza. Confianza que también se respira en el ambiente, y que se hace visible al cantar Manifiesto, queriendo hacerlo nuestro. Sigo bailando con éxitos del Rebeldes, de su época como Teleradio Donoso, y canción tras canción comprendí que era ese brillo, ese algo especial que hace que en sus shows te sientas parte, lo tomes personal, que a pesar de estar la mayor parte del tiempo rotos en mil pedazos podemos sanar bailando, cantando, llorando si queremos, pero sin dejar de luchar, sin bajar el brazo, sin dejar de reflexionar, sin tranzar con el capitalismo, sin creerle al Mercurio.
Es el hecho de saber que podemos hacer un mundo mejor y nuestro Alex Anwandter apela a eso. Y si podemos amar en el campo, también podemos amar en la ciudad, en el mundo y a nosotros mismos tal cual somos.
SETLIST
- Amiga
- Bailar y llorar
- Siempre es viernes en mi corazón
- Casa latina
- Tatuaje
- Éramos todos felices
- Cordillera
- Shanana
- Manifiesto
- Caminando a la fábrica
- Que se acabe el mundo por favor
- Rebeldes
- Tormenta
- Te enamoraste
- Traición
- Cabros
- ¿Cómo puedes vivir contigo mismo?
- Amar en el campo
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