Todo hace sentido cuando se crea algo propio, algo que nace de tus sentimientos más puros, de esos que muchas veces no quieres compartir o que te da vergüenza mostrarlos en público. Luego de su presencia como música de El cómodo silencio de los que hablan poco y Emisario Greda, Yaney Salgado toma las riendas de su proyecto solitario, que dio a luz su primer fruto titulado «1992».
Un álbum totalmente autobiográfico relatado en tercera persona, donde la misma Yaney le habla a la Yaney del pasado en canciones como «Arpegi», la introducción del LP. En cierto momento dice «Es mejor dejar de escuchar esa parte de ti», una mirada introspectiva hacia su vida, sus decisiones y el futuro de la compositora 25 años.
Precisamente la «mirada introspectiva» será la tónica dentro de los 11 tracks que componen «1992». “Me inspiré en cosas que sentía o que me pasaron durante estos 25 años, es muy personal”, contó la autora a Picnic. De esta forma, canciones como «Rei», «Margareña» y «Zen» hablan de ese miedo (sobretodo en la segunda) que te impide muchas veces tomar decisiones, por temor al qué dirán y te lleva a actuar de una manera que no es precisamente como te sientes por dentro. Si bien la lírica tiene un alto contenido «emo», es un disco optimista, que justamente busca romper con esos miedos que llegan como barreras en nuestras vidas. El disco es una invitación a decir, «oye yapo para tu show y dale con todo», una especie de color esperanza a lo Diego Torres, pero con un lenguaje y estilo propio de Yaney.
«Si no quieres estar ahí / te recomiendo que te vayas / no tienes tiempo que perder / tus días ya vienen ¿dónde estaré?» es una de las frases de «Zen», una de las favoritas del LP. En sus casi 5 minutos y 36 segundos de duración (la más larga del disco), «Zen» es donde afloran los mayores sentimientos de la artista, acompañado de notables cambios de ritmo que también se ve en el siguiente track «La Timidez».
Si seguimos hilando aún más en las letras de «1922» no podemos dejar pasar algunos versos de «Ya habrá tiempo», que a pesar de su corta duración te lo dice todo y sin adornos metafóricos: «en la espera / te das cuenta quién está ahí / ese espacio tuyo / no lo dejes ir» ¡Pucha que es cierto! Aquí, claramente, es un mensaje para todos a depositar la confianza en personas que sí valen la pena y no confiar ciegamente en alguien, porque como dice en una frase «todo es inestable como el mar».
A la artista le tomó dos años dejar OK este disco, donde también se da el lujo de crear dos instrumentales («Radicali» y «Radicali II»), que tiene como invitado a Alejandro Palacios (Protistas) en las trompetas. Él, se suma a un equipo talentoso integrado por Daniela Iturra en los pianos y Andrés “Pipa” Ugarte en las baterías (Playa Gótica, Maifersoni), como también la participación de Carlos Colussi en grabación, mezcla y masterización. Se nota una preocupación por cada detalle y las ganas de sonar diferente a los proyectos en que Yaney ha participado, lo cual se logró; «1992» deja una paz interior la raja, que recuerda las primeras sensaciones tras escuchar, por ejemplo: el disco «Loza» de Niña Tormenta o «Humo» de Yorka.
Es un gran comienzo para una de las mujeres más destacadas de la generación apodada por Cristian Heyne y Andrés Panes como «Pop de Guitarras», donde llamaba la atención por su talento en los instrumentos y para qué estamos con cosas, hace rato pedíamos algo de ella en solitario y qué bueno que sea de esta manera. Siento que valió la pena la espera y que cada banda anterior le sirvió para ir formando lo es «1992», su manifiesto.
Escucha «1922» acá: